Una mujer sola, con sus manos desnudas y su melfa engalanada, puede más que el estado invasor y los estados cómplices, más que la cobardía española y la vesanía francesa, más que el petróleo que quieren robar y que los fosfatos que ya han robado: la hidra de cien cabezas no puede nada frente a […]
Una mujer sola, con sus manos desnudas y su melfa engalanada, puede más que el estado invasor y los estados cómplices, más que la cobardía española y la vesanía francesa, más que el petróleo que quieren robar y que los fosfatos que ya han robado: la hidra de cien cabezas no puede nada frente a la sonrisa de Aminetu, el recuerdo sagrado de Gandhi, la protesta de las manos abiertas: caerán si la vuelven a encarcelar, y si no la encarcelan manarán rosas de sus huellas y cuando esparzan su aroma, también caerán. Rendíos: Aminetu está en El Aaiun. (Gonzalo Moure, Escritores por el Sahara)
Después de su periplo por diferentes continentes, que la ha llevado a recorrer durante seis meses países como Suecia, España, Bélgica, Italia, Sudáfrica, EE.UU., Francia, Suiza y Holanda, la defensora de los Derechos Humanos Aminetu Haidar regresó el pasado 15 de noviembre, a bordo de un avión de la compañía Binter, a la ciudad ocupada del Aaiún.
Una vez aterrizado el avión, los pasajeros recibieron a través de los altavoces, la orden de bajar del avión descendiendo en primer lugar los pasajeros con ciudadanía marroquí, solicitando a los pasajeros de distinta nacionalidad permanecer en sus asientos hasta nuevo aviso. La señora Aminetu Haidar, continuó sentada respondiendo a las azafatas que ella no era marroquí, por lo que debía permanecer sentada hasta que se permitiera descender a los pasajeros extranjeros.
El piloto intervino ante la negativa de Aminetu a descender del avión con el resto de los pasajeros marroquíes, y ésta le respondió que ella era ciudadana saharaui con documentos elaborados por el colonialismo marroquí. El piloto contactó con los comisarios de la policía informándoles del caso, invitando a Aminetu Haidar a descender del avión sin utilizar ningún término ofensivo en su vocabulario.
Ya en el hall del aeropuerto, Aminetu Haidar fue recibida por su familia y por decenas de militantes de Derechos Humanos que acudieron al lugar para recibir y elogiar a la gran defensora de los Derechos Humanos del pueblo saharaui.
Aminetu, sonriente pero erguida y con expresión de desafío, pasó todos los controles aeroportuarios y saludó a todos los saharauis que allí se encontraban con el insignia de la victoria.
Ya de camino hacia su casa y acompañada por una caravana de vehículos, la policía detuvo a uno de automóviles que la acompañaban en el trayecto y Aminetu Haidar bajando de su coche exigió que fuera liberado. Ya llegando a su casa, fue recibida por los tradicionales «yu-yu» de las mujeres, por eslóganes y banderas saharauis, que sostenían centenares de personas llegados desde los barrios de la ciudad de El Aaiún y de otras ciudades como Smara, Tan-tan, Assa, Goulimin, Bojador, Dajla.
A pesar del despliegue policial y del rechazo de las fuerzas de seguridad marroquíes, el flujo de visitantes, seguidores, familiares, amigos y vecinos que intentaban visitarla en su casa a lo largo de la noche de ayer y del día de hoy, no ha cesado.
La gran acogida mostrada por los ciudadanos saharauis en la ceremonia de recepción brindada a Aminetu Haidar por su regreso a los Territorios Ocupados, ha provocado también manifestaciones paralelas en su favor, en los barrios de Matal-la, Mulay Rachid y la calle Magreb Árabe, donde decenas de jóvenes saharauis han alzado banderas nacionales saharauis y han coreado eslóganes exaltando la figura y la labor de Aminetu Haidar al tiempo que mostraban su rechazo a la ocupación marroquí. Estas manifestaciones concluyeron con un intercambio de pedradas con la policía, alrededor de las dos de la madrugada del día 15, con varias detenciones, según testigos oculares de lo ocurrido.