Traducido por Juan Vivanco para Rebelión y Tlaxcala. Esta traducción es copyleft
- Llevaban años esperando pacientemente el momento propicio. Ahora creen que ha llegado. El lunes por la tarde, cuando el gobernador de Dakota del Sur estampó su firma bajo el texto de la ley que a partir de julio prohibirá todas las formas de aborto en su estado, a nadie le cupo duda en EEUU: la gran batalla para anular la Roe v. Wade, la sentencia que, en nombre de la privacidad, ha permitido que durante más de 30 años el aborto sea legal en EEUU, ha empezado ya. Los antiabortistas, con las imágenes grabadas en su mente de unos sonrientes John Roberts y Samuel Alito enfundados en sus togas de jueces del Tribunal Supremo, ya saborean la victoria. La ley, aprobada a finales de febrero por el parlamento local, no deja ningún resquicio a las mujeres que intenten interrumpir su embarazo, ni siquiera en caso de incesto o violencia sexual. La única excepción consentida es que la vida de la madre corra serio peligro. Las mujeres, por lo menos formalmente, no serán perseguidas penalmente, pero para los médicos culpables de practicar la intervención hay previstas penas de hasta cinco años de cárcel. Como la vida humana, según el texto, empieza con la fertilización, las mujeres también se arriesgan a ser acusadas de infanticidio en virtud de otra ley.
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«En la historia del mundo la verdadera prueba de civilización es el modo en que la gente trata a los más vulnerables e indefensos de la sociedad», ha explicado el gobernador, el republicano Michael Rounds, al firmar la ley. «Los partidarios de esta ley piensan que el aborto está mal, porque los niños que no han nacido aún son las personas más vulnerables e indefensas de nuestra sociedad. Yo estoy de acuerdo con eso».
- Ahora la firma de la ley probablemente tendrá el efecto inmediato de animar a los legisladores de otros ocho estados, por lo menos, como Ohio y Tennessee, que se están planteando leyes similares. Aunque la guerra, sin duda, ha empezado ya, sus resultados aún son inciertos. Como saben bien los legisladores de Dakota del Sur y el propio gobernador Rounds, la firma de la clamorosa ley sólo es el primer paso de una batalla judicial que podría durar años e incluso podría no terminar nunca en el Tribunal Supremo.
- Ayer mismo los representantes de la Planned Parenthood de Dakota del Sur, administradora de la única clínica del estado que practica abortos, unas ochocientas interrupciones del embarazo anuales, denunciaron que la ley es «claramente inconstitucional» y anunciaron que tomarán las medidas oportunas para que no entre en vigor. Probablemente ya esté lista una acción legal y bastarán 17.000 firmas para que se incluya un referéndum en las próximas elecciones de noviembre. Mientras el procedimiento judicial sigue su curso tendría que aplazarse la entrada en vigor de la ley y seguirían vigentes las normas antiguas. La iniciativa de presentar batalla frontal ha sorprendido también a muchos seguidores del movimiento antiabortista. Ayer mismo Rounds y los legisladores de Dakota del Sur dijeron que habían recibido numerosas muestras de apoyo e incluso una donación anónima de un millón de dólares para sufragar los gastos legales. Pero los sondeos dicen que dos tercios de los estadounidenses son contrarios a la abolición total del derecho al aborto. En un país donde este asunto sitúa con frecuencia en bandos distintos a los representantes de un mismo partido y de un mismo grupo étnico, muchos antiabortistas han dado a entender que habría preferido seguir con la política de pequeños pasos y pequeñas restricciones que vienen aplicando desde la sentencia Roe v. Wade de 1973. El propio Bush, desde la Casa Blanca, no oculta su oposición a una ley que no tenga en cuenta la salud de la madre ni los casos de incesto y violencia.
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«Soy pro vida, pero nunca habría optado por esta estrategia que podría dar vuelos a quienes nos tachan de extremistas y revitalizar el movimiento pro abortista, que estaba desacreditado y moribundo», ha comentado la experta en sondeos republicana Kellyanne Conway.
- Poco convencidos, los candidatos antiabortistas a las elecciones de noviembre empiezan a prepararse para responder a los ataques de quienes les acusarán de ser insensibles ante el drama de las mujeres que han sufrido un incesto o la violencia de un maníaco sexual recién salido de la cárcel. «Esta ley la han impulsado Roberts y Alito. Pero cinco de los nueve jueces están a favor de la Roe v. Wade», comenta por su parte el Chicago Tribune. «Y Roberts y Alito, como conservadores que son, ya han dado a entender que no se opondrán a la ligera a un venerable precedente».
- Fuente: http://www.lettera22.it/showart.php?id=4407&rubrica=12