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Afectadas por el robo de niños piden la apertura de los archivos

Fuentes: Rebelión

Las personas afectadas por el robo de bebés se manifiestan en Madrid para solicitar al Gobierno que abra los archivos públicos, y los de la Iglesia, y se juzgue a los culpables de estos delitos.

«Si te roban a un hijo, ya no se puede vivir», dijo al término de la manifestación de víctimas de bebés robados, celebrada el sábado, en Madrid.

La marcha bajo el lema Por nuestro derecho a saber y a obtener justicia fue convocada pasadas las once y media de la mañana, frente a la sede del Ministerio de Justicia, y reunió a más de 500 personas, la mayoría víctimas del robo de niños. Las madres, padres, hermanas y hemanos no decaen en la búsqueda. Recorrieron varias calles del centro de Madrid al grito de «Justicia ya», «Los niños robados no estamos muertos», «Iglesia, abre los archivos» o «Dónde están nuestros niños».

La marcha estaba convocada por las asociaciones Sos Bebes robados de Madrid, Adelante bebés robados y Todos los niños robados son también mis niños y fue respaldada por todas las organizaciones del Estado español de niños robados, casi treinta. Existen miles de casos de bebés robados que han salido a la luz desde 2009, sobre todo de niños y niñas que fueron secuestrados en los años 80 en clínicas de toda España y por ello se han constituido asociaciones en la mayoría de las provincias.

En la protesta del sábado se encontraban afectadas y afectados del robo de bebés que se habían desplazado desde Valladolid, León, Bilbao, Guipuzkoa, Toledo, Ciudad Real, Valencia, Málaga, Sevilla… Para Soledad Luque, portavoz de Todos los niños robados son también mis niños, que busca a su hermano mellizo nacido el 25 de enero de 1965, en la antigua Maternidad Provincial de O’Donnell, es importante salir a la calle. «Cuando se puso la primera denuncia conjunta de robo de bebés, el 27 de enero de 2011, estábamos hablando de cientos de casos. Siete años después, hoy 27 de enero de 2018 estamos ya hablando de miles de niñas y niños robados», insiste Luque.

En la manifestación también se encontraban diputados autonómicos como Carla Antonelli del PSOE, Elena Sevillano, diputada de Podemos y Llum Quiñonero, diputada de podemos en el País Valencià y representantes del Congreso de los diputados, como José David Carracedo, Podemos, y Carlota Merchán, PSOE, junto al europarlamentario de Podemos, Miguel Urbán.

La marcha hizo un alto en la Iglesia de la Encarnación, donde las asociaciones pidieron que «se abran los archivos de la Iglesia a las víctimas de los bebés robados». La manifestación discurrió después por la calle Bailén y finalizó en la sede de la Archidiócesis de Madrid, al lado de la catedral de La Almudena. Al paso de los manifestantes, un grupo de turistas francesas preguntaron con asombro qué había pasado esos años en España.

Las denuncias se cierran

Las víctimas no renuncian a la lucha a pesar del archivo permanente de las denuncias. Las cifras son celosamente guardadas por el Ministerio de Justicia. Pero, a petición de las asociaciones, el Ministerio dio un informe el año pasado en el que se decía que de las más de dos mil denuncias interpuestas por robo de recién nacidos, hasta mediados de 2017, 1.552 habían sido archivadas.

En la actualidad, solamente cinco denuncias en todo el Estado se están investigando de forma efectiva, el resto están paradas o a punto de ser cerradas. Una de las denuncias en las que se tiene mucha esperanza es la de Inés Madrigal, niña nacida el 6 de junio de 1969 y robada por el doctor Eduardo Vela. Las víctimas esperan se condene en unos meses a este médico implicado, presuntamente, en mucho más casos por falsedad documental y sustracción de menores.

El Ministerio de Justicia no atiende a las víctimas. En 2015 fue la última reunión con las organizaciones de representantes por el robo de bébes y desde entonces no se les ha convocado a pesar de que cada día salen nuevos caos de niños robados en los medios de comunicación.

Las madres continúan

En la protesta del sábado, estaban muchas de las madres que han salido en los medios de comunicación relatatando una y otra vez como les robaron a sus hijos. Acusan directamente a médicos que aún están vivos y que participaron en varios robos de bebés, según las víctimas han relatado en los juzgados.

Uno de esos médicos, es el ginecólogo Ignacio Villa Elizaga declaró en 2014 como imputado en el juzgado 46 de Madrid en uno de los primeros casos que salieron a la luz, por su presunta implicación en el robo de una niña nacida el 18 de enero de 1964 y desaparecida en la maternidad de O’Donnell. En esos primeros días de enero, el médico certificó un número elevado de fallecimientos de bebés, hoy se cree que pudieron ser robados. Los afectados tienen datos que indican que enero y diciembre eran meses de mucha ‘demanda’ de bebés y los recién nacidos se convertían en un regalo.

No se investiga

Pero el Gobierno y el Fiscal general del Estado declararon en mayo pasado a una delegación de europarlamenarios que se desplazaron a España para conocer estos delitos, que «los casos de los bebés robados son hechos aislados». Tampoco quiso que se avanzara en este tema la que fue Fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, que en septiembre de 2016 dio órdenes a los juzgados provinciales para que los jueces no tomaran declaraciones, en el caso de los imputado en la Querella Argentina por los Crímenes del Estado. Entre esos imputados está Abelardo García Balaguer, ginecólogo gaditano a quién reclama la Jueza María Servini por el robo de un niño en la Línea de la Concepción, en 1967

Durante la marcha algunos afectados repasaban de nuevo su caso, cómo ocurrieron los hechos. En casi todos, intervino una monja vinculada a la orden de las Hermanas de la Caridad, muchos nombres de médicos se repiten, se repiten hospitales, y formas de actuar: se dormía a las madres y cuando despertaban el bebé no estaba o se lo había llevado a la incubadora y ahí desaparecía.

Carmen Díaz también estaba el sábado en la manifestación. A ella le arrancaron a sus hijo de los brazos, nacido el 24 de julio de 1979, en el hospital Francisco Franco, entonces, hoy Gregorio Marañón, en la calle de O’Donnell de Madrid. Denuncia que a todas las madres les cierran los casos: «Nos dicen que no tenemos pruebas, pero los tribunales no investigan, tampoco el Estado y nosotros no tenemos dinero para contratar detectives privados. Sabemos que nuestros hijos están vivos», explica esta madre, e insiste: «A mí me quitaron a mi hijo porque yo era pobre».

Implicaciones políticas

«Que más tiene que salir a la luz…», dice otra madre. «Más claro que lo ocurrido a Clara Alfonsa…» El caso de una madre en la que presuntamente estaría implicada Margarita Robles, diputada del PSOE, que según denuncia la madre participó en la entrega del bebé a otros padres que no eran los biológicos.

María Cruz Rodrigo, presidenta de Sos Bebés robados, y madre de un niño robado el 18 de agosto de 1980 en el Hospital 12 de Octubre, dijo durante la protesta: «Queremos encontrar a nuestros hijos, porque son nuestros, los parimos nosotras».

Para Ángel Casero, portavoz de Adelante Bebés robados que busca a su hermano nacido en la antigua Casa de a Madre en 1967, cree que es importante «seguir movilizándose e ir concienciando a la sociedad para que apoyen a las víctimas». Por eso todos los primeros domingos de mes estas asociaciones llevan a cabo concentraciones en la Puerta del Sol de Madrid, siguiendo el ejemplo de las Abuelas de la plaza de mayo en Argentina.

La marcha del sábado finalizó en la sede el Arzobispado de Madrid, en Bailén, 8, justo al lado de la Catedral de la Almudena. Las organizaciones convocantes hicieron un llamamiento en favor de Ascensión López, que fue robada cuando era un bebé, en 1963, y hoy se enfrenta a una condena que la llevará a prisión, por contar como una monja la vendió. Todas las asociaciones de niños robados han pedido que se indulte a está víctima pero el ministro de Justicia lo ha denegado.

Partidas de bautismo

En el Arzobispado de Madrid se encuentra el archivo que contiene cientos de documentos que las madres y los adoptados necesitan para encontrarse. Allí están las partidas de bautismo de la maternidad de O’Donnell y Santa Cristina donde se robaron cientos de niños y niñas entre los años 60 y 80 e incluso los 90. La Iglesia se niega a abrir los archivos para que las víctimas puedan conocer a sus familias, mientras algunas madres ya se han muerto.

Durante la manifestación, una madre que no quiere identificarse y que busca a su hijo robado en 1981, se preguntaba: «¿Qué puede ser más grave en un Estado de derecho que te roben a un hijo?» Ella, como todas las madres y familiares está investigando. «Nos hemos convertido en investigadoras sin serlo, lo que hacemos lo tenía que hacer el Estado porque en plena democracia, como en mi caso, todo esto se hizo a sabiendas de las instituciones e incluso con su complicidad, por ello se falsificaron los documentos de nuestros hijos», dice entre lágrimas.

Texto y fotos de María José Esteso Poves, autora del libro Niños robados de la represión franquista al negocio.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.