A diferencia del recalcitrante MCain, Barack Obama admitió que podría hablar con Chávez. Apuntamos temas para una conversación no sólo posible, sino urgente. Díme con quien andas Obama es un sonriente rostro nuevo acompañado de intranquilizantes caras viejas. Entre sus asesores están Zbigniew Brzezinski, ideólogo de las doctrinas de hegemonía estadounidense, y Colin Powell, ejecutor […]
A diferencia del recalcitrante MCain, Barack Obama admitió que podría hablar con Chávez. Apuntamos temas para una conversación no sólo posible, sino urgente.
Díme con quien andas
Obama es un sonriente rostro nuevo acompañado de intranquilizantes caras viejas. Entre sus asesores están Zbigniew Brzezinski, ideólogo de las doctrinas de hegemonía estadounidense, y Colin Powell, ejecutor de ellas. Su vicepresidente electo es Joseph Biden, miembro de la derecha que controla la Reserva Federal, el complejo industrial-militar y Wall Street. Su jefe de gabinete es el guerrerista nacionalizado israelí Rahm Emmanuel; forman parte de su tren especuladores como Timothy Geithner, anterior directivo del FMI y presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York; Jaime Dimon, presidente del Banco de Inversión J.P. Morgan; George Soros y Warren Buffet y Lawrence Summers, Secretario del Tesoro de Clinton y ex presidente del Banco Mundial. Su consejero para el Medio Oriente es Dennis B. Ross, quien ejerció iguales funciones para Bush y Clinton. A ello se une la anunciada designación como Secretaria de Estado de Hillary Clinton, a quien James Petras llama «un Bush con faldas», y que durante su campaña amenazó: «Quiero que los iraníes sepan que si asumo el cargo de presidenta, asestaremos un golpe contra Irán. Si ellos (los iraníes) pueden hacer tonterías y pensar en un ataque a Israel, en los próximos diez años estaremos en condiciones de destruirles por completo». El problema no es tanto con quién anda Obama, sino dónde lo llevan.
Demócratas en el poder
No olvidemos que legisladores demócratas aprobaron la mayoría de las leyes neoliberales propuestas por los republicanos. Que fueron demócratas Kennedy, quien invadió Playa Girón, forzó la crisis de los cohetes e inició la guerra de Vietnam; Johnson, quien invadió República Dominicana, Carter, quien intervino en Irán. Que el demócrata Clinton secesionó Kosovo y Yugoeslavia, inició los bombardeos contra Irad, ocupó Haití e inició el plan Colombia; que el senador demócrata Obama terminó por no oponerse a las invasiones de Afganistán e Iraq y no ha prometido explícitamente acabar con ellas, que apoyó los escandalosos auxilios financieros para salvar a los banqueros fraudulentos a costa del contribuyente. Que, según nos recuerda Ralph Nader, «hizo campaña durante dos años, no prometió nada a los negros, nada a los latinos, nada a los grupos de mujeres, nada a los sindicatos». Que de acuerdo con la página www.opensecrets.org hasta mayo de 2008, habría recibido: 265.439.277 dólares en contribuciones de bancos como Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Chase, que cobran primero y conversan después.
Doctrina de seguridad y defensa de USA
Como candidato, Obama defendió la pena de muerte. Como Presidente, Obama está ligado por la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, formulada en 2002 por George W. Bush, mediante la cual dicho país se atribuye el derecho de aplicar la pena de muerte contra cualquier país por el cual se sienta amenazado, declarándole unilateralmente guerras «preventivas», con o sin asentimiento del sistema internacional. Sobre Irán, Obama declaró:»Si tenemos noticias de Inteligencia operativa acerca de objetivos terroristas de alto valor y el presidente Musharraf no actúa, nosotros lo haremos». Por si lo anterior no fuera claro, añadió sobre Irán que «No dejaremos ninguna opción fuera de la mesa, incluida la acción militar». Lo dicho vale para los demás países. Al resto del mundo le urge una derogación de dicha doctrina, con o sin asentimiento de Estados Unidos.
El complejo militar industrial
Obama está ligado por la Estrategia de Seguridad Nacional porque la economía de Estados Unidos depende de su complejo militar industrial, que lo constituye en el primer productor y vendedor de armas del mundo, y que para 2007 consume un monto de 623.000.000.000 dólares anuales, superior al gasto militar del resto del planeta. Tema para hablar largo y tendido, que tiene al mundo tendido bajo amenaza de aniquilación.
Guerras por hidrocarburos
Un aparato de tal magnitud sólo se puede justificar usándolo. Estados Unidos ha lanzado guerras con el abierto propósito de apoderarse de los hidrocarburos de los países atacados o de usar sus territorios para oleoductos o gasoductos. Por elló invadió Afganistán, Iraq y Osetia. Conversemos sobre la descontinuación de esta política, pero preparémonos para lo inevitable.
Plan Colombia
Estados Unidos lleva a cabo una intervención de talla colosal en la Hermana República. Mediante los planes Colombia, Patriota y Victoria, ha constituido un cinturón de bases, entre las cuales las más poderosas son las de Larandia y Tres Esquinas, y determinado que el país vecino mantenga cerca de medio millón de personas dedicadas a tareas de Defensa e invierta en ello unos 22.000 millones de dólares anuales, desplazando millones de sus campesinos, y millones de emigrantes hacia los países fronterizos. No estaría de más una tertulia entre las partes afectadas, que son más de las que parecen.
IV Flota
Desde mediados de 2008 la prepotente IV Flota pasea por el Atlántico y el Caribe, donde Estados Unidos mantiene las injustificables bases de Guantánamo, Curazao y Bonaire. Intimidación gratuita o brazo estratégico alargado hacia las reservas de hidrocarburos de Venezuela y las recientemente descubiertas por Brasil en su plataforma continental, la IV Flota es retoño de la diplomacia de las cañoneras, sobre la cual habría que dialogar pero también prepararse.
Bloqueo de compra de armamentos
La primera precaución del atacante es evitar que el posible atacado pueda defenderse. Estados Unidos y países bajo su influencia aplican contra Venezuela un bloqueo para impedirle comprar armas o repuestos que incorporen tecnología estadounidense. Así han quedado inutilizados parte de nuestras defensas. Charlemos, pero diversifiquemos proveedores.
Intercambios comerciales
Estados Unidos no sólo promueve este inquietante escenario estratégico, asimismo es el principal socio comercial de Venezuela; en él compramos 38,5% de nuestras importaciones, a él van el 60% de nuestras exportaciones de hidrocarburos, vitales para el coloso del Norte. Según decía Martí, el país que vende a uno solo es esclavo de él. Platiquemos, pero diversifiquemos nuestros mercados.
La Drug Enforcement Agency
Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas del mundo; en 2004 sus ciudadanos gastan en ellas 322.000 millones de dólares; y sin embargo pretende certificar o descertificar al resto del mundo y mantener en él una Drug Enforcement Agency que no sabe controlar el narcotráfico dentro de sus fronteras. Procede una cotorra diplomática, pero manteniendo la expulsión de la DEA y buscando otros mecanismos internacionales de control de drogas ilegales.
Agentes de potencias extranjeras
El Departamento de Estado transfiere dinero a la National Endowment for Democracy y otros organismos, los cuales a su vez lo entrega a personas y Organizacones No Gubernamentales para que desestabilicen países extranjeros. Sobre ellas procede charlar, pero mejor ilegalizarlas.
Tratados contra la doble tributación
El dinero que utiliza Estados Unidos para desestabilizarnos sale de los impuestos que le exoneramos de pagar a empresas y personas estadounidenses por sus ganancias en Venezuela, y que en cambio le cancelan al Tesoro estadounidense. Gracias al infame «Tratado contra la Doble Tributación», les exoneramos TODOS los impuestos que deben por ganancias obtenidas en el país, o les fijamos tasas tributarias inferiores. Conferenciemos, pero interrumpamos una entrega hacia las empresas imperiales que nos explotan, que nos hará difícil sobrevivir a la crisis.
Migraciones
Estados Unidos mantiene barreras contra la inmigración. Defendamos a los emigrantes, pero ante todo garanticémosles patrias dignas de las cuales no tengan que emigrar.
Hablando se entiende la gente. O por lo menos entiende que no se entiende.