La importación de armamento se ha duplicado en el continente africano en solo cinco años, según un informe del «think tank» Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Como destaca el documento, el tráfico de armas en la región creció un 104% entre los periodos 2003-2007 y 2008-12, gracias, sobre todo, al aumento del consumo en […]
La importación de armamento se ha duplicado en el continente africano en solo cinco años, según un informe del «think tank» Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Como destaca el documento, el tráfico de armas en la región creció un 104% entre los periodos 2003-2007 y 2008-12, gracias, sobre todo, al aumento del consumo en los países del Norte de África (en esta zona geográfica, la progresión fue de hasta el 350%).
¿Entre los principales importadores? Argelia, Marruecos y Sudáfrica. Sin embargo, desde un punto de vista global, especialmente llamativo es el caso de Sudán, quien paradójicamente ha reducido sus entradas hasta en un 29%. Una contrariedad numérica que Andrew Mwangura, coordinador del Programa de Asistencia a marineros para el Este de África y uno de los mayores expertos internacionales en la lucha contra la piratería, conoce a la perfección.
En 2008, Mwangura fue arrestado en Kenia tras denunciar que el carguero ucraniano «Faina» (uno de los primeros casos notorios de secuestro por piratas somalíes) transportaba material bélico hacia Sudán del Sur, región por entonces perteneciente a la metrópolis Jartum y donde impera un embargo de armas desde 2004.
La doble moral, lo cierto, no fue menor. Durante meses, y ante el futuro referéndum que culminaría en la independencia de Sudán del Sur en julio de 2011, los Gobiernos regionales se embarcaron en una campaña propagandística para demostrar que el cargamento -32 tanques soviéticos, 150 lanzagranadas y 6 cañones antiaéreos – iba destinado a incrementar el arsenal del Ejército keniano y no a Sudán. «Solo fui el chivo expiatorio», destacaba entonces a ABC el experto, quien fue acusado de «emitir informaciones alarmantes».
Dos años después, Wikileaks otorgaba la razón a Mwangura. Según un cable fechado en noviembre de 2009, la Administración Bush tenía total conocimiento de esta transacción e, incluso, un miembro del Departamento de Estado, Vann H. Van Diepe, denunció a diplomáticos ucranianos un contrato de venta que mostraba a Sudán Sur como el destinatario.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=3509