Kizito Mihigo, a su salida de prisión en 2018. Fuente: KT Press
El cantante ruandés Kizito Mihigo perdió la vida el pasado lunes. De acuerdo con la versión oficial de los hechos, había sido detenido intentando cruzar la frontera con Burundi para unirse a los rebeldes de ese país, lo que provocó su detención por corrupción y cruce ilegal de fronteras.
Siguiendo esta versión, Mihigo habría sido encontrado muerto en su celda el lunes 17 de febrero de 2020 en una inspección rutinaria. Estas declaraciones apuntan a suicidio. (Las imágenes que han salido a la luz hacen muy difícil creer esta versión).
Estas explicaciones sin pies ni cabeza se unen a una larga retahíla del régimen del dictador genocida Paul Kagame en su afán por dibujar un relato alternativo a su régimen del terror.
La oposición y la diáspora ruandesa niegan tajantemente esta versión de los hechos, que consideran nada creíble. Kizito Mihigo nunca manifestó interés por trasladarse a Burundi; mucho menos por unirse a ninguna facción rebelde.
Mihigo fue condenado en el año 2015 a diez años de prisión acusado de incitar al odio con sus canciones, canciones de corte cristiano que únicamente hablaban de reconciliación nacional entre hermanos y del valor de la vida humana.
En octubre de 2018, fue puesto en libertad por indulto presidencial junto a algo más de dos mil presos políticos, entre los que se encontraba la líder opositora Victoire Ingabire. Una de las condiciones de esta libertad era no salir del país africano.
Para quien no lo conozca, Paul Kagame, arquetipo del líder panafricanista para los Estados occidentales, es un genocida que ha sabido maquillar la historia de Ruanda para presentarse a sí mismo como héroe nacional. Llegó al poder después de asesinar a varios presidentes y, desde 1994, ha ordenado la matanza de miles de ruandesas y ruandeses, tanto en su país como de la diáspora.
La sociedad internacional ha cerrado los ojos a esta realidad por los beneficios y ventajas que les ha facilitado, especialmente en la explotación mineral del este de la RD Congo (y antes de Zaire). De hecho, Ruanda es el primer exportador mundial de coltán, a pesar de que no se le conocen reservas de este mineral.
Desde Umoya continuaremos luchando en las trincheras de la verdad y mostraremos nuestro apoyo a nuestras hermanas y hermanos ruandeses, así como al resto de pueblos silenciados y ahogados por el imperialismo.