ANTES MAGA
En su campaña electoral de 2016 Donald Trump dio a conocer una sigla que iba a identificar su gobierno: Make America Great Again, (MAGA), Hacer grande a Estados Unidos otra vez. Más que un eslogan, MAGA pretende ser un movimiento político de extrema derecha, racista y xenófobo y una marca comercial lucrativa, que vende millones de gorras, camisetas y calcomanías.
Se supone que esa sigla significa “empleos, industria, fuerza militar” para revertir el declive de Estados Unidos. Anuncia el retorno a valores tradicionales en materia de género y raza, con énfasis en la supremacía machista de los blancos, siendo su ideal que los hombres trabajen y las mujeres estén en casa en ocupaciones domésticas y se regrese a la familia patriarcal de antaño. Es una contrarrevolución cultural en la cual solo existen hombres y mujeres, se imparte una enseñanza patriotera y religiosa y se expulse del país a los inmigrantes.
MAGA pretende recuperar la pesadilla americana con una concepción patriotera y nacionalista, cuyo sueño húmedo es que Estados Unidos vuelva a ser la primera economía del planeta, atraiga las multinacionales yanquis que están en el exterior, proteja la actividad económica con aranceles.
MAGA supuestamente pretendía consagrarse a los asuntos internos de Estados Unidos y dejar de organizar conflictos y guerras en el resto del mundo. Eso implicaría el recorte de la ayuda exterior y dejar de financiar a la OTAN.
MAGA es el sueño nostálgico de querer devolver a los Estados Unidos a la década de 1950, cuando era el primer país industrial del mundo, con supremacismo blanco y una familia patriarcal y, en apariencia, no necesitaba a los migrantes.
MAGA expresa un proyecto estrechamente patriotero y religioso, que se sustente en la mentira de considerar que Estados Unidos es un país bendecido por Dios y superior a los demás.
Donald Trump dice encarnar a MAGA (por ser multimillonario, blanco, machista, racista, ordinario, ignorante, vulgar…), sería el primer patriota de los Estados Unidos y sus acciones estarían encaminadas siempre a favorecer a Estados Unidos, y nada haría suponer que se fuera a desviar, siendo el defensor a ultranza de otro país, un territorio extranjero.
Pero resulta que el autoproclamado patriota número uno de Estados Unidos ha terminado siendo el vocero de otro país, de Israel, como se acaba de confirmar en un cínico discurso pronunciado en La Knéset, el parlamento de Israel. En ese lugar, Trump dio un salto de MAGA A MIGA.
AHORA MIGA
En el genocidio de Israel participa Estados Unidos, como lo ha hecho en la administración de Joe Biden y en la Donald Trump. Eso es un resultado de la descomunal influencia del lobby sionista de Israel, hasta el punto de que el Senado y la Cámara de Estados Unidos son un parlamento de ocupación sionista. Esos políticos, financiados por el lobby, dictan la política exterior de los Estados Unidos, y en su mira siempre está primero Israel.
Los miembros de ese lobby son, a la vez, ciudadanos estadounidenses e israelitas y se podría suponer que a la hora de escoger su nacionalidad no dudarían en declararse estadounidenses, y compartir la idea de MAGA. Pero hete aquí una terrible sorpresa: ellos prefieren ser de Israel y anteponer los intereses de ese ente sionista a los de Estados Unidos. Son una negación plena de MAGA, porque dejan a Estados Unidos en segundo lugar, siempre subordinados a lo que quieren y hacen los sionistas en Israel.
Su lema es MIGA (Make Israel Great Again), aunque nunca lo mencionan está grabado en su ADN. Es llamativo que Trump, que se reclama ferozmente nacionalista, de la peor especie en su odio a los migrantes y extranjeros indeseables y dice poner en primer lugar a los Estados Unidos, haya terminado apoyando de manera incondicional a un país extranjero, a Israel. Trump resultó ser el principal vocero de Israel y por eso dio el salto mortal de MAGA a MIGA.
Eso se comprueba con la reciente guerra de agresión a Irán, en que Estados Unidos apoyó al régimen sionista y llegó a bombardear, sirviendo los intereses y mentiras de Israel, instalaciones nucleares del país persa. Eso se hizo en contravía del anuncio de que Trump no iba a llevar a cabo guerras contra otros países, lo cual es pura basura, porque a él le importa más el MIGA que el MAGA. Esto, entre otras cosas, produjo una fractura dentro del movimiento MAGA, como parte del cual El Mosad asesinó del Charli Kirt, seguidor incondicional de Trump, que empezó a distanciarse de Israel y a criticarlo.
Como para no dejar dudas, el 13 de octubre, en un discurso ante la Knéset,Donald Trump confesó que, para él y su círculo más cercano primero está Israel que Estados Unidos.
Que su lema de cabecera es MIGA lo confirmó ese día, cuando enalteció por su vasta fortuna a una tal Myriam Adelson y confesó que ella y su difunto esposo, Sheldon Adelson (el Rey de los Casinos), lograron que Trump trasladara la sede de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén y le adjudicara a Israel los Altos del Golán. Es decir, una decisión de Estado trascendental, que le asigna a Israel un territorio que anexionó por la fuerza y se lo robo a Siria, fue adoptada por la presión de dos sionistas que proporcionaron millones de dólares a las campañas presidenciales de Trump.
O sea, MIGA antes que MAGA, como se evidencia al dirigirse a la lobista de Israel: Ella y su esposo me hicieron “pensar (sic) en reconocer como israelí los altos del Golán […], una de las cosas más grandiosas que le han pasado a Israel”. Y continúa: “Una vez le pregunté a Miriam […] a quien amas más a Estados Unidos o a Israel. Y ella se negó a responder. Eso implicaría que a Israel. […] Gracias, querida, por estar aquí. Es un gran honor”.
En lugar de criticarla y pedir que se le abriera un proceso por traicionar a los Estados Unidos y servir a un país extranjero, Trump la exalta y le parece grandioso que alguien que le brindó millones de dólares en plena campaña reconozca que Israel es más importante para ella.
Este es el mismo individuo que, como presidente, despotrica de los migrantes, a los que califica de basuras extranjeras, y dice amar a una persona para la cual está primero Israel que Estados Unidos. Sencillamente, el dinero sionista compra al propulsor de MAGA para que sea un incondicional de MIGA y permita que esa alianza asesina del lobby en Estados Unidos opere a favor de Israel. Bonito patriotismo el de Donald Trump, para quien de ahora en adelante su lema no es MAGA, sino siempre MIGA, Primero Israel y luego, subordinado, Estados Unidos.
Publicado en papel en El Colectivo (Medellín), noviembre de 2025
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