Contradicciones internas en los servicios de inteligencia de EE.UU. sobre manipulación de informes.
El creciente escándalo sobre las presuntas intervenciones del Director Nacional de Inteligencia (DNI, por su sigla en inglés) James Clapper para que la inteligencia del Comando Central (CentCom en la jerga militar) del US-Army falsee los informes de inteligencia sobre la guerra contra el Estado Islámico (EI) es una evidente interna entre servicios de inteligencia, pero puede afectar a Barack Obama y al conjunto del Medio Oriente.
El creciente escándalo sobre las presuntas intervenciones del Director Nacional de Inteligencia (DNI, por su sigla en inglés) James Clapper para que la inteligencia del Comando Central (CentCom en la jerga militar) del US-Army falsee los informes de inteligencia sobre la guerra contra el Estado Islámico (EI) es una evidente interna entre servicios de inteligencia, pero puede afectar a Barack Obama y al conjunto del Medio Oriente.
De acuerdo a un informe publicado por Spencer Ackerman en The Guardian del pasado sábado 12 (http://www.theguardian.com/us-news/2015/sep/11/house-pentagon-briefing-intelligence-allegations-isis), durante meses el DNI habría mantenido contactos diarios con el general Steven Grove, jefe de Inteligencia del CentCom, para tratar con él los informes sobre la lucha contra el EI. Resulta extraño que el jefe máximo de los 16 servicios de inteligencia se comunique directamente con un oficial muy subalterno obviando los canales orgánicos.
Según los críticos, en estas conversaciones el Director habría inducido al general a edulcorar las conclusiones de los informes que envía al Pentágono, para que la Casa Blanca pueda seguir mostrando una visión optimista de la guerra.
A partir de la denuncia que realizaron 50 expertos de inteligencia, el Secretario de Defensa Ashton Carter ordenó al Inspector General de la Defensa, John Rymer, que investigue. La pesquisa se concentra en el general Grove, pero también será afectado el general Lloyd Austin III, jefe del Comando Central. Según informó el liberal TheDailyBeast (http://www.thedailybeast.com/cheats/2015/09/15/analysts-find-cooked-isis-intel-evidence.html ), el martes 15 un grupo de expertos del CentCom entregó a los investigadores la documentación probatoria de su denuncia. Considerando la burda tergiversación de información de inteligencia que condujo en 2003 a la invasión de Irak, la denuncia ha suscitado una inusitada atención.
La situación organizativa es complicada, porque los denunciantes son empleados de la Agencia de Inteligencia para la Defensa (DIA, por su sigla en inglés) -independiente de los comandantes en operaciones-, pero son supervisados por oficiales del CentCom.
Los bombardeos contra el Estado Islámico en Irak y Siria comenzaron hace un año. Si bien, sobre todo al principio, le causaron ingentes pérdidas, la campaña no bastó para repeler a los terroristas. Por eso los críticos sostienen que hay que mandar tropas a combatir, aunque la Casa Blanca teme favorecer la propaganda islamista.
Los medios norteamericanos tienden a presentar el caso como un conflicto entre «honestos» analistas de inteligencia y oficiales militares ávidos de hacer carrera que informan al gobierno lo que éste quiere oír y presentar sobre la guerra en Levante, pero no es probable que los denunciantes se hayan animado a atacar al máximo jefe de la inteligencia sin un apoyo de altísimo nivel. ¿El Secretario de Defensa Ashton Carter? ¿El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey? Ambos han manifestado diferencias con la conducción de la guerra en Siria e Irak y presionan a la Casa Blanca.
La agudización de la guerra en todos los frentes, el éxodo de cientos de miles de refugiados y la creciente intervención militar rusa alarman al Alto Mando estadounidense. Como en guerras anteriores, a falta de conducción política, los generales presionan para radicalizar su intervención. Mientras en Washington avanza la militarización de la política, en Levante se anuncia la próxima guerra en gran escala.
Fuente: http://tiempo.infonews.com/nota/186691/apriete-de-generales-a-obama