El voto de protesta es la verdadera incógnita de las elecciones de 2014 en Sudáfrica. La pregunta es ¿cómo se manifestará?. El ANC post-Mangaung y la gestión de la administración Zuma han provocado turbulencias sin precedentes y el desencanto en el partido en el poder. Los «combatientes por la igualdad económica» (EFF) se ha convertido […]
El voto de protesta es la verdadera incógnita de las elecciones de 2014 en Sudáfrica. La pregunta es ¿cómo se manifestará?. El ANC post-Mangaung y la gestión de la administración Zuma han provocado turbulencias sin precedentes y el desencanto en el partido en el poder. Los «combatientes por la igualdad económica» (EFF) se ha convertido en un vehículo para canalizar parte de la rabia contra el ANC, pero muchos militantes respetables y leales del ANC no saben qué hacer con su voto. Ahora, un puñado de veteranos, académicos y activistas han lanzado la campaña «Vota No» como una respuesta provisional mientras no surja una alternativa mejor. En tiempos desesperados, medidas desesperadas.
Si la campaña «Sidikiwe! Vukani! Vota no» hubiera comenzado hace un año, integrando a la facción que perdió la conferencia nacional del ANC en Mangaung, a los hastiados de la monocracia en el Partido Comunista Sudafricano (SACP) y los sectores disidentes de la confederación sindical COSATU, se hubiera podido convertir en una fuerza importante. Pero puede que tenga el impacto que busca y cree un bloque que desencadene una rebelión interna en el ANC. Después de todo, su propósito no es realmente influir en el resultado de las elecciones, sino enviar un mensaje al ANC en la esperanza de que corrija su rumbo.
El grupo, liderado por el ex ministro de inteligencia Ronnie Kasrils, esta llevando a cabo una inesperada campaña de protesta que pretende reagrupar a los desilusionados del ANC. Piden a los votantes tradicionales del ANC que ya no pueden votar al partido en conciencia que voten nulo o por un partido minoritario. El punto de inflexión fue el pretendido reforzamiento de la seguridad en la residencia del presidente Jacob Zuma en Nkandla, pero muchos otros factores están detrás de la campaña incluyendo la matanza de Marikana.
El problema es que ninguna de las personas que dirigen la campaña sigue en activo en el ANC desde hace bastante tiempo. Kasrils era ministro de inteligencia cuando la conferencia de Polokwane del ANC en 2007. Cuenta la leyenda que había asegurado al ex presidente Thabo Mbeki que la mayoría de los delegados en la conferencia se inclinaban a su favor y que iba a retener la presidencia del ANC. Obviamente, no fue así y el poder pasó a manos de la facción de Zuma.
Cuando Mbeki fue destituido como presidente del Estado en septiembre de 2008, Kasrils fue uno de los ministros del gabinete que renunció en protesta por la decisión del ANC. Su ira contra el ANC, por tanto, se ha gestado durante varios años. Kasrils se ha convertido en un fuerte crítico del ANC desde su jubilación, sobre todo después de la masacre de Marikana.
Su indignación por el escándalo de corrupción de Nkandla no fue inesperado, pero su decisión de organizar una campaña de protesta contra el ANC es sin duda una decisión dramática dado su formidable historial en el movimiento de liberación. Si Kasrils se hubiese pasado a otro partido probablemente hubiera sido menos impactante que el que defienda que los electores voten nulo o lo hagan a favor de un partido minoritario.
La co-fundadora de la campaña, Nozizwe Madlala-Routledge, también ha estado ausente de la política activa desde su cese como viceministra de sanidad, en agosto de 2007. Tiene asimismo un historial notable en el ANC y el SACP. Madlala-Routledge fue cesada porque se enfrentó con el entonces ministro de sanidad, Manto Tshabalala-Msimang, por el negacionismo del SIDA y las formas alternativas de tratamiento para el VIH. Pero no tenía ninguna querella con la facción de Zuma en el ANC y fue elegida al Comité Ejecutivo Nacional del ANC en Polokwane.
Pero Madlala-Routledge también esta desilusionada con el ANC y no ha asistido a ninguna reunión de su agrupación desde el año 2009. Como Kasrils, su participación en la campaña «Vota No» no va a hacer un daño significativo dentro del ANC, ya que han renunciado a movilizar sus circunscripciones y no tienen poder dentro de las estructuras del ANC.
Sin embargo, lo que la campaña hace es poner en la agenda el tema de la desilusión dentro del ANC. Kasrils y Madlala-Routledge son muy conscientes de que el puñado de personas que hablan públicamente en contra del estado de decadencia del ANC no son en absoluto los únicos avergonzados y desafectos. El resultado de la conferencia de Mangaung, con la aplastante victoria de la facción de Zuma cerró la puerta a un debate dentro de las estructuras del ANC. La dirección no tiene alternativa a pesar de las mas que discutible posiciones que ha adoptado, en particular en relación a los muchos escándalos que han salpicado al gobierno del ANC.
El resultado es que un número significativo de miembros del ANC – no se sabe cuántos – desde veteranos a activistas, pasando por antiguos combatientes de Umkhonto weSizwe (MK) se han alejado del ANC, pero su lealtad al partido significa que no pueden encontrar un hogar político alternativo. Si el Congreso del Pueblo no se hubiera vuelto contra si mismo y desaparecido, probablemente podría haber atraído el voto de algunos de estos miembros disidentes del ANC. Pero tal como están las cosas, la única opción real para los militantes que no pueden votar ANC es dar su apoyo a Julius Malema y sus «combatientes por la igualdad económica» (EFF).
Los EFF son posiblemente la forma más audaz de desafío contra el ANC. Quienes quieran castigar al ANC pueden mostrar su repulsa absoluta contra el gobierno encabezado por Zuma dando a Malema un escaño en la oposición en el Parlamento para que persiga al presidente y al ANC. Esa parece la mejor respuesta. Los EFF también surgen del ANC, por lo que es lo más cercano al propio ANC. Pero Malema no ha pasado aun la prueba de la política parlamentaria y no se sabe cómo le irá. Además, muchos miembros respetados del ANC pueden no sentirse cómodos apoyando al incendiario líder, que se enfrenta además a acusaciones de corrupción y tiene problemas legales por evasión de impuestos.
Mamphela Ramphele, la dirigente de Agang, también podría haber atraído a este electorado descontento del ANC si no se hubiera acercado a la Alianza Democrática (DA, centro-derecha). Ramphele es probablemente quién explica mejor todos los problemas que el ANC tiene, pero su travestismo político la han convertido en una copia negra de la DA. Por mucho que la DA haya cambiado en los últimos años, los incondicionales y los militantes más viejos del ANC de todas las facciones encuentran aun muy difícil votar al partido de Helen Zille. Incluso tras la cirugía estética radical que ha experimentado la cúpula dirigente de la DA, la gente que viene de las filas del MK, del Frente Democrático Unido o que perteneció al ANC anterior a la liberación todavía ven la DA como un partido blanco.
Otros partidos más pequeños pueden atraer a algunos militantes individuales descontentos del ANC, pero ningún partido puede conseguir el apoyo de todos ellos. Lo que Kasrils y Madlala-Routledge han proporcionado es un remedio temporal para la decepción crónica con el ANC. Si bien afirman que el voto nulo sigue siendo una expresión de democracia, no se traducirá en una representación en el Parlamento después de las elecciones. Así, aunque el voto nulo o el apoyo a los partidos minoritarios que no obtendrán escaños podría aumentar, la mayoría legislativa del ANC no se verá en peligro.
En las elecciones de 2009, el número de votos nulos fue de 239.237. Más que la suma de los votos obtenidos por los Demócratas Independientes, el Movimiento Democrático Unido y el Partido Demócrata Cristiano Africano. Muchos de los votos nulos podrían deberse a errores, pero otra parte correspondería a votantes que no querían apoyar a ninguno de los partidos en liza. La campaña «Vota No» quiere hacer crecer ese número de manera significativa.
La campaña ha recibido, sin duda, una gran atención. El ANC ha condenado la iniciativa de sus antiguos miembros y ha recurrido a demonizarlos y denigrarlos. Varios veteranos del ANC también han expresado su preocupación y han señalado que no es una solución a los problemas que aquejan al ANC. Incluso Zuma, que no suele reaccionar a los acontecimientos coyunturales, se ha pronunciado en contra de la campaña. Si bien la campaña no parece estar consiguiendo otros apoyos importantes, ha recibido mucha atención de los medios de comunicación en los últimos días y ha ocupado el discurso nacional.
La pregunta es si un numero mayor de lo habitual de votos nulos en las elecciones del próximo mes de mayo sacudirán al ANC. El ANC es conocido por rechazar las crítica simplemente acusándolas de «anti-ANC», incluso las que se producen en su seno. Cuando se trata de mensajes subliminales, el ANC es ciego. Dieciséis meses después, casi nadie en el ANC puede explicar que intentaba el vicepresidente Kgalema Motlanthe en Manguang al pretender la presidencia del ANC, pero sin hacer campaña por ella.
Kasrils y compañía esperan que su campaña tenga eco e incendie la pradera, y tal vez se traducirá en algo más después de las elecciones. Tal como están las cosas, el destino obvio para este bloque disidente en el ANC es unirse con otras fuerzas de izquierda, sobre todo los trabajadores metalúrgicos del sindicato Numsa, para formar un nuevo partido obrero.
Sin embargo, por el momento no parecen ser más que un grupo de personas atormentadas, con un enfoque cariñoso de mano dura con la esperanza de que el ANC admitirá sus errores y se rehabilitará políticamente.
Pero el ANC no lo hará. La principal preocupación del ANC es la preservación de su hegemonía electoral, no las notas al margen. La única manera de obtener su atención es si el desafío dentro del ANC crece hasta provocar una caída significativa de sus resultados electorales.
Para ello, la campaña «Vota No» es demasiado poco y llega demasiado tarde.
Traducción para sinpermiso.info: Enrique García