La Delegada saharaui para España, Jira Bulahi, da la voz de alerta en un comunicado dirigido a la sociedad española y a los medios de comunicación: Los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes se encuentran en un estado de salud extremadamente crítico. Desde el 9 de marzo los presos saharauis del Grupo de Gdeim Izik de […]
La Delegada saharaui para España, Jira Bulahi, da la voz de alerta en un comunicado dirigido a la sociedad española y a los medios de comunicación: Los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes se encuentran en un estado de salud extremadamente crítico.
Desde el 9 de marzo los presos saharauis del Grupo de Gdeim Izik de la cárcel de Ait Melloul Brahim Ismaili, Mohamed Mbarek Lefkir, Sidahmed Lemjeyid y Mohamed Bani; los de la prisión de Kenitra El Bachir Boutanguiza, Mohamed Bourial, Abdallahi Lakfawni y Sidi Abdallahi Abbahah, así como Salah Eddin Lebsir, de la cárcel de Tata, se encuentran en huelga de hambre para reclamar el fin de las medidas ilegales e inhumanas que aplican contra ellos. Justo al día siguiente de iniciar la huelga, los cuatro presos de la cárcel de Kenitra fueron aislados, tal y como había amenazado el director de la prisión.
Estos presos políticos, que ya protagonizaron otras huelgas de hambre, fueron detenidos arbitrariamente en 2010 en relación con el campamento reivindicativo de Gdeim Izik y padecieron tortura, malos tratos, un juicio militar ilegal y un segundo juicio civil sin garantías basado en actas de la policía firmadas bajo la tortura y por las que fueron condenados a penas de hasta cadena perpetua.
Jira Bulahi dice que en el campamento de Gdeim Izik, desmantelado violentamente, «se protestó pacíficamente por la continua y persistente marginación de la población saharaui en su propia tierra». Además, exigían «el cumplimiento y respeto de los Derechos Humanos, incluido el derecho a la libre determinación que de conformidad con numerosas resoluciones de las Naciones Unidas le corresponde al pueblo saharaui».
El 16 de septiembre de 2017, los 19 detenidos de Gdeim Izik que permanecen en prisión fueron dispersados por varias prisiones de Marruecos, lejos de sus lugares de origen en el Sáhara Occidental y de sus familias.
El 26 de marzo las madres de Abdallahi Lakfawni y El-Bashir Boutanguiza, en la cárcel Kenitra, y la familia de Brahim Ismaili, en Ait-Melloul 2, visitaron a los presos y el relato de lo que vieron es estremecedor: «Están recluidos en celdas de castigo, conocidas como células kacho o ataúd, infectadas de insectos y gusanos; no pueden moverse, tienen dolores por todo el cuerpo, dificultad para ver y náuseas frecuentes; no hay ventilación ni higiene y las celdas son frías y húmedas. No se les permite añadir azúcar o sal al agua del grifo».
La Delegada del Polisario para España señala que, después de haber sufrido en febrero pasado el fallecimiento del miembro de Gdeim Izik Mohamed Alayoubi, se enfrentan ahora al agravamiento de la salud de estos presos «lo que sin duda producirá secuelas permanentes en su ya delicado estado», tanto físicas como mentales, «tras años de confinamiento en terribles condiciones de aislamiento».
La Delegada saharaui denuncia «el desprecio a los Derechos Humanos de los presos políticos saharauis por parte de las autoridades penitenciarias de ocupación, tales como la asistencia médica, alimentación adecuada o el derecho a ser visitados regularmente y coacciones hacia sus familiares directos, política tendente a la aniquilación de estos héroes de la causa saharaui».
Jira Bulahi hace un llamamiento a la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), presente en el territorio ocupado por Marruecos, y al representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas, Horst Kohlere, «para que velen por el estricto cumplimiento de la legalidad internacional en relación al tratamiento de las personas presas y el cumplimiento del Derecho Humanitario Internacional».
«El Sáhara Occidental, Territorio No Autónomo bajo ocupación extranjera, no es un limbo jurídico y por consiguiente sus habitantes, incluidas las persona presas, deben disfrutar de unos derechos que son inherentes a todo ser humano», concluye la delegada saharaui para España, que es miembro del Secretariado Nacional del Frente Polisario.