A casi media centuria del Año de África y de la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), los líderes del continente vuelven a estar en franca discusión sobre el añejo tema de los procesos de integración política y económica. El asunto se arropa hoy con viejos y nuevos argumentos que le imprimen […]
A casi media centuria del Año de África y de la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), los líderes del continente vuelven a estar en franca discusión sobre el añejo tema de los procesos de integración política y económica. El asunto se arropa hoy con viejos y nuevos argumentos que le imprimen la dinámica de la actualidad. A diferencia del pasado, cuando el líder ghanés, Kwame Nkrumah, quedó prácticamente aislado en sus llamados a crear los Estados Unidos de África, ahora sí hubo unanimidad respecto a la futura creación de un gobierno continental, pero las diferencias sobrevinieron en el cómo y el cuándo.
Como suele ocurrir en la diplomacia africana cuando no se llega a un compromiso, la Cumbre de la Unión Africana (UA) en Accra creó un grupo de expertos que deberá informar del resultado de su trabajo en la siguiente reunión de mandatarios en Addis Abeba en enero de 2008.(1) Sí hubo consenso acerca de los enormes retos que enfrenta un proceso que es hoy más acuciante que nunca antes, sobre todo ante las perspectivas de regionalización en otras partes del mundo.(2)
Las principales posiciones alrededor el gobierno de la Unión están marcadas por las diferencias entre los denominados «instantistas» y los «gradualistas», entre los cuales emergió un tercer grupo, el de los «pragmáticos». Los «instantistas» son liderados por el presidente libio Muammar el Khadafi, apoyado por el senegalés Adboulaye Wade y la mayoría de los estadistas de los países de la Comunidad de Estados Sahelo-Saharianos. Los «gradualistas» se reúnen alrededor del sudafricano Thabo Mbeki y el recién estrenado presidente nigeriano Umaru Musa Yar’Adua. En la Cumbre, los «pragmáticos» quedaron sorpresivamente encabezados por Alpha Oumar Konaré, quien optó por abandonar momentáneamente su postura de panafricanista convencido para lograr avances en los temas que sí habían alcanzado el tan apreciado consenso.
La corriente de los pragmáticos optó por preservar la unidad. En ese sentido serían los grandes ganadores de la reunión de Accra, porque lo que no parece dejar lugar a dudas es que algún gobierno se construirá en un plazo relativamente corto. Lo que restaría por definir está en la esfera de cuáles prerrogativas tendría y cuánto de soberanía cederán o no los Estados africanos,(3) sin que el sesgo vista los ropajes ideológicos de otros momentos.(4)
Por su parte, los «gradualistas» lograron ganar tiempo(5) al reclamar un movimiento paulatino hacia una unión más amplia. Entre ellos, el ugandés Yoweri Museveni argumentó reconocer «el entusiasmo de quienes abogan por un gobierno continental ahora. No obstante, no deseo que pasemos de un error -la balkanización- a otro, el de la hipersimplificación de situaciones muy complejas.»(6) La mayoría de los líderes se manifestaron por la unión progresiva, optando por reforzar los bloques regionales existentes, en vez de renunciar a porciones de su soberanía.
El presidente nigeriano Umaru Musa Yar’Adua volvió sobre la vieja idea de que, mientras los africanos sigan más interesados en organismos extracontinentales que en la UA, los esfuerzos hacia una integración regional no serán válidos. Indicó que la intención real debía ser la de unir a los pueblos y no a los gobiernos y Estados.(7) En cierto sentido concordaba con la propuesta del líder libio, Kadhafi, quien, tras su recorrido por tierra para llegar a Ghana, abogó por un referéndum continental que permitiera a los pueblos tomar la decisión en lugar de los gobiernos.(8)
Los senegaleses quedaron firmemente del lado de Khadafi.(9) «Estamos listos a abandonar parcial o totalmente nuestra soberanía para unirnos a un gobierno de unidad en Africa. No tenemos problema alguno al respecto. Mi presidente está aquí con su pluma presta para firmar»,(10) fue el planteamiento del canciller senegalés Cheikh Tidiane Gadio, quien también sugirió que un pequeño grupo de Estados podrían iniciar la federación y esperar a que los otros se les uniesen.
Algunos mandatarios recordaron la historia de los anteriores intentos de unidad y se manifestaron a favor de la continuidad histórica de algunas posiciones,(11) aunque pareció faltar un balance objetivo de cuánto se ha avanzado y cuánto se ha dejado de hacer desde ese momento a la fecha.
Por su parte el premier etíope, Meles Zenawi, en franca y muy africana actitud conciliadora, llamó a no perder el tiempo creando una falsa imagen de una irreal división entre los llamados «instantistas» y los «gradualistas», subrayando que: «Sólo hay una posición: la de los ´practicalistas´».(12)
La clave tras la nueva posición de Konaré pareció ser la promesa de los «gradualistas» de acelerar los planes para la integración económica. La creación de un clima apropiado para reforzar las Comisiones Económicas Regionales es clave en ese sentido. Al darles más poder, los «gradualistas» esperan simplificar el proceso de libre movimiento de bienes, servicios y personas a través de las fronteras. El acuerdo también parece haberse proyectado hacia el compromiso de introducir una moneda común, algo que los «instantistas» ven como una «clave» para lograr un acuerdo.(13) Pero en ese sentido también aparecen las propias dificultades de los mecanismos de integración africana y lo lento del proceso de la única zona que ha iniciado una integración monetaria: África occidental.
En contrapartida a lo planteado por los mandatarios, organizaciones de la sociedad civil se han pronunciado en favor de la creación de un Gobierno continental de manera inmediata.(14)
De forma paralela a la Cumbre, el Africa Trade Network y el Economic Justice Network organizaron un Forum de los pueblos con el tema «Detener los EPAs». El mismo reunió a centenares de actores de la sociedad civil y llamó a crear una unidad frente a la propuesta de la Unión Europea al valorar los ruinosos efectos que sobre las economías de los países ACP atraerá la nueva forma de «asociación» que, en la práctica, busca una mayor apertura de los mercados africanos al comercio europeo con las consiguientes consecuencias en términos de destrucción para sectores nacionales.(15)
También líderes de la diáspora como Khalid al-Mansour han llamado a los líderes de la UA a que «No es momento de esperar (… porque) tenemos que comprender que la globalización llegó para quedarse. El mundo se está moviendo de una manera tal que África no puede enfrentar un atraso». Aunque se pronunciaron por la posición instantistas los afronorteamericanos han asumido posiciones cercanas a los gradualistas. Jesse Jackson señaló que para alcanzar una moneda común, había que lograr los criterios de convergencia lo que la experiencia en África y en Europa ha probado que se necesita tiempo y disciplina fiscal. También coincidieron en los criterios de los gradualistas respecto a la creación de un mercado común sobre el criterio de establecer y fortalecer instituciones y programas conducentes a ese propósito.(16)
En el propio discurso de independencia, el 6 de marzo de 1957, Nkrumah significó que «la Independencia de Ghana no será completada, hasta que se alcance la total liberación del continente africano». La concepción de Nkrumah no fue entendida por sus pares, en esa lista se incluyen otros preclaros africanistas como Julius Nyerere y Nnamdi Azikiwe. El caso más acabado de intento de unión sigue siendo, precisamente, el lanzado por Nkrumah con sus colegas Sekou Touré y Modibo Keita para crear la Unión Ghana-Guinea-Mali. Las divisiones de diverso tipo, incluidas las lingüísticas y la forma en que los poderes coloniales trabajaron en contra de los intentos de unidad se cuentan entre los enormes obstáculos de esa hercúlea tarea. Lo más que se alcanzó a aquella altura fue la creación de la OUA el 25 de mayo de 1963. Sin embargo, hoy parece haber otro tipo de convencimiento.
Pese a lo cual, tampoco parecería que estamos en el umbral de un gobierno africano con amplios poderes ejecutivos. Más bien podría tratarse de un nuevo órgano, con funciones protocolares y de representación de África en la arena internacional para expresar la voz única del continente ante los enormes retos que la globalización neoliberal les impone.
*Clara Pulido es directora del Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente de La habana (Cuba).
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Referencias (1) RFI, «Sommet de l’Union africaine: Les «gradualistes» remportent une bataille», 04-07-2007
(2) GNA «Union Government of Africa: Only by name? AU summit ends without agreement on government timetable», Ghana Home Page, 4-07-07
(3) Konare, A. O.: «Conferencia magistral en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba», durante su visita oficial, 24-09-07.
(4) BBC: «Leaders split over African unity», 3-07-07
(5) RFI, «Sommet de l’Union africaine: Les «gradualistes» remportent une bataille».
(6) GHP «Leaders reject pan-African dream», 3-07-07 (7) GNA: «Endorse concept of United States of Africa now – Liberia», en GhanaHomePage, 3-07-07
(8) RFI, «Sommet de l’Union africaine: Les «gradualistes» remportent une bataille».
(9) Otchere-Darko, A.: «Latest on AU Summit: it looks like the au gradualists have it», The Stateman, en GhanaHomePage, 3-07-07.
(10) BBC: «Leaders split over African unity», 3-07-07 (11) GNA: «Endorse concept of United States of Africa now – Liberia», en GhanaHomePage, 3-07-07
(12) Otchere-Darko, A.: ob. cit.
(13) Ibid. (
14) Braimah, S.: «Ghana: We Want Continental Government Now – Groups Declare», Ghanaian Chronicle, en AllAfrica.com, 29-06-07
(15) TWN-Africa: «HOT NEWS!!: Pan African ‘Stop EPA Peoples’ Forum’ in Accra», 22-06-07.
(16) Otchere-Darko, A.: ob. cit.