Dicen que África es pobre. Lo dicen las estadísticas. Lo dice la tele, las ongs… lo vemos nosotros mismos cuando vemos imágenes o llegamos al continente y vemos calles sin asfaltar y carreteras llenas de baches, cuando vemos a los niños comidos de tierra de arriba abajo y con los mocos colgando y cuando vamos […]
Dicen que África es pobre. Lo dicen las estadísticas. Lo dice la tele, las ongs… lo vemos nosotros mismos cuando vemos imágenes o llegamos al continente y vemos calles sin asfaltar y carreteras llenas de baches, cuando vemos a los niños comidos de tierra de arriba abajo y con los mocos colgando y cuando vamos a un pueblo y nos ofrecen arroz con arroz y en definitiva observamos que su dieta no es muy variada.
También cuando nos dicen que no tienen los medios suficientes para no morir por malaria, para detener el ébola como hacemos nosotros (en nuestras tierras claro…). En África son pobres porque mucha gente vive con menos de un dólar al día, porque muchos niños no pueden ir a la escuela porque los padres los necesitan para ayudarles con las tareas del hogar o el pequeño comercio, porque no tienen agua en casa y tienen que ir a recogerla a una fuente común con una mula, porque las oficinas son sólo una mesa, unas cuantas sillas y unos cuantos cajones, el presupuesto no da para mucho más.
Níger, el país más pobre del mundo es, sin embargo, el tercer, cuarto o quinto productor mundial de uranio, según
la fuente que se consulte. Este mineral radioactivo es explotado en Níger por Francia a través de la multinacional Areva. Francia obtiene la mayor parte de su electricidad a través de sus centrales nucleares alimentadas por el uranio. Otro apunte: Níger es excolonia francesa.
África es el continente donde el 48% de las personas viven con menos de 1,25 dólares al día según el informe de 2014 de los Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas, donde la proporción de personas con nutrición insuficiente es mayor que en cualquier otra zona del mundo, el 21% de los niños menores de 5 años tienen nutrición insuficiente y deficiencia de peso, (superado por Asia meridional con un 30%). África tiene también la mayor tasa de mortalidad de menores de 5 años con 98 de 1.000 niños nacidos vivos (una tasa que en la etiqueta ‘Regiones desarrolladas’ del informe de los ODM donde podríamos incluir a Europa está en 6 sobre 1.000) y también tiene la mayor tasa de mortalidad materna con 510 muertes de madres por cada 100.000 niños nacidos vivos, más del doble de la media mundial.
Lo que no nos dicen es que África no es pobre. La cifra que asombra es que el 65% de las tierras cultivables del planeta se encuentra en el continente africano. Y, por otro lado, cada zona y país es rica en una materia prima. En tierras africanas se encuentran oro, diamantes, maderas, cobalto, hierro, cobre, coltán, algodón, cacao, café, uranio, petróleo, etc. Cada una de estas palabras es importante, es clave para Europa, es decir, para nosotros.
Burkina Faso no tenía nada. O eso pensaban. Así que en este país se implantó el monocultivo del algodón para la industria textil y, además, se utilizó a su mano de obra para el cultivo del cacao en Costa de Marfil. En los años 80, sin embargo, comenzó el boom minero y Burkina ya es el cuarto productor de oro en África. No obstante, desde que el oro se comenzara a explotar por las multinacionales, las poblaciones que viven cerca de las minas son cada vez más pobres.
Dicen que Europa está desarrollada. Lo dicen las estadísticas y los periódicos, lo vemos nosotros mismos cuando después de ver una noticia de gente en guerra o muriendo de hambre nos alegramos de haber nacido donde hemos nacido. Cuando vemos que el coche que luce limpio y nuevo y no hace ruidos extraños se desliza suavemente en la autovía, cuando tenemos luz a todas las horas del día en casa y en las calles de nuestro barrio, agua caliente, renovamos armario cada temporada, y las oficinas tienen una estética precisa que nos recuerda a la marca de la empresa o institución que venimos a visitar, tiene una hermosa sala de espera y podemos gastar el dinero en cuidar nuestro patrimonio cultural.
Lo que no nos dicen es que Europa no existiría tal como es hoy si no fuera gracias a África.
Europa es el continente que ha conseguido todo ese llamado «desarrollo» gracias a las materias primas provenientes del sur y entre esos sures está África. El problema es que nuestra sociedad se piensa que la leche viene del cartón y no de la vaca. No hacemos por llevar a cabo un consumo responsable o como mínimo reflexionamos de dónde procede cada una de esos productos que consumimos, más o menos elaborados, cuya cadena va más allá de lo que pone en la etiqueta ‘made in’. De qué está hecha esa televisión, ese teléfono, esa tarta de chocolate, de dónde procede la energía eléctrica, y el petróleo, etc. ¿Qué supone todo esto? Que la guerra de la región este de República Democrática del Congo no termine, que los presidentes se mantengan en el poder durante años sin cuidar las necesidades de sus ciudadanos, apoyados por esa Europa que luego habla de Derechos humanos, de libertad, de justicia e igualdad, que la guerra en Centroáfrica sea indiferente a los medios de comunicación y, en consecuencia, al resto, que las empresas transnacionales exploten los recursos de estos países sin que les tiemblen las manos, empobreciendo así a sus poblaciones. Y estos son sólo unos cuantos ejemplos de nada…
Europa es el continente que comenzó esa revolución industrial que necesitaba materias primas provenientes de tierras lejanas donde se deshumanizaba a las personas, justificando así el robo de sus recursos. Y así seguimos hasta ahora. Y, ¿por qué nos fuimos en busca de esos productos a tierras lejanas? Nunca nos lo han dicho pero es que Europa no es tan rica y África no es pobre.
El coltán, el mineral de las tecnologías, mantiene a la región este de República Democrática del Congo en una guerra que parece no tener fin. Se trata de un mineral gris metálico oscuro imprescindible para la fabricación de casi la totalidad de dispositivos electrónicos. A pesar de encontrarse las minas de este mineral en el Congo, son los vecinos Ruanda y Uganda quienes exportan coltán de manera ilegal a Occidente. Allá en Ruanda el coltán es procesado antes de ser exportado a EEUU, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Kazajstán, principalmente. Las dos mayores procesadoras de coltán se encuentran en Alemania. Ruanda y Uganda, además de enriquecerse con el tráfico de este mineral, han visto como parte de su deuda externa ha sido cancelada y han sido consideradas como modelos de desarrollo económico. Por cada por cada kilo de coltán que se extrae le cuesta la vida a dos niños.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=2&id=4239