Las regiones africanas del Magreb y del Sahel han salido recientemente a la luz pública con el pretexto de que los autores de los atentados de Madrid estaban relacionados con grupos de Al Qaeda de la zona. Y mientras las preocupaciones de Estados Unidos sobre el terrorismo en la región se han ido incrementando, los […]
Las regiones africanas del Magreb y del Sahel han salido recientemente a la luz pública con el pretexto de que los autores de los atentados de Madrid estaban relacionados con grupos de Al Qaeda de la zona. Y mientras las preocupaciones de Estados Unidos sobre el terrorismo en la región se han ido incrementando, los críticos de la administración del presidente George W. Bush dicen que lo que se esconde detrás es la búsqueda continua de recursos energéticos. Ya en el otoño de 2002 la revista británica Economist lanzó la acusación de que el petróleo es «el único interés de Estados Unidos en África».
En una entrevista para Asia Times Online publicada en el otoño de 2003, el analista de seguridad de Estados Unidos, Michael Klare, autor de Resources Wars (Los recursos de la Guerra), ya advertía de una potencial implicación de Estados Unidos en África. Cuando le preguntaron dónde podría surgir el próximo conflicto por causa del petróleo después de Irak, Klare respondió: «Creo que en África, la situación se está calentado allí».
Para ilustrar el fundamento de tales declaraciones, en 2001 un informe del vicepresidente Dick Cheney sobre Política Nacional de Energía en Estados Unidos afirmaba que África iba a ser «una de las fuentes de petróleo y gas para EE.UU. de crecimiento más rápido». El 1 de febrero de 2002 el ayudante del Secretario de Estado para asuntos de África, Walter Kansteiner, declaró: «El petróleo de África se ha convertido para nosotros en una estrategia nacional atrayente». En un informe de diciembre de 2001 del Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos, titulado Tendencias Globales para 2015, se preveía que para ese año, la cuarta parte de las importaciones de petróleo de los Estados Unidos vendrían de África.
Durante el pasado mes de febrero, un pequeño grupo de importantes generales de los Estados Unidos visitó África en distintos viajes que están lejos de ser considerados como normales. Este grupo incluía al comandante de Estados Unidos en Europa, el general de Marines James L. Jones y su ayudante el general de las Fuerzas Aéreas Charles Wald. Salvo la región conocida como el Cuerno de África, el Mando Europeo de Estados Unidos supervisa todas las actuaciones en África.
. El telón de fondo de estos viajes lo constituyeron las crecientes presiones, ampliamente difundidas, de la industria y los grupos políticos conservadores de Estados Unidos para asegurarse fuentes energéticas fuera de Oriente Próximo.
En los últimos meses, los Estados Unidos han estado enviando tropas de las Fuerzas Especiales a los países de la región africana del Sahel, Mauritania, Chad, Mali y Nigeria. El esfuerzo forma parte de un programa denominado Iniciativa Pansaheliana,, diseñado para proveer entrenamiento antiterrorista para esta región militar. Otros lo han calificado como un programa para adiestrar ejércitos regionales.
La Fuerzas especiales de los Estados Unidos involucradas operan desde Alemania, donde se está llevando a cabo una investigación sobre los atentados de Madrid. La cooperación militar con Marruecos, Argelia y Túnez también se ha visto incrementada. Pero son los recientes y sustanciales descubrimientos de petróleo los que al parecer están incentivando esta cooperación y como exponía el Washington Times en un titular el 26 de febrero: «Estados Unidos vigila las redes terroristas, el petróleo en África».
En Colombia, los Estados Unidos han adquirido compromisos similares para entrenar a las fuerzas locales y asegurarse la infraestructura petrolera del país, particularmente sus oleoductos. El grupo de izquierdas conocido por las siglas FARC ha llevado a cabo una campaña guerrillera una de cuyas tácticas favoritas ha sido el sabotaje de oleoductos. De manera parecida, los sabotajes que se están realizando en los oleoductos iraquíes se han calificado de importancia capital. En una revelación sorprendente por su franqueza, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, en diciembre de 2003, se ha referido al final abierto de la política imperial que ha supuesto la intervención en Irak.
Proyectando una nueva luz sobre los atentados del 11 de marzo en Madrid, el principal grupo supuestamente implicado en el ataque, Salafia Jihadia, ya habría elegido España como objetivo el 16 de mayo de 2003 en el atentado de Marruecos. Un club privado español, la Casa de España, fue el objetivo más dañado de los cinco. Otros objetivos fueron: el Círculo de la Alianza Israelí y un cementerio judío, el Consulado belga (Bélgica tiene muchos intereses económicos en Marruecos) y un hotel para gente de negocios. La economía marroquí está sufriendo «reformas estructurales» y la creciente privatización está creando tensiones dentro del país.
A los ataques de mayo de 2002, siguió un verano tenso entre España y Marruecos debido a la disputa sobre una isla, que los militares españoles acabaron rescatando del control marroquí. También existe otra disputa, que viene de lejos, entre los dos países sobre la soberanía española en dos enclaves que se encuentran en territorio marroquí, Ceuta y Melilla. En estos enclaves hay una guarnición militar mucho más considerable que las tropas enviadas por Madrid a Irak. Algunos especulan que más allá de los objetivos islamistas de los atentados de Madrid puede haber antiguos sentimientos anti-imperialistas.
En un comentario sorprendentemente oportuno sobre la agenda de Salafia Jihadia, justo dos días antes de los atentados de Madrid, el director de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), George Tenet, declaró ante el Comité del Senado para las Fuerzas Armadas. Citó específicamente a la Salafia diciendo que estaba entre «los pequeños grupos locales con agendas domésticas limitadas». Añadió que estos grupos «tienen líderes autónomos que seleccionan sus propios objetivos y planean sus propios ataques».
Es más, según la Agencia France-Presse, los atentados de Madrid habrían sido planeados en una base de entrenamiento de Al-Qaeda, situada en la frontera entre Marruecos, Mali, Mauritania y Argelia. Un grupo argelino, el Grupo Salafí para Instruir y Combatir (Salafist Group for Preaching and Combat, GSPC, siglas en inglés) también está supuestamente implicado y como en cualquier otro atentado a gran escala en los últimos meses, el militante jordano-palestino Abu Musab al-Zarqawi habría sido, presuntamente, el cerebro, aunque algunos expertos de los servicios de inteligencia han expresado sus dudas.
Para la vieja mentalidad anticomunista, todos los grupos y facciones comunistas se consideraban uno sólo y estaban esencialmente dirigidos por la Unión Soviética. Una forma de pensar similar se viene aplicando hoy en día en Occidente a los militantes islamistas. Algunos analistas dicen que efectivamente así es, destacando que mientras que los denominados «Al-Qaeda» tienen algo en común, las diferencias entre estos grupos son con frecuencia grandes. En particular, las diferencias entre grupos comunistas y naciones eran tales que a veces llevaron a enfrentamientos armados, guerras y rupturas, como en el caso de China contra Vietnam y en las tensiones que llevaron al cisma chino-soviético.
Pero, según se dice, a mediados de marzo el GSPC tuvo enfrentamientos con fuerzas armadas de Nigeria y de Chad y Estados Unidos habría mandado comida, mantas y suministros médicos desde Alemania para ayudar a las fuerzas de Chad. Habida cuenta de los apoyos militares de Estados Unidos con base en Alemania, la explicación para las investigaciones sobre terrorismo que se están llevando en el país .se hace evidente.
Después de los enfrentamientos del GSPC en Nigeria y Chad, se informó de la preocupación de Estados Unidos por los intentos del GSPC para derrocar a los gobiernos de Mauritania y Argelia, pero en el reciente debate sobre los llamados «fallos de los servicios secretos», se ha hecho pública la existencia de una pauta para exagerar de forma considerable las amenazas y ahora es de sobra conocido que la intervención militar en Irak.se basó en esas exageraciones. El GSPC lleva mucho tiempo intentando derrocar al gobierno de Argelia e instaurar un Estado islámico. Pero esta resistencia surgió cuando el gobierno de Argelia anuló las elecciones en 1992 para «evitar que un partido islamista llegara al poder», según el Toronto Star. Y aunque el gobierno pro-Estados Unidos de Maaouyah Ould Sid Ahmed Taya de Mauritania abortó un intento de Golpe de Estado en junio de 2003, se cree que fue su propio ejército y no el GSPC quien lo promovió. El mismo Taya llegó al poder mediante un Golpe de Estado en 1984 y las elecciones en este país se han considerado «sospechosas». Es de todos conocido que Mauritania es un país donde todavía existe la esclavitud, y el Washington Post informaba en julio de 2003 que «el Sr. Taya, como otros muchos otros líderes pro-estadounidenses del Mundo Árabe, ha adoptado duras medidas para acabar con la oposición política y religiosa.
Paradójicamente, si lo que la Consejera Nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, denomina «ola democrática» va realmente a sumergir la región, parece que las zonas más afectadas serán la mayoría de los aliados de los Estados Unidos. Pero Mauritania y Argelia tienen ambas petróleo.
Un punto de vista sobre la industria del petróleo compartido por muchas organizaciones no gubernamentales, lo expresó Jim Paul, director ejecutivo de Global Policy Forum con sede en Nueva York en una entrevista publicada en enero para Asia Times Online: «Lo único importante para la industria del petróleo son los ingentes beneficios . Como todos van a lo mismo y el mercado no regula esto de manera efectiva, ha habido guerras, sobornos y corrupción prácticamente en todos los lugares donde la industria del petróleo se ha implantado».
En 2002, la antigua compañía de Rice, Chevron-Texaco (de la que fue directiva) ha afirmado que en los últimos cinco años ha invertido 5.000 millones de dólares en África, e invertirá 20.000 millones más en los próximos cinco.
Dada la cantidad de inversiones de los Estados Unidos en energía, a nadie sorprende que en la edición de 2002 del boletín informativo Alexander´s Gas and Oil Connections – muy respetado en la industria-, afirmara en un titular: «Estados Unidos se pone en marcha para proteger los intereses del petróleo en África». Y, aunque se citó a varias autoridades que enfatizaban sobre el hecho de que estas reservas estaban libres de cualquier amenaza, el artículo añadía que la Administración Bush estaba decidida a «asegurar que continuara así».
Pero los funcionarios estadounidenses han informado a los medios de comunicación de la evolución ( y el deterioro) continuos del entorno de seguridad. Mientras que en 2002 el continente ofrecía unas condiciones aparentemente estables en el sector del petróleo, esa valoración ha ido cambiando simultáneamente con el nivel de presiones internas estadounidenses para la adquisición de petróleo africano: una importante amenaza de Al- Qaeda aparece según sea la necesidad de petróleo. Algunos creen que, el pasado verano, el Secretario de Estado Colin Powell fue quien mejor ilustró la metodología que explica estas circunstancias.
En una conferencia de prensa el 10 de julio en Sudáfrica, le preguntaron a Powell cómo respondería a las críticas sobre que el nuevo interés de Estados Unidos hacia África se debía únicamente a su petróleo. Powell respondió: «La única razón por la que estamos aquí es para demostrar nuestra amistad, nuestro compromiso y para ver si podemos ayudar a gente que nos necesita».
El Congreso de los Estados Unidos ha empezado a hacer preguntas a la Administración sobre la clara búsqueda de estratagemas cínicas y palabrería engañosa en sus declaraciones.
En cuanto a ayudar a aquellos que lo necesitan, corren rumores desde 2002 de que la pequeña isla de Santo Tomé en el oeste africano puede ser el lugar elegido para una base naval estadounidense. Su posición estratégica en el Golfo de Guinea, donde recientemente se ha encontrado petróleo en las profundidades marinas, fue el origen del encuentro entre Bush y el entonces presidente de Santo Tomé, Fradique de Menezes en 2002.
Los aliados de los Estados Unidos en la zona no tienen armada y Santo Tomé y Nigeria comparten un área donde en potencia parece haber unos 11.000 millones de barriles de petróleo. Muchas de las otras reservas descubiertas recientemente están ubicadas también cerca de la costa.
Un golpe militar en julio de 2003, al que siguió inmediatamente un viaje de Powell a África, derrocó al presidente Menezes, y se dice que en las últimas dos semanas (en marzo) expertos de los Estados Unidos han empezado a entrenar a los servicios de seguridad de la isla, expresando su preocupación por los grupos de Al-Qaeda que están operando en la región occidental de África.
Como afirmaba un documento del Departamento de Defensa de los Estados Unidos del pasado invierno, escrito por Dr. Jeffrey Record: «El lenguaje actual en relación con el terrorismo se ha convertido en retórica al servicio del orden establecido». En él se hace hincapié en que casi nada importa, «un comino contra el poder contemporáneo de la etiqueta terrorista»
Ritt Goldstein en un periodista de investigación política con sede en Estocolmo. Su trabajo ha aparecido en diversas publicaciones como el Sydney Morning Herald de Australia, El Mundo de España, el Politiken de Dinamarca, así como en el Servicio Internacional de Prensa (IPS,) una agencia de noticias mundial.
Traducido por Esther Carrera y revisado por Felisa Sastre