África es una de las regiones del mundo más negativamente afectadas por la tendencia, cada vez más dominante entre los principales medios de información, de centrarse en noticias trágicas, en virtud de una regla autoimpuesta: «si sangra es noticia». Hambruna, desnutrición, pobreza, endeudamiento, piratería, guerras, masacres, luchas tribales, ataques terroristas, Boko Haram, Al Qaeda en […]
África es una de las regiones del mundo más negativamente afectadas por la tendencia, cada vez más dominante entre los principales medios de información, de centrarse en noticias trágicas, en virtud de una regla autoimpuesta: «si sangra es noticia».
Hambruna, desnutrición, pobreza, endeudamiento, piratería, guerras, masacres, luchas tribales, ataques terroristas, Boko Haram, Al Qaeda en el Magreb, Estado Islámico, intervenciones militares occidentales, corrupción, abusos contra los derechos humanos, masivas violaciones de mujeres y niñas y repetidas operaciones de asistencia humanitaria son, entre otros, pura adrenalina para la mayoría de los medios de información.
Este continente suele saltar también a las cabeceras de los medios cada vez que se anuncian compras masivas de petróleo por parte de China, y las inmediatas denuncias vertidas por políticos y medios occidentales a la falta de derechos humanos en el gigante asiático.
No es que todos estos hechos sean totalmente falsos. África ha sido y es aún escenario de «malas noticias».
Predicando en el desierto
Mientras tanto, decenas de expertos, analistas y activistas se esfuerzan por recordar las raíces profundas que yacen debajo de la mayoría de los dramas africanos.
Largos siglos de colonialismo, esclavitud, empobrecimiento, dilapidación de los recursos naturales por corporaciones transnacionales, millonarias ventas de armas a las partes en conflicto, extendido acaparamiento de tierras y el grave impacto del cambio climático, causado lejos de África por los países industrializados, son solo algunos de ellos.
Pero esas voces no suelen tener suficiente eco y cuando lo tienen es casi siempre pasajero y no genera acciones efectivas para ayudar a poner remedio a las causas de tantas «malas noticias».
En todo caso, el continente africano ha estado avanzando últimamente pese a las recientes fuertes caídas en los mercados internacionales de sus principales fuentes de ingresos como el petróleo, los productos básicos agrícolas, las materias primas y los minerales.
Una Agenda para el 2063
Cuando en 2013 los líderes de 54 países de la Unión Africana (UA) -todos los del continente menos el autoexcluido Marruecos- adoptaron la Agenda 2063 para lograr la transformación socioeconómica de África en el plazo de medio siglo, probablemente no esperaban que el valor de mercado de los principales recursos de sus países caería tan bruscamente en un período tan corto de tiempo.
Sin embargo, este vasto continente de 30.221.000 kilómetros cuadrados de superficie, donde viven 1.200 millones de personas que hablan 2.000 lenguas nativas distintas, está tomando varias medidas para avanzar.
Por ejemplo, este año la anual Cumbre de la UA, que celebra su 26 sesión desde este jueves 21 y hasta el día 31 enero en Addis Abeba, con participación de los jefes de Estado y de gobierno del continente, tiene como su tema central el de «Los Derechos Humanos con Especial Atención a los Derechos de la Mujer«.
Esta atención especial la justifica el hecho de que las mujeres africanas se enfrentan a siete grandes desafíos: exclusión económica; sistemas financieros que perpetúan su discriminación, limitada participación en la vida política y pública, falta de acceso a la educación y baja asiduidad de las niñas en las escuelas, violencia de género, prácticas culturales nocivas, y marginación de las mujeres de las negociaciones de paz, entre otros.
Siete máximas aspiraciones
Siete principales «Aspiraciones» africanas, que conforman la Agenda 2063, «reflejan nuestro deseo de prosperidad y bienestar compartidos, de unidad y de integración, para vivir en un continente de ciudadanos libres y de horizontes amplios, donde todo el potencial de las mujeres y los jóvenes, de los niños y las niñas sea realizado, libres de miedos, de enfermedades y necesidades», subraya la Agenda 2063.
Se trata de las siguientes aspiraciones, tal como las define la Comisión de la Unión Africana, el órgano ejecutivo de la UA:
Aspiración 1: Una África próspera, basada en el crecimiento integrador y el desarrollo sostenible.
«Estamos decididos a erradicar la pobreza en una generación y construir la prosperidad compartida a través de la transformación social y económica del continente».
Aspiración 2: Un continente integrado, políticamente unido, basado en los ideales del pan-africanismo y la visión del renacimiento de África.
«Desde 1963, la búsqueda de la unidad africana se ha inspirado en el espíritu del panafricanismo, centrándose en la liberación y la independencia política y económica. Está motivada por el desarrollo basado en la autonomía y la libre determinación de los pueblos africanos, con gobernabilidad democrática y centrada en las personas».
Aspiración 3: Una África del buen gobierno, de la democracia, del respeto de los derechos humanos, de la justicia y del imperio de la ley.
«África debe tener una cultura universal de buena gobernanza, de valores democráticos, de igualdad de género, de respeto a los derechos humanos, de justicia y del imperio de la ley».
Aspiración 4: Un continente pacífico y seguro.
«Los mecanismos de prevención y resolución pacífica de conflictos será de aplicación a todos los niveles. Como primer paso, la prevención y resolución de conflictos centrada en el diálogo será promovida activamente de tal manera que en el año 2020 todas las armas sean silenciadas. Una cultura de paz y tolerancia que se nutrirá en el espíritu de los niños y jóvenes de África a través de educación para la paz».
Aspiración 5: Una África con una fuerte identidad cultural, patrimonio, valores y ética comunes.
«El panafricanismo y la historia común, el destino, la identidad, el patrimonio, serán arraigados en el respeto por la diversidad religiosa y la conciencia de los pueblos y de la diáspora africanos».
Aspiración 6: Una África cuyo desarrollo sea impulsado por los pueblos, confiándose en el potencial de los africanos, especialmente sus mujeres y jóvenes, y el cuidado de sus niños.
«Todos los ciudadanos de África participarán activamente en la toma de decisiones en todos los aspectos. África será un continente inclusivo donde no se quedará ningún niño, mujer u hombre detrás o excluidos en función del género, la afiliación política, la religión, el origen étnico, la edad u otros factores».
Aspiración 7: África como actor global fuerte, unido e influyente.
«África será actor global fuerte, pacífico e influyente, con un papel importante en los asuntos mundiales. Afirmamos la importancia de la unidad y de la solidaridad africanas frente a las injerencias externas, incluyendo los intentos de dividir el continente, las presiones indebidas y las sanciones en algunos países».
Si África logrará o no alcanzar todos estos objetivos es algo que pertenece al futuro. La cuestión es que las aspiraciones de este enorme continente, que alberga a la quinta parte de toda la humanidad, poco han ocupados los principales titulares de los grandes medios de información.
Editado por Estrella Gutiérrez
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/