«Le estoy agradecido a mi destino por haberme preservado de la adquisición, estatalmente privilegiada, de anteojeras en la así llamada educación científica. Me he podido mantener libre de numerosos prejuicios simplistas… Desde luego, yo sé igual que todos esos intelectuales tan listos, que, en un sentido científico, no hay razas. Pero usted, en su calidad […]
Adolf Hitler (1940), en conversación con Hermann Rauschning [1]
I
La noticia-pregunta de esta semana: ¿por qué las fuerzas republicanas catalanas -incluyendo, por ejemplo, ERC o las CUP-, apenas han convocado a la ciudadanía (o no la han convocado en absoluto) a manifestar su oposición, su desacuerdo con la nueva restauración borbónica?
¿No les concierne? ¿No va con ellos? ¿Asunto de otro país, de otras gentes, de otro Estado?
El espacio de las conjeturas está abierto. Algunas no son difíciles de establecer.
II
El viaje de la semana: el de don Artur Mas al estado laboratorio del Tea Party.
Don Mas ha resaltado las similitudes entre la Cataluña que él representa y Carolina del Norte, el paraíso del movimiento más que conservador republicano. ¿Conservador? Por ejemplo, los recortes en educación pública y la promoción de las escuelas privadas han puesto en pie de combate los sindicatos de maestros de este estado norteamericano. En la misma línea que lo que sucede aquí.
Mas se reunió con Pat Mc-Crory, el gobernador de Carolina, en la inauguración de la planta de la farmacéutica catalana Grifols (de Víctor G, el chupasangre obrera) en Clayton.
Definitivamente y para nuestra desgracia, Dios los crea y ellos se juntan.
III
Una prueba del neoliberalismo realmente existente: Xavier Trias anunció el pasado martes 17 de junio que destinará 22 millones de euros para incentivar la contratación de algunos grupos de desempleados.
El mecanismo: cada empresario que contrate a un desempleado de más de 40 años que lleve más de un año sin trabajo recibirá 5 mil euros durante seis meses (unos 830 euros mensuales, nada menos). Luego, si el empresario renueva el contrato un año más, recibirá 10 mil euros más (unos 820 euros mensuales). En total, por 1 año y medio, 15 mil euros.
¿A cuándo les «cuesta» la fuerza del trabajo actual del ejército industrial y servicios de reserva? ¿Al servicio de quien está y debe estar la Administración? ¿No era que el Estado no debía intervenir en asuntos económicos?
IV
¿Tiempos de recortes? El gobierno de la Generalitat gasta 700 mil euros en complementos para altos cargos.
Varios consejeros del gobierno de la Generalitat cobran estos complementos.
Entre ellos, Joana Ortega, Germà Gordó y Santi Vila, siete complementos este último).
V
Un nuevo ejemplo de lucha de clases, con Carlos Gila, el ejecutivo impío del fondo buitre de Panrico, como protagonista: a los 200 trabajadores que han estado en huelga durante estos ocho meses y que han vuelto al trabajo se les han mandado de vacaciones. La dirección les dio de alta en la Seguridad Social y les ha mandado de vacaciones, durante 23 días laborables. Decisión unilateral, sin consultas, sin acuerdos.
Ordeno y mando, ese es el lema.
VI
Irene Rigau, consellera de Educación, aún no había pagado las becas de FP y bachillerato a 28.000 alumnos y alumnas el pasado sábado. Las ayudas suman 39 millones. El Departamento se comprometió al pago de las ayudas de forma inmediata. ¿Lo habrá hecho?
Es el mismo retraso de todos los últimos años.
VII
El Cánfora semanal: «Tras haber superado obstáculos de todo tipo, el capitalismo del siglo XXI no desdeña las formas de dependencia de la esclavitud y semiesclavitud. Al contrario, las integra con el resto de formas de dominación con una premura y ductilidad que, por lo demás, han sido históricamente sus características peculiares… Por otro lado, la destrucción casi completa del movimiento político que, a principios del siglo XX, se había impuesto como antagonista no sumiso de capital, ha favorecido enormemente la posibilidad de imponer tratamientos diferenciados a la fuerza de trabajo. Así, hoy, se está yendo, en un progresivo descenso «a los infiernos», del corazón de Europa, donde el trabajo todavía consigue defender sus derechos, a la mano de obra esclava de los inmigrantes, o del Extremo Oriente. Vuelve la esclavitud.»
Notas:
[1] Tomado de Jacques Bouveresse, El filósofo entre los autófagos. Una visión crítica de las corrientes actuales de la filosofía francesa, México, FCE; 1989, pp. 63-64.
[2] Luciano Cánfora, La historia falsa y otros escritos, Madrid, Capitán Swing, 2013, p. 45.
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