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Putin traza sus «líneas rojas» que hacen recular a Biden

Fuentes: La Jornada

A siete semanas de la elección presidencial en EE.UU., el núcleo pugnaz de la anglósfera pospuso la ominosa decisión de autorizar la utilización de misiles de precisión de largo alcance al ilegítimo comediante jázaro (https://bit.ly/3QqemJr) Zelensky, vulgar marioneta de EE.UU, ante las severas advertencias de Putin, quien sin tapujos declaró que ello significaría la guerra abierta de EE.UU./OTAN contra Rusia. Desde Washington hasta Bruselas saben muy bien que Putin no es muy dado a blufear.

Empiezo con la reculada de Biden, según Kiev Post –rotativo que es más portavoz de EE.UU. que de la propia Ucrania– que detalla la decisión de la Casa Blanca de posponer la operatividad de los misiles de precisión de largo alcance en Ucrania con el fin de golpear la profundidad de Rusia, lo cual “parece ser una reculada a las más recientes amenazas del presidente ruso Vladimir Putin sobre una guerra directa (¡mega-sic!) con la OTAN (https://bit.ly/3Tv6Lvv)”.

¿En qué consistieron las amenazas de represalias de Putin cuando la guerra en Ucrania está a punto de convertirse en una guerra de la OTAN contra Rusia? Putin explayó cartesianamente, como primer punto, que el ejército ucranio no es capaz de utilizar sistemas de largo alcance de alta precisión y vanguardia suministrados por Occidente. Esas armas son imposibles de emplear sin datos de inteligencia de satélites que Ucrania no tiene. Esto sólo se puede hacer utilizando los satélites de la Unión Europea o los satélites de EE.UU.; en general, los satélites de la OTAN.

Como segundo punto: Sólo el personal militar de la OTAN puede asignar misiones de vuelo a estos sistemas de misiles. Los militares ucranios no pueden hacer esto. A juicio de Putin, “significará que los países de la OTAN, EE.UU. y los países europeos son partes en la guerra en Ucrania. Significará su participación directa en el conflicto y claramente cambiará dramáticamente la esencia misma, la naturaleza misma del conflicto. Significará que los países de la OTAN –EE.UU. y los países europeos– estarán en guerra con Rusia (https://bit.ly/3TvnC18)”. Aquí en Bajo la Lupa siempre me he definido como antiguerras, por lo que sólo subo los links de las feroces declaraciones oficiales del vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev (https://on.rt.com/cy2d), del embajador ruso Anatoly Antonov en EE.UU. (https://on.rt.com/cy28), y de Vassily Nebenzia, embajador permanente ante el Consejo de Seguridad de la ONU (https://on.rt.com/cy1d).

Los tres anteriores links pertenecen a Russia Today (RT), anatemizado por el disfuncional secretario de Estado jázaro Antony Blinken, cuyo portavoz oficial Jamie Rubin, despotricó que RT es una de las principales razones de que el mundo no haya apoyado totalmente a Ucrania (https://bit.ly/3MKehyE) ¡Qué pretexto más pueril!

¿No sirvieron, entonces, los apoyos obscenos de Televisa, Movimiento Ciudadano –con Chertorivski y Máynez– de los Krauze (padre e hijo), y la extraviada Denise Dresser, que se postraron ante el hoy ilegítimo Zelensky? ¿Qué sucedió con la omnipotente propaganda de guerra de la anglósfera? ¿A poco RT pudo sola contra la máxima maquinaria de propaganda de guerra de la anglósfera que haya conocido el género humano?

A juicio del consultor militar ruso, Andrei Martyanov, Putin no estaba blufeando y trazó nítidamente sus líneas rojas con sus fuertes declaraciones y su visita simbólica al sepulcro del príncipe Aleksandr Nevski del siglo XIII (https://bit.ly/47tOGn7). No pasó desapercibido que la candidata Kamala haya implicado –quizá con fines electoreros en el swing state de Pensilvania– a Polonia como próximo objetivo de una invasión rusa en caso de la derrota de Ucrania. Amén de que la dupla Biden/Kamala no se pueda permitir una humillante derrota en Ucrania antes del 5 de noviembre, es muy probable que su escalada de autorizar la utilización de misiles de precisión de largo alcance a Ucrania tenga que ver con el propósito de descarrilar la Cumbre de los BRICS en Kazán, a poco más de un mes, donde se juega el destino del dólar.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2024/09/15/opinion/008o1pol