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Cañones contra mantequilla

Ahora sólo sois pobres

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En «Chronique des Années de Braise» [Crónica de los años en llamas] (1975) de Mohamed Lakhdar-Hamina, una cinta que ganó la Palma de Oro, un profeta demente emerge de la ciudad para saludar a una horda de desaliñados campesinos. Extiende sus brazos y dice: «Erais pobres y libres. ¡Ahora sólo sois pobres!»

En mi ciudad, Bill Fabriocini (de 59 años) decidió evitar la humillación de carecer de vivienda. «No me voy a parar en la acera y en barrios de vagabundos y dormir en callejuelas,» dijo a mi periódico local, el Daily Hampshire Gazette. Fabriocini, casi un emblema del lugar, que tenía la costumbre de empujar su carrito de compras por el centro de varias calles concurridas, había sido acosado por la autoridad de la vivienda de la ciudad por acumular latas y botellas en su apartamento y su rellano. La ciudad lo desalojó, y él decidió tomar las cosas en sus propias manos. Fabriocini lanzó un ladrillo a través de un escaparate, esperó que lo arrestaran y ahora vive en el centro tutelar de menores. «La gente me ha tratado bien aquí,» dijo, y su carcelero se quejó: «Es una manera muy costosa de solucionar la carencia de vivienda.»

Mantequilla rancia

El viernes 19 de junio, la Oficina de Estadísticas Laborales dio a conocer un informe oculto. Los medios lo enterraron apresuradamente. Los actuarios de la desocupación se concentraron en las disparidades regionales, en las que el Oeste muestra la mayor tasa de desempleo regional (10,1%) y el Noreste la menor (8,3%). Tanto la Vieja Economía (Michigan tiene un 14%) como la Nueva Economía (Silicon Valley con un 11.2%) estaban afectadas por la gripe financiera global. La tasa nacional es ahora de un 9,4%, un 3,9% más que el año pasado. No han inventado ninguna vacuna.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) basada en Ginebra estima que este año habrá en todo el mundo entre 210 y 239 millones de personas sin trabajo, lo que equivale a una tasa global de desempleo de cerca de 7,4%. Esas cifras son rutinariamente bajas, ya que no pueden captar adecuadamente el desempleo y el sub-empleo en la economía informal, que aumenta actualmente. Alarmada por esas cifras, la OIT convocó a una Conferencia Internacional del Trabajo a principios de junio, en la que 4.000 delegados de 183 países adoptaron el Pacto Mundial para el Empleo. Contiene poco de nuevo: más presión sobre las firmas para que retengan a sus empleados, más finanzas públicas para la infraestructura, y más seguridad para las trabajadoras que a menudo son las primeras en ser despedidas (aunque en los actuales despidos en EE.UU., los hombres han sido los más vulnerables.) El Pacto fue a por la industria financiera casino, llamando a la construcción de un «marco supervisor y regulador más fuerte, más consistente en todo el globo, para el sector financiero, para que sirva a la economía real, promueva empresas sostenibles y trabajo decente, y proteja mejor los ahorros y las pensiones de la gente.» Como en el caso de mucho de lo que pasa en la OIT, no contó para mucho en el G-7, donde consideran que los temas laborales están por debajo de su dignidad.

En mayo de 2009, los bancos ejecutaron las hipotecas de 321.480 casas en EE.UU. Eso nos lleva a cerca de un millón de casas embargadas por los bancos sólo entre marzo y mayo, y a varios millones de personas que se suman a las filas de los carentes de vivienda. Las cifras no han disminuido. El «hijo de la hipoteca de alto riesgo,» las hipotecas de tipos ajustables (ARM) esperan su oportunidad, un mercado de 230.000 millones de dólares que provocaría una nueva ola de embargos si las tasas de interés aumentan. Lo que sucede es una recuperación en el mercado de la vivienda, como muchos analistas parecen sugerir: en el mejor de los casos, la caída ha producido una curva en forma de L, y las cifras ahora saltan a lo largo del eje inferior, en una especie de disminución suave después de una caída acelerada (es decir hasta que colapsen las ARM). El Senado (en mayo) derrotó una medida que hubiera permitido que los jueces de bancarrota ayudaran a los propietarios de casas a reducir su principal y las tasas de interés, y así impedir ejecuciones hipotecarias. La medida hubiera impedido 1,69 millones de ejecuciones hipotecarias. David Kittle de la Asociación de Banqueros Hipotecarios se jactó: «Fuimos los primeros en esto y somos claramente responsable por su derrota.» Hay una técnica en esa perturbación. Ha producido su opuesto dialéctico en grupos como Southside Together Organizing for Power (Chicago), la Toledo Foreclosure Defense League, Moratorium NOW!, y Take Back the Land (Miami).

En Roma, en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO), la ONU publicó oficialmente el viernes cifras que dan a pensar, diciendo que los hambrientos del mundo llegarán a 1.200 millones este año. El director general de la FAO, Jacques Diouf, pasó toda su carrera en temas alimentarios. Sea al trabajar en cacahuetes o arroz o agricultura o el hambre, Diouf ha sido un considerado campeón de los problemas de la alimentación y el hambre. Al dar a conocer el reciente informe, Diouf no se pudo contener: «Una mezcla peligrosa de ralentización económica global en combinación con precios porfiadamente elevados de alimentos en muchos países han llevado a unos 100 millones más de personas que el año pasado a sufrir hambre y pobreza crónicas. La silenciosa crisis del hambre – que afecta a un sexto de toda la humanidad – plantea un serio riesgo para la paz y la seguridad del mundo.» En 2008, disturbios causados por al hambre estallaron en Burkina Faso, Camerún, Egipto, Haití, Indonesia, y las Filipinas. Vietnam, India y Pakistán han prohibido la exportación de cereales, preocupados por la seguridad alimentaria, mientras que importadores de alimentos como Indonesia, Corea y Mongolia han reducido los aranceles de importación. Los expertos de la FAO esperan más de lo mismo para este año, y en los próximos.

La reunión del G-20 en Londres ofreció perogrulladas, pero ninguna plataforma para una mejora. Los terneros cebados estaban más interesados en la protección de los intereses de sus firmas transnacionales, para las cuales el «proteccionismo» es una filosofía tan obscena como el socialismo. No habrá reforma del sufrimiento a menos que se cuide primero a los bancos, o como el comunicado dice de modo tan elegante: «Nuestras acciones para restaurar el crecimiento no pueden ser efectivas a menos que restauremos los empréstitos interiores y los flujos del capital internacional.» El compromiso con el crecimiento como camino a la equidad siguió siendo estable. No habrá desembolsos para los hambrientos o los sin vivienda; el único desembolso irá a los bancos. No sorprende por lo tanto que el gobierno de EE.UU. haya permitido que la ley de Peter Defazio (Ley de Rescate «Que Wall Street pague por Wall Street» de 2009) fracasara desde el comienzo (todo lo que pedía era un impuesto de 0,25% a las transacciones del mercado en instrumentos financieros como ser opciones, acciones y futuros, una especie de Impuesto Tobin interno).

Cañones bien engrasados

Uno de los embustes más grotescos de nuestro período es que los gobiernos estén en quiebra. No pueden ofrecer alimentos y vivienda, ni hablar de puestos de trabajo, porque simplemente carecen de fondos. Es una falsedad. El problema es, como ha sido, cosa de opciones. Hay que considerar que durante todo el colapso del sistema financiero mundial, ninguno de los países redujo sus presupuestos militares. El manual de 2009 del Instituto de Investigación sobre la Paz de Estocolmo [SIPRI] muestra que en 2008 el mundo gastó 1,5 billones de dólares en armas, un aumento de un 4% desde 2007 y de un 45% desde 1999. El SIPRI comentó diplomáticamente: «Los efectos de la crisis financiera global probablemente exacerbarán esos desafíos mientras los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales se esfuerzan por reaccionar efectivamente.» Sospecho que lo que quieren decir es que los gobiernos seguirán sacándose el sombrero ante la industria de armamentos mientras exprimen al máximo la sección de servicios humanos. En la calle en la que vivo, en

Northampton, MA., está el Proyecto de Prioridades Nacionales

(www.nationalpriorities.org <http://www.nationalpriorities.org>), cuyo análisis nos muestra que 37,3 centavos de cada dólar pagado en impuestos para 2008 va a los militares. De nuevo, hay poca señal de disminución. Es más probable que se vea el caza F-22 que los trenes de alta velocidad con los que sueña California.

Las últimas cifras de World Prison Project muestran un continuo aumento en la cantidad de reclusos en todo el planeta (9,8 millones están en instituciones penales, o sea 145 personas están en una cárcel por cada 100.000; en EE.UU., el mayor encarcelador del mundo, la tasa es de 756 por cada 100.000). Las cifras de gastos para las fuerzas policiales del mundo son difíciles de obtener (EE.UU. por sí solo gasta en policía 214.000 millones de dólares). Las autoridades locales han aumentado su dedicación a la justicia criminal en un 422% entre 1982 y 2006. Esta tendencia no disminuye, a pesar de la catástrofe financiera. Mi ciudad casi continuó con sus planes de construir una nueva estación de policía por 18 millones de dólares al mismo tiempo que despedía a maestros y trabajadores sociales. Por suerte, la incapacidad de encontrar otros 4 millones, impidió que lo hiciera, y un aumento adicional de los impuestos a la ciudadanía (aprobado por mayoría) preservará la integridad de la escuela.

¿Y el BRIC?

Los dirigentes de Brasil, Rusia, India y China (BRIC) se reunieron en Ekaterimburgo, Rusia, para su primera cumbre de importancia a fines de junio. Se reunieron donde los bolcheviques acabaron con la familia del zar, y terminaron con la posibilidad de una restauración. El simbolismo podría haber llevado a creer que el BRIC decapitaría al G-7, y produciría un nuevo orden multilateral. Fue una esperanza fallida. El ministro de asuntos estratégicos de Brasil, Roberto Mangabeira Unger dijo a la prensa: «Todos están preocupados por lo delicado del tema. Nadie quiere decir cosas o hacer cosas que aumenten la volatilidad en las circunstancias de la crisis.» Con guantes de seda, los dirigentes garantizaron su fe en las amplias reglas de la economía política internacional, y sólo pidieron que el G-7 admitiera a uno de ellos al club, ya que «las economías emergentes y en desarrollo deben tener más voz y representación en las instituciones financieras internacionales.»· Es, por supuesto, una demanda correcta y democrática. Pero es insuficiente si esas «locomotoras del sur» son simplemente la nueva gendarmería del mismo viejo orden mundial. Rusia presentó el tema del dólar, amenazando con impulsar una nueva moneda de reserva, un llamado que aceleró la caída de su valor en los mercados de divisas. El comunicado final, sin embargo, retrocedió ante esas alternativas y se refugió en un llamado más modesto por un «sistema monetario internacional estable, predecible y más diversificado.» En camino a casa, el primer ministro indio, Manmohan Singh, dijo ante periodistas que los bancos centrales de los cuatro países estudiarán el problema de la divisa internacional (el reemplazo del dólar por los Derechos Especiales de Giro del FMI o algún otro mecanismo), manteniendo astutamente vivo el tema.

Volvemos a la política orquestada de la Comisión Trilateral, que reaccionó a las críticas del Tercer Mundo en 1976 con la esperanza de que emergiera una nueva «clase media internacional» para aplastar a la gentuza de abajo. Japón entró al club en 1962, y la Trilateral volvió la vista hacia Irán, Brasil, México y Arabia Saudí (Irán se convirtió en un cierto problema en 1979, y México decidió entrar a una espiral terminal de endeudamiento). Los nuevos demandantes son del BRIC, cuya lucha tiene un contenido democrático limitado (multilateralismo), pero ninguna alternativa significativa para el actual mal-orden. Singh dijo a la prensa que los países del BRIC «son responsables por el 40% de la producción y de la población globales. Si todos esos países actúan en concierto, sus voces serán oídas en los consejos globales.» ¿Cuáles son esos «consejos globales»? ¿Son la Asamblea General de Naciones Unidas, o los gabinetes en Washington, Londres, Bonn y Tokio?

El BRIC puede contribuir algo de agua para ahogar las políticas del G-7, pero no suficiente. Protestas esporádicas de movimientos populares también tienen cubos a mano. Pero carecemos de suficiente claridad ideológica, y de acuerdo, sobre un programa de acción para imponer una nueva administración. Hasta entonces, el profeta demente, el G-7, emerge de las sombras, saluda a Bill Fabriocini y a sus compañeros fatigados, y dice: «Erais pobres y libres. ¡Ahora sólo sois pobres!»

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Vijay Prashad enseña historia de Asia meridional en el Trinity College, Hartford; su libro más reciente es The Darker Nations. A People’s History of the Third World (2007). Para contactos escriba a: [email protected]

http://www.counterpunch.org/prashad06222009.html