De cara al 50 aniversario de la Organización de la Unidad Africana (OUA), precursora de la Unión Africana (UA), los nuevos líderes -todavía acompañados de veteranos padres fundadores como Kenneth Kaunda y Sam Nujoma- apuestan a una integración más participativa de ciudadanos e instituciones. Para Nujoma, expresidente de Namibia que el 25 de mayo de […]
De cara al 50 aniversario de la Organización de la Unidad Africana (OUA), precursora de la Unión Africana (UA), los nuevos líderes -todavía acompañados de veteranos padres fundadores como Kenneth Kaunda y Sam Nujoma- apuestan a una integración más participativa de ciudadanos e instituciones.
Para Nujoma, expresidente de Namibia que el 25 de mayo de 1963 estuvo en Addis Abeba para dar vida a la OUA, el panafricanismo «es una ideología y un movimiento que estimula la solidaridad de los africanos en el mundo».
Tal visión se basa, sostiene el veterano luchador, en la creencia de que la unidad es vital para el progreso económico, social y político, y tiene como objetivo unificar y estimular al pueblo africano.
En ese mismo sentido, el exmandatario namibio describió la resistencia africana como «el concepto de que el pueblo africano y las naciones se impondrán a los actuales desafíos que enfrenta el continente y lograrán una renovación cultural, científica y económica».
Ambos postulados -panafricanismo y resistencia- son objeto de apasionados debates entre representantes permanentes, cancilleres y otras personalidades ligadas al medio siglo de existencia del mayor proyecto integrador africano.
La presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini Zuma, se mostró convencida de que la visión de una Unión Africana puede materializarse sólo con la plena participación de los pueblos del continente, en tanto dan legitimidad a gobiernos e instituciones.
Por lo mismo, Zuma defiende un rol más activo del Parlamento Panafricano, que le permita dar voz a la gente de cualquier estrato mediante el sufragio universal y promueva un marco de leyes y políticas necesarias para el crecimiento y el desarrollo tanto a escala nacional como continental. En opinión de la excanciller sudafricana, el referido órgano legislativo tiene como tarea inmediata promover la integridad de los procesos de votación popular en África para evitar situaciones de violencia postelectoral y la consiguiente inestabilidad.
El continente aún registra problemas de buena gobernabilidad manifiestos en golpes de estado, prolongadas permanencias en el poder, robo de votos y cuestionados comicios, hechos que amenazan su todavía precaria democracia.
«No podemos tener un Parlamento Panafricano fuerte, si la democracia es truncada y los gobiernos electos democráticamente son removidos por medios inconstitucionales», sostuvo Zuma en una reciente comparecencia en esta capital etíope, sede permanente de la UA.
Tanto el rol del ente legislativo como la construcción de mejores capacidades humanas en África a partir de priorizar la atención primaria de salud y la prevención, y la expansión de la producción agrícola, son temas que convergen en el afán de mantener vigente el ideal panafricanista.
De igual modo, la promoción de un desarrollo económico inclusivo, la industrialización, el impulso al comercio intrarregional equitativo, la paz, la seguridad y la estabilidad, y el empoderamiento de las mujeres son preocupaciones comunes recogidas en la ya conocida como Agenda 2063.
La proyección para los siguientes 50 años de la UA es que se avance en el tema de género y la concesión de mayores espacios a las féminas, que constituyen la mitad de la población africana, según datos oficiales.
En el informe sobre el estado de la UA y el continente, Zuma subrayó el compromiso de todas las naciones africanas y de la propia organización para velar por la igualdad y la paridad de género.
Sin embargo, hasta ahora sólo 10 de los 54 estados miembros han alcanzado o están próximos a alcanzar la meta del 30 por ciento de las mujeres en sus parlamentos y gobiernos.
Más allá de postulados primarios de la OUA en defensa de la autodeterminación de los pueblos, contra la colonización y la opresión, y de luchar contra toda dominación foránea, la Unión Africana pone la mirada en asuntos y sectores que considera estratégicos.
Dentro del vasto entramado temático que atiende la organización, destacan el protocolo a la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos, concretamente el relativo a los derechos de las mujeres en África, así como la Nueva Asociación para el Desarrollo de África, conocida como Nepad.
Otros de los nuevos retos se encararon desde 2000 con el Acta Constitutiva de la UA, que fijó como prioridad y cruciales los derechos humanos para construir naciones democráticas y desarrolladas, de la cual emanan cartas sobre la infancia, democracia, gobernabilidad y elecciones, entre otras.
La inserción en el mundo globalizado impone nexos con otros bloques continentales bajo un enfoque de promover la asociación y aprovechar los valores compartidos, «pero sin aceptar dictados o imposiciones», según el jefe de la secretaría de la Comisión de la UA, Jean Baptiste Natama.
Sin restar peso a los innumerables logros y a las no pocas metas aún por alcanzar, la Presidenta de la AUC considera que lo más importante es que la organización «ha decidido involucrarse e involucrar a sus ciudadanos para reflexionar sobre de dónde venimos y hacia dónde nos estamos dirigiendo».
Fuente: http://www.apasdigital.org/apas/nota_completa.php?idnota=5998