La organización médica está respondiendo también a las necesidades de los refugiados etíopes en Sudán
Tigray, Etiopía, 13 de enero de 2021. Según la ONU, cientos de miles de personas han tenido que abandonar sus hogares en Tigray desde que a principios de noviembre de 2020 estallaran los enfrentamientos armados en esta región del norte de Etiopía. Unas 55.000 personas han cruzado a Sudán como refugiados, mientras que otras muchas están desplazadas dentro de la región. Se hallan en ciudades, en áreas remotas o atrapadas entre focos de violencia.
VÍDEO: Declaraciones en inglés de Karline Kleijer, responsable de la Unidad de Emergencias de MSF
En aquellas zonas a las que los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han podido acceder, decenas de miles de personas desplazadas viven en edificios abandonados o en obras en el noroeste y oeste de las localidades de Shire, Dansha y Humera, en la parte occidental de Tigray, mientras que otros han hallado refugio en comunidades de acogida en otros puntos en el este y sur de la región. Estas personas tienen un acceso muy limitado a alimentos, agua potable, refugio y atención médica. Los equipos de MSF, que están prestando atención médica en la región desde mediados de diciembre, han escuchado testimonios de sus pacientes en los que cuentan que aún hay muchas personas escondidas en zonas montañosas y rurales.
En algunos de los lugares visitados por MSF, el suministro eléctrico está cortado, el de agua no funciona, las redes de telecomunicaciones están caídas, los bancos cerrados y muchas personas tienen miedo de regresar a sus lugares de origen debido a la constante inseguridad. A menudo no tienen forma de contactar con sus familiares ni pueden comprar artículos esenciales.
Algunas personas también acogen a familiares desplazados de otras partes de la región, lo cual supone una carga adicional dentro de una situación ya de por sí difícil. Los enfrentamientos estallaron en la época de la cosecha en una parte de Etiopía donde los cultivos ya estaban gravemente dañados por una invasión de langostas del desierto, lo que había provocado escasez de alimentos. Antes de que comenzaran las hostilidades, casi un millón de personas ya dependían de asistencia humanitaria en esta región. Y aunque las organizaciones de ayuda y las autoridades locales están distribuyendo alimentos en algunas áreas, estos no llegan para cubrir las necesidades de toda la población.
En el sur de Tigray, los equipos de MSF, en colaboración con el personal del Ministerio de Salud, han puesto en marcha clínicas móviles y han restaurado algunos servicios en los centros de salud de las localidades de Hiwane y Adi Keyih. Entre el 18 de diciembre y el 3 de enero, los equipos de MSF en estos lugares llevaron a cabo un total de 1.498 consultas médicas.
En el este de Tigray, MSF está apoyando el hospital de Adigrat, segunda ciudad de la región después de la capital, Mekele. Cuando uno de sus equipos llegó a esta ciudad el 19 de diciembre se encontró con que el hospital, que atendía a una población de más de un millón de personas, solo estaba funcionando de manera parcial. Dada la urgencia de la situación, MSF envió cilindros de oxígeno y alimentos para los pacientes y sus cuidadores desde Mekele, situada a 120 kilómetros al sur, y derivó a pacientes al hospital de Afder, la capital regional.
Desde el 23 de diciembre, el personal de MSF se hizo cargo de la sala de urgencias del hospital, así como del quirófano y las salas de hospitalización, pediátrica y de maternidad. También se han iniciado servicios de atención ambulatoria para niños menores de cinco años. En total, MSF atendió a 760 pacientes en la sala de urgencias del hospital de Adigrat entre el 24 de diciembre y el 10 de enero.
En el centro de Tigray, en las localidades de Adwa, Axum y Shire, los equipos de MSF ofrecen atención médica básica a algunas personas desplazadas y están dando apoyo a estructuras de salud que carecen de suministros esenciales como medicamentos, oxígeno y alimentos para los pacientes. Los equipos de MSF estiman que entre tres y cuatro millones de personas en el centro de Tigray no tienen acceso a atención médica esencial.
En las poblaciones occidentales de Mai Kadra y Humera, MSF ha apoyado algunos centros de salud y ha asistido a unos 2.000 desplazados internos mediante la provisión de atención médica, agua, productos sanitarios y de higiene y la construcción de letrinas de emergencia. La mayoría de estos desplazados ya no se encuentran en esos lugares.
Antes del conflicto, la población de Tigray era de unos 5.5 millones, incluidos más de 100.000 desplazados internos y 96.000 refugiados que ya dependían de la asistencia alimentaria, según la ONU. Además de las actividades en Tigray, los equipos de MSF han proporcionado atención médica a miles de personas desplazadas en la frontera de la región de Amhara desde noviembre. También han apoyado varios centros de salud con suministros médicos e instruido a personal del Ministerio de Sanidad en materia nutricional y en la atención de víctimas de episodios de violencia masiva.
Situación en los campos de tránsito junto a los puntos de cruce en la frontera de Sudán con Etiopía:
Los refugiados de Tigray empezaron a llegar al otro lado de la frontera con Sudán a través de varios puntos de entrada situados en los alrededores de las localidades de Hamdayet, en el estado de Kassala y Ludgi, en el estado de Gedaref. Los primeros días, las personas llegaban al campo en grandes grupos. Aún hoy, dos meses después, sigue llegando mucha gente: ancianos, niños, niños pequeños y mujeres embarazadas, aunque la mayoría son jóvenes de entre 15 y 25 años. En total, durante este tiempo, han cruzado unas 55.000 personas.
Hamdayet
MSF cuenta con equipos en todos estos puntos de entrada para identificar rápidamente a las personas con desnutrición y con necesidades médicas urgentes. En Hamdayet la organización está dando apoyo a una clínica del Misterio de Salud para prestar servicios médicos tanto a los refugiados como a la comunidad local, además de trabajar también en la mejora de los servicios de agua y saneamiento. MSF es la única organización en los puntos de cruce de la frontera, por lo que sus equipos muchas veces ofrecen información y consejos a los recién llegados acerca de dónde deben dirigirse y de los servicios que pueden encontrar en cada lugar.
La mayoría de las personas atendidas durante los primeros días llegaban solamente con la ropa que llevaban puesta. Tuvieron que huir de forma repentina y apenas le dio tiempo a llevarse nada con ellos. Viajaron durante días y pasaron por muchas dificultades durante el trayecto. Provienen de un área montañosa, con muchas colinas, y tuvieron que atravesar varios ríos para poder continuar el camino. De hecho, el río que separa Etiopía de Sudán junto a Kassala es bastante caudaloso y la gente tiene que atravesarlo a nado. Otros cruzan en barcas u optan por cruzar por tierra en Lugdi, que está algo más distante.
Los refugiados que llegan en estas últimas semanas explican que ahora resulta más difícil encontrar rutas seguras para llegar a los puntos de cruce hacia Sudán. Muchos de ellos afirman haber pasado varios días escondidos en diferentes lugares hasta poder retomar el camino.
Entre la zona de tránsito y la zona fronteriza de Hamdayet hay graves problemas en cuanto al acceso a refugio, alimentos, saneamiento y agua potable. La mayoría de los refugiados viven en la aldea junto a la comunidad de acogida, mientras que otros viven cerca del mercado, buscando refugio en casas y tiendas abandonadas.
Las principales afecciones médicas que ven los equipos de MSF son infecciones del tracto respiratorio, diarrea acuosa aguda y personas con afecciones crónicas de salud, como diabetes e hipertensión. El personal médico de la organización ha tratado varias heridas de bala y metralla y está viendo un incremento de las necesidades relacionadas con la salud mental.
Situación en los campos permanentes en el estado de Gedaref:
Los refugiados son trasladados desde los campos de tránsito y los refugios improvisados a los campamentos oficiales permanentes que hay en el estado de Gedaref: Um Rakuba y, desde hace unos días, también al nuevo campo de Al Tanideba. El transporte de los refugiados desde los campos de recepción fronterizos hasta los campos oficiales supone unas 10-15 horas de viaje en autobuses.
Desde principios de noviembre se trasladan entre 250 y 350 refugiados por día a Um Rakuba, mientras que los traslados a Al Tanideba empezaron a principios de enero, a pesar de que claramente el campo no está preparado para recibir a nadie aún y faltan todo tipo de servicios básicos en él.
Um Rakuba
MSF instaló su primera clínica para atender a los refugiados en este estado el 19 de noviembre y actualmente está incrementando sus operaciones en ambos campos. Sus equipos prestan servicios de atención primaria, salud sexual y reproductiva, salud mental, vacunaciones, tratamiento contra la desnutrición, tratamiento de enfermedades crónicas, salud antenatal y dan a las mujeres la posibilidad de poder tener partos seguros. También están poniendo en marcha un departamento de ingresos hospitalarios y trabajan desde hace semanas en mejorar las condiciones de saneamiento, en instalar puntos de agua y en mejorar el acceso a agua potable en los campos.
Para ello, MSF cuenta con dos decenas de trabajadores internacionales, aunque la mayor parte de su equipo médico está compuesto por personal local y por los propios refugiados, que se han incorporado a la estructura de la organización.
Fernando Calero García. Press officer, MSF España