Líderes latinos, incluido el alcalde de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, han recibido amenazas de muerte luego de expresar su apoyo a los migrantes, revelaron los afectados a la prensa local. «Sí, es cierto que hay algunos fanáticos, personas que están tratando de amenazar a funcionarios públicos, especialmente a su servidor, pero para mí eso no […]
Líderes latinos, incluido el alcalde de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, han recibido amenazas de muerte luego de expresar su apoyo a los migrantes, revelaron los afectados a la prensa local.
«Sí, es cierto que hay algunos fanáticos, personas que están tratando de amenazar a funcionarios públicos, especialmente a su servidor, pero para mí eso no es importante», declaró Villaraigosa, quien no identificó a los agresores.
«Lo importante es que tengo la responsabilidad de representar a todo Los Angeles, incluyendo a los migrantes, y no voy a dejar esa responsabilidad porque haya extremistas que amenazan», afirmó al diario La Opinión.
«Es cosa diaria», expresó, por su parte, el presidente de la Hermandad Mexicana Latinoamericana, Nativo López, sobre los avisos que recibe.
Las presentaciones que López hace en medios de habla inglesa, como la cadena Fox y el programa de Lou Dobbs en CNN, son las que con frecuencia causan reacciones negativas, explicó el dirigente, quien participó en las marchas del pasado 25 de marzo en Los Angeles.
«Ya tengo callo en el asunto. Me han amenazado desde que tenía 17 años de edad», comentó López.
En una ocasión, durante la campaña de Loretta Sánchez contra el republicano Bob Dornan, recibió un paquete sospechoso, acompañado de una llamada telefónica, por lo que tuvo que llamar a la policía para cerciorarse de que no era una bomba.
Para Armando Navarro, profesor de la Universidad de California en Riverside y coordinador de la Alianza Nacional para los Derechos Humanos, los mensajes de intimidación no son nada nuevo.
Desde el verano de 2004, cuando ayudó a organizar protestas tras las redadas de Migración en el Inland Empire, recibió amagos.
«Desde entonces y ahora con lo que estamos haciendo me cuido», añadió. «Es parte de la política todo el tiempo».
«Lo que estamos observando, la respuesta tan grande de la gente, está incomodando a las fuerzas derechistas, y a lo mejor deciden tomar alguna acción. Lo interesante, sin embargo, es que el movimiento no tiene una cúpula centralizada», apuntó.
El tono acalorado del debate en torno de la migración ha dado pie a incidentes de intolerancia, como la quema de una bandera mexicana en Phoenix. Además, un incendio provocado el miércoles en el restaurante Mariachi’s Mexican Bar and Grill, en el poblado de Jamul, cercano a San Diego.
Los propietarios, una familia latina que abrió el restaurante hace dos años, aseguraron haber recibido amenazas y que la noche de la conflagración escribieron en su establecimiento epítetos raciales con pintura de aerosol.
Por otra parte, un reducido grupo de manifestantes se presentó el jueves frente a las oficinas de la congresista Maxine Waters por supuestamente haber «vendido» a su comunidad, al apoyar una reforma que podría legalizar a millones de migrantes.
«Nuestro país está siendo invadido por indocumentados», aseveró John Spencer, dirigente de la organización One Stop Inmigration.