Hay fuerzas políticas que tienen la intención de limpiar y pasar página del franquismo respecto de lo que perjudicó a la sociedad española, pues de la misma manera estas fuerzas deberían intentar reparar el daño que también hizo el franquismo hacia fuera. Uno de las más graves ha sido el caso del Sáhara Occidental, la […]
Hay fuerzas políticas que tienen la intención de limpiar y pasar página del franquismo respecto de lo que perjudicó a la sociedad española, pues de la misma manera estas fuerzas deberían intentar reparar el daño que también hizo el franquismo hacia fuera. Uno de las más graves ha sido el caso del Sáhara Occidental, la llamada provincia 53 durante el franquismo. A la muerte de Franco y viendo que, tarde o temprano se tendría que descolonizar el Sahara Español en consonancia con el movimiento continental en boga, España entregó el territorio y la población a Marruecos y Mauritania. Esta acción fue ilegal y contraria a las leyes internacionales, y de ahí que el Sáhara Occidental aún depende legalmente de España y por eso ningún país del mundo no ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre el territorio.
Para que entendamos el caso podemos hacer un paralelismo: Imagínese una hipotética situación en la que España, harta del independentismo catalán y viendo que acabará perdiendo el territorio, decide entregar Cataluña a Francia a cambio de algunas contrapartidas. Por mucho que Cataluña esté dentro de España, esto no faculta al Estado a poder entregar el territorio y sus habitantes sin consultar a la población afectada. Lo encontraríais inaceptable, ¿verdad?
Al cabo de 5 años de guerra con Mauritania y Marruecos, Mauritania se retiró, y la guerra continuó con Marruecos hasta cumplir 16 años. A instancias de Marruecos que estaba perdiendo, Francia, EEUU y la comunidad internacional presionaron los dos países para que se firmara un alto al fuego con la promesa de un referéndum de autodeterminación. 24 años después, el referéndum, obstaculizado constantemente por Marruecos, aun no se ha podido celebrar. ¿Conocéis alguna población del mundo con más paciencia que los saharauis? Yo no.
Pero todo tiene un límite, y tras 40 años de ocupación del Sáhara Occidental, tanto la población de los territorios ocupados como la de los campos de refugiados en Argelia, quieren volver a la guerra porque sienten que Marruecos, España, Francia, EEUU y la ONU les están engañando. Saben que una guerra será una carnicería, pero no quieren aceptar la situación actual de subordinación y marginación total. De momento el Frente Polisario, representante político de los saharauis sigue apostando por una solución negociada, pero cada vez le es más difícil contener los que llaman a tomar las armas.
Últimamente las cosas se están moviendo bastante. Hace unos días hemos conocido la trágica muerte de Brahim Saika. Como a los saharauis se les margina laboralmente en su propia tierra, han salido las Coordinadoras de Parados Licenciados Saharauis. En enero hubo numerosas huelgas de hambre de licenciados saharauis en paro. De este mismo movimiento, Brahim Saika, un licenciado en sociología y dirigente de la Coordinadora de Parados Saharauis fue detenido arbitrariamente el 1 de abril a la salida de su casa en la ciudad de Gulemin, cuando se dirigía a hacer una protesta pacífica para denunciar la situación de los parados saharauis. Fue torturado durante horas y decidió comenzar una huelga de hambre para denunciar lo que le estaban haciendo de manera totalmente injustificada, que era la repetición de lo que ya le había pasado en 2008 cuando lo detuvieron mientras era estudiante en la Universidad de Marrakesh.
El 6 de abril, fue ingresado en el Hospital de Gulemin porque empeoró mucho su salud. Desde el primer día lo tuvieron esposado a la cama a pesar de su estado de salud y no se le atendió adecuadamente. Lo que provocó que 10 días después mueriera. El Hospital se ha negado a hacer la autopsia que reclama la familia para saber las causas de la muerte después de 16 días de torturas y dejadez médica.
Es un caso más de los que sufre el pueblo saharaui ocupado contra su voluntad por Marruecos. Por desgracia la muerte de Brahim Saika ha pasado muy desapercibida en la prensa internacional, aunque si fue recordado por los suyos en varias manifestaciones masivas en el Sahara ocupado, en la capital El Aaiún y en otras ciudades. Y como duele que se ignore la muerte de un activista: ¡Va por ti Brahim Saika! Este artículo es fruto de tu valentía, determinación y testigo.
Tampoco fue noticia la huelga de hambre de un mes de 13 presos saharauis del grupo de Gdeim Izik, que protestaban por las condenas de los 21 presos acusados de haber participado en el campamento de Gdeim Izik que agrupó a 20.000 saharauis reclamando sus derechos. ¡Tienen condenas, que van desde los 20 años hasta la cadena perpetua, por haber participar en un campamento al estilo de los campamentos del movimiento 15M en España!
En cambio, si fue noticia, por su notoriedad diplomática, que el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, en una gira por la zona para intentar reactivar el proceso de paz con referéndum, no fue recibido en Marruecos por el monarca Mohamed VI, en clara discordancia con sus intenciones, alegando excusas de agenda. Y también fue noticia la airada reacción de Marruecos, en su línea habitual, cuando, en la visita de Ban Ki Moon a los campos de refugiados saharauis en Argelia, donde está el gobierno saharaui en el exilio, se refirió a la situación del Sahara Occidental con la palabra ‘ocupación’. Marruecos hizo retirar la Minurso, la Misión de la ONU encargada de preparar el referéndum, y canceló sus contribuciones económicas a la ONU.
El Polisario expuso meridianamente que la expulsión de la Minurso representaba una declaración de guerra por parte de Marruecos, porque estos 24 años de espera y ‘paz’ se sustentan sobre la esperanza del referéndum pero que, derribada esta esperanza, nada podría evitar la guerra.
Con este escenario, antes del vencimiento de la Misión de la Minurso el 30 de abril, será necesario que la ONU se posicione en cómo continúa esta y también se abordará la sistemática petición, bloqueada siempre por Francia, amiga de Marruecos, que la Misión, como todas las otras misiones de la ONU, monitorice el respeto de los Derechos Humanos en el territorio ocupado.
¿Cuál será el papel de España, potencia colonial vigente? ¿Cuál será el papel de Francia, con poder de veto y eterna protectora de los crímenes de Marruecos? ¿Qué papel tendrán los EEUU de Obama que ya abogaron para que la Minurso vigilara el respeto a los Derechos Humanos? Después de 40 años parece que las cosas pueden empezar a cambiar.
¿Podrían las ‘ciudades del cambio’ (Barcelona, Madrid, Cádiz, Valencia, Santiago de Compostela, etc …) reconocer oficialmente el Sahara a pesar de que el Estado español no sea aún capaz de asumir su responsabilidad histórica para con esta ex colonia?
Jordi Oriola Folch, realizador audiovisual
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