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Un informe de la OMC advierte de que sin salud, el continente no podrá salir del subdesarrollo

África se enfrenta a una crisis de salud pública

Fuentes: laRepública.es

Según el Informe sobre la salud en la Región de África, el primer documento sobre la situación sanitaria del continente, la salud africana es, junto con la educación, un buen gobierno y una buena política económica, las primeras pautas para que los países del continente puedan salir adelante. Pero África todavía queda lejos de estas […]

Según el Informe sobre la salud en la Región de África, el primer documento sobre la situación sanitaria del continente, la salud africana es, junto con la educación, un buen gobierno y una buena política económica, las primeras pautas para que los países del continente puedan salir adelante.

Pero África todavía queda lejos de estas buenas previsiones. La diferencia entre un niño que nace en África y otro que no es que el primero tiene un 50% de posibilidades de estar desnutrido, de contraer el sida al nacer o de morir por malaria, diarrea o enfermedades respiratorias.

En ningún lugar como en África la pobreza es tan abrumadora. La población africana constituye el 10% de la población mundial, pero la mitad está por debajo de la línea de la extrema pobreza, viviendo con menos de un dólar al día. En el mundo existen más de mil millones de personas pobres, pero es en esta región África donde se concentra con mayor crudeza (330 millones).

Salud

Aun cuando la esperanza de vida en 1970 era de 45 años, y en la década de los 80 la media llegó a los 49 años en la Región de África (de la OMC), se calculaba que en el siglo XXI los africanos vivirían un promedio de 54 años. Pero las pérdidas humanas que han ocasionado enfermedades como el sida ha hecho descender de forma dramática la ya bajísima esperanza vida a los 47 años.

La OMC reconoce que la Región Africana sufre la exclusión de los circuitos comerciales que impiden la participación de los países pobres en los mercados internacionales. Sólo el 10% de los fondos dedicados a investigaciones médicas (para medicamentos y vacunas) tratan de encontrar un remedio para el 90% de las enfermedades que asolan el continente.

Lo más alarmante es que las condiciones sanitarias y las enfermedades que sufren los africanos no son sólo curables, prevenibles. El informe denuncia que la mayoría de las muertes en esta Región podría ser evitada si pudieran acceder a una salud básica.

La salud precaria de África no es un hecho aislado, sino que un síntoma como tantos otros de las condiciones paupérrimas en las que África está sumida. El 76% de la población subsahariana vive con menos de dos PIB de esta zona ha descendido un 13%, al doblarse la cantidad de gente que ha pasado a vivir con un dólar al día (de 164 a 314 millones). Esta tendencia continuará en los próximos años en el África subsahariana, donde se espera un nuevo incremento que puede ser aún más brutal que el anterior.

Maternidad y sida

Una situación de riesgo que pone fin a millones de vidas en África lo constituyen los partos, ya que 19 de los 20 países con mayor mortalidad materna se encuentran en África (el otro es Afganistán). Uno de cada diez habitantes del mundo viven en la Región africana de la OMC, y sólo el 20% de los nacimientos tienen lugar aquí; sin embargo, la mitad de las mujeres que mueren durante el embarazo o el parto se encuentran en esta zona. En 2002 murieron más de 230.000 mujeres africanas.

El grupo más vulnerable, junto con las mujeres, son los niños. Cada día mueren 12.000 niños en el África subsahariana de enfermedades curables, como neumonía, diarrea, malaria, malnutrición, etc. La OMC insiste en que millones de vidas podrían ser salvadas si los sistemas de salud en estos países fueran accesibles para toda la población.

El sida, en estos casos, tiene un impacto directo sobre la salud de la madre y el niño, considerando que en África el 20-30% de las mujeres embarazadas están infectadas con el virus, y este porcentaje asciende al 40% si hablamos de las transmisiones que pasan inevitablemente de la madre al niño.

Éste es sólo un pequeño esbozo de los estragos del sida en la población africana. Sólo un 11% de la población mundial vive en África, pero este continente alberga a más del 60% de los que tienen esta enfermedad. En 2005 más de 3 millones de personas contrajeron el sida, formando parte de los 26 millones que ya estaban infectadas. Es cierto que el acceso a los antiretrovirales se ha multiplicado por ocho (llegando a 800.000 personas) pero este progreso queda en ridículo ante los 2,5 millones de personas que murieron en la Región en año pasado, y cuando en16 países de África al menos el 10% de la población está contagiada.

Futuro

A este ritmo, será imposible cumplir con los llamados Objetivos del Milenio, uno de los cuales pretende para el 2015 reducir a la mitad el número de personas que viven bajo extrema pobreza. No obstante, se han tratado de implementar algunas iniciativas locales e internacionales que se comprometieron con este propósito.

Destaca, por ejemplo, la promesa de los gobiernos africanos en 2001 para aumentar los gastos públicos en salud en un 15%. Al año siguiente, la ONU solicitó a los países desarrollados que cedieran para el 2015 el 0,7% de su PIB para destinarlo a los países empobrecidos. Sólo Dinamarca, Luxemburgo, Noruega y Suecia han cumplido con ello por ahora.

Algunos países africanos tratan también de comprar medicamentos a precios reducidos, negociando el costo de antirretrovirales del sida ya patentados. Otros intentan conseguir antirretrovirales genéricos de países subdesarrollados, que son más baratos. Pero no es suficiente, puesto que el gasto público africano en salud es de 10 dólares por persona cada año cuando se calcula que el mínimo coste debería ser de unos 34 (en los países desarrollados la cantidad asciende a los 2000 dólares por persona).

En todo caso, la sentencia de la OMC sobre las trágicas condiciones de salud en África es muy firme, en la cual se trasluce que no son sólo los gobiernos africanos los responsables de esta situación. Puesto que los datos de su informe no deberían ser simples catálogos de desesperación o historias trágicas, «África podría superar sus problemas si hubiese una voluntad política».