La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el levantamiento del Título 42, una orden federal que reactivó el país norteamericano durante la Presidencia de Donald Trump para expulsar a los migrantes que quisieran ingresar por la frontera sur con México.
Con esta decisión, la normativa sigue vigente en territorio estadounidense, un hecho que ha sido severamente criticado por organizaciones civiles en defensa de los migrantes, que aseguran que el Título 42 solo agrava la crisis migratoria y atenta contra los derechos de los desplazados. Esta ley sanitaria fue reactivada a raíz de la pandemia de COVID-19 y autoriza la expulsión inmediata de todo migrante que quiera ingresar a Estados Unidos de manera irregular y que haya sido detenido en las fronteras terrestres.»Se ordena que la orden del 15 de noviembre de 2022 de la Corte del Distrito de Columbia, caso 1:21-cv-00100, por la presente se suspende en espera de una nueva orden del abajo firmante o del Tribunal», reza la resolución, que frena, de momento, la iniciativa del presidente Joe Biden, quien ha intentado en varias ocasiones eliminar la medida.
La resolución, firmada por el juez John Roberts, ordena que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, siglas en inglés) presente una respuesta antes del 20 de diciembre.
El Título 42 data de 1893 y tenía la idea de proteger a Estados Unidos de las recurrentes epidemias de cólera y fiebre amarilla, aunque rara vez fue invocado.
El expresidente Donald Trump la activó el 20 de marzo de 2020 para poder deportar sin demora a los migrantes indocumentados detenidos en las fronteras terrestres, lo cual afectó, sobre todo, a los solicitantes de asilo, la mayoría provenientes de México y Centroamérica.
Existe una orden judicial en Washington que prohíbe el uso del Título 42 para expulsar a familias que enfrentan persecución o tortura, como sucede con muchos de los solicitantes de asilo que llegan a la frontera sur.
La Oficina de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés) asegura que la situación del coronavirus está bajo control en Estados Unidos. Por ello, varios activistas y organizaciones sociales coinciden en que las trabas al levantamiento del Título 42 son pretextos políticos que encubren ciertas dosis de xenofobia y populismo.