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El asesinato de Charlie Kirk es un regalo caído del cielo para la agenda autoritaria de Trump

Fuentes: Rebelión [Foto:Charlie Kirk]

Traducido del neerladés por el autor

El reciente asesinato del activista de extrema derecha Charlie Kirk ha llevado las tensiones políticas en Estados Unidos a un punto de ebullición. El presidente Trump y su séquito aprovechan este incidente, que encaja perfectamente en un clima de polarización y violencia cada vez mayores, para reforzar su agenda autoritaria.

El 10 de septiembre de 2025 el joven activista de extrema derecha Charlie Kirk fue asesinado a tiros en Estados Unidos durante una conferencia en una universidad de Utah. Kirk era conocido por sus posiciones conservadoras y de extrema derecha sobre la migración, el feminismo y las instituciones educativas progresistas.

Era una figura muy influyente, especialmente entre los jóvenes, tanto dentro como fuera de EE. UU. Kirk fue un estandarte del movimiento MAGA (Make America Great Again) y era considerado un confidente de Donald Trump, quien lo elogió por movilizar a los votantes jóvenes.

Su asesinato desató una tormenta política en EE. UU. La conmemoración en la Cámara de Representantes degeneró en caos, con ruidosos insultos en vez del momento de silencio previsto.

Era previsible

Su muerte no es una sorpresa; se enmarca en un clima de fuerte polarización en el que la deshumanización es la norma para la extrema derecha y el lenguaje violento crea una atmósfera en la que la violencia física se tolera o incluso se alienta.

Solo en los primeros seis meses de 2025, es decir, después de la entrada de Trump en la Casa Blanca, EE. UU. registró más de 520 complots y actos violentos selectivos. Hubo 96 muertos y 329 heridos, lo que representa un aumento de casi el 40% en comparación con el mismo período de 2024.

Los incidentes graves, con al menos cuatro muertos o heridos, se incrementaron casi en un 200%. Los investigadores advierten acerca de «señales claras de una inquietud cada vez mayor».

El panorama no se limita a un solo partido o un solo perpetrador. El año pasado hubo dos intentos de asesinar a Trump. La casa del gobernador de Pensilvania ardió tras un incendio provocado. En junio la expresidenta demócrata del parlamento de Minnesota, Melissa Hortman, y su esposo fueron asesinados por un hombre vestido con uniforme policial.

Otros incidentes incluyen el asalto en 2022 a la casa del esposo de 82 años de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, Paul. Un intruso de derecha fracturado el cráneo de su esposo. También se han registrado un complot de secuestro contra la gobernadora Gretchen Whitmer (2020), un intento de asesinato contra el juez Brett Kavanaugh (2022) y, por supuesto, el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.

Charlie Kirk fue un instigador de esta ola de odio. Dijo, por ejemplo: «Necesitamos un juicio al estilo de Núremberg para cada médico que practique la atención de afirmación de género. Lo necesitamos de inmediato».

Este influyente influencer elaboró una «lista negra digital» de académicos que se atrevían a cuestionar el racismo, el lobby de las armas o el nacionalismo cristiano. Dicha lista fue una iniciativa de su organización, Turning Point USA.

La profesora Stacey Patton, entre otros, acabó en esa lista. A partir de ese momento, recibió durante semanas una avalancha de mensajes de odio, insultos y amenazas de muerte. Su universidad recibió cientos de llamadas exigiendo su despido, y la seguridad del campus incluso le ofreció una escolta personal.

Otras profesoras, tanto mujeres como negras y queer, también fueron atacadas de forma masiva por esta campaña de intimidación. Algunas perdieron su trabajo o abandonaron el mundo académico.

Una espiral de odio y violencia

El asesinato del activista de extrema derecha Charlie Kirk sume a EE. UU. en una nueva espiral de odio y violencia política. Mientras que los asesinatos políticos de los años sesenta (contra Martin Luther King y Robert Kennedy) estuvieron acompañados de llamados a la calma, Trump y su séquito aprovechan la muerte de Kirk para sembrar venganza y responsabilizar colectivamente a la izquierda.

Elon Musk publicó: «Si no nos conceden paz, nuestra elección es luchar o morir». El principal asesor de Trump, Stephen Miller, tildó a la izquierda de «envidiosa, maliciosa y sin alma», y la señaló como la fuente de la violencia. Incluso antes de que se conociera cualquier información sobre el autor, el propio Trump señaló a la «izquierda radical» como culpable.

Por el momento, aún no se conocen los motivos del asesino de Kirk. Lo que sí se sabe es que no es, en absoluto, un joven de izquierdas como dieron a entender los medios de comunicación dominantes. Proviene de una familia completamente republicana y se sitúa más bien en la extrema derecha. Charlie Kirk tenía bastantes opositores ultraderechistas que lo consideraban demasiado moderado.

A los estrategas e influencers conservadores poco les importa este hecho. Califican a Kirk de «mártir«, sabiendo que los mártires santifican la violencia y que quien duda traiciona la causa.

Trump ordenó que las banderas ondearan a media asta —un honor raramente concedido a quienes no son estadistas— y le otorgó póstumamente la Medalla Presidencial de la Libertad. Así, el duelo se transforma en una movilización política.

Algunos ven en el asesinato de Kirk un momento similar al del «incendio del Reichstag» (1): un acontecimiento chocante que legitima una reacción autoritaria. Aunque es improbable que llegue tan lejos como en Alemania en 1933, Trump aprovechará este suceso para reforzar su agenda de extrema derecha y autoritaria.

«Este tipo de retórica es directamente responsable del terrorismo que vemos hoy en nuestro país», dijo Trump en un discurso poco después del atentado. «Mi gobierno rastreará a todos los que hayan contribuido a estas atrocidades y a cualquier otra violencia política, incluidas las organizaciones que la financian y apoyan» (la cursiva es nuestra).

Trump también difundió un meme de IA en el que se retrata a sí mismo como el teniente coronel Kilgore de Apocalypse Now, cambia el nombre del Ministerio de Defensa mediante un decreto a «Departamento de Guerra», y pone a Chicago en la línea de fuego: «Me encanta el olor de las deportaciones por la mañana».

El vicepresidente J.D. Vance fue aún más lejos. En The Charlie Kirk Show asumió temporalmente el papel de presentador. El episodio estuvo marcado por la presencia de figuras influyentes del movimiento de Trump (MAGA), que elogiaron a Vance y a Kirk.

Vance utilizó el escenario para anunciar una línea dura: una especie de nuevo macartismo. Mencionó a organizaciones como The Nation, la Fundación Soros, la Fundación Ford y el Southern Poverty Law Center como parte de una «red de información que promueve el terrorismo» que debe ser desmantelada.

El Consejo de Educación de Texas (TEA) pasó de las palabras a los hechos y pretende retirar la habilitación docente a más de cien profesores por haber publicado supuestamente comentarios «inapropiados» en las redes sociales tras el asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk.

A raíz de un comentario sobre el asesinato de Charlie Kirk, el programa Jimmy Kimmel Live! fue retirado del aire por ABC. Trump ha dado a entender que también quiere que otros periodistas y presentadores críticos sean despedidos.

Hacia un régimen autoritario

Son bien conocidas las tendencias autoritarias de Trump. En su campaña electoral anunció que desplegaría militares contra manifestantes e inmigrantes y que movilizaría tropas federales en ciudades controladas por los demócratas.

Y está cumpliendo su palabra. Envió tropas a Los Ángeles y Washington, y también planea hacerlo a Memphis y Chicago. Tras este atentado le resultará aún más fácil que antes enviar tropas a las ciudades.

En su primer día en el cargo, Trump indultó a más de 1.500 condenados vinculados al ataque al Capitolio del] 6 de enero y los elevó a la categoría de héroes. Al mismo tiempo, dejó inoperantes a las unidades del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional que supervisaban la violencia de extrema derecha.

Para poder gobernar sin trabas, Trump planeaba depurar las más altas esferas del gobierno y despedir a decenas de miles de funcionarios federales. También en ese frente ha cumplido su palabra. En los servicios de inteligencia y en el ejército, nombró a aliados leales en puestos clave.

En los primeros seis meses desde que Trump volvió a ser presidente ha desoído o invalidado, de forma reiterada y de distintas maneras, las sentencias de los jueces.

Trump también tenía planes de demandar no solo a oponentes políticos, sino también a periodistas. Recientemente demandó al New York Times y a cuatro de sus periodistas por difamación. Reclama la friolera de 15.000 millones de dólares en indemnización.

Es necesario resistir

De este modo, Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión. Una sociedad ya desgarrada por la polarización, la violencia y la desconfianza, ve ahora como un presidente utiliza deliberadamente un asesinato para consolidar el poder y convertir a los adversarios en enemigos.

Con la normalización de la intimidación política, el despliegue de tropas federales contra opositores internos, el desprecio de las sentencias judiciales y la mordaza a la prensa y a la administración pública, el país avanza cada vez más hacia el autoritarismo.

Poco después del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, escribimos que esto «no más que el comienzo». El asesinato de Kirk es un regalo caído del cielo para Trump y amenaza con socavar los cimientos de la democracia estadounidense a un ritmo acelerado.

Para revertir la situación, será necesario un movimiento de resistencia masivo. Del Partido Demócrata no cabe esperar mucho a corto plazo. La sociedad civil se enfrenta a un desafío enorme en Estados Unidos. Si no quiere ser arrastrada, tendrá que resistir con todas sus fuerzas.

Nota:

(1) El incendio del Reichstag fue un incendio en el edificio del parlamento alemán (el Reichstag) el 27 de febrero de 1933, que los nazis aprovecharon como prueba de un complot comunista. Llevó al Decreto del Incendio del Reichstag, con el que se suspendieron los derechos civiles y se sentaron las bases para la dictadura de Hitler.

Texto original: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2025/09/16/moord-op-charlie-kirk-godsgeschenk-voor-trumps-autoritaire-agenda/