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Argelia es una grieta

Fuentes: Rebelión

«Lo peor de inventarse a los enemigos, es que al final acabas por tenerlos». De esta forma El Roto le da vida a una de sus tantas y geniales viñetas, haciendo de sus creaciones verdaderos tratados de filosofía y estética. Si alguien pidió alguna vez un Nóbel de literatura para Bob Dylan, hoy pido yo […]

«Lo peor de inventarse a los enemigos, es que al final acabas por tenerlos». De esta forma El Roto le da vida a una de sus tantas y geniales viñetas, haciendo de sus creaciones verdaderos tratados de filosofía y estética. Si alguien pidió alguna vez un Nóbel de literatura para Bob Dylan, hoy pido yo uno para este «rotoso» artista español, a condición de que luego, si se le otorga -cosa que dudo-, no lo vaya a recibir.

La palabra roto me llevo a rotura y de allí a grieta, entonces apareció Sábato, longevo sabio bonaerense que también merece otro Nóbel sin confirmar su asistencia: «el ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos, porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer». Y entonces llegue a Argelia.

Argelia tiene muchas grietas. Grietas en las irregulares veredas, en el agujereado asfalto, en los abollados coches, en sus viejos edificios… en los estoicos rostros. ¡Hasta en las mismas grietas! Hay en las grietas argelinas una estremecedora capacidad intrínseca para descubrirse tan solo con una mirada. Y en ellas se descubren realidades multidimensionales, laberintos y túneles inextricables que hacen de la paradoja una regla y de la norma una excepción.

Esta tierra de sufrimientos e invasiones, de corsarios y conquistas… y de liberación; recibe del destino -contra el que nadie la talla- una nueva grieta en este sangrante y sorpresivo año 2007.

Este fue un año pleno de acontecimientos importantes, a la vez que trágicos. En Enero se inaugura el nuevo Aeropuerto Internacional de Argel -Houari Boumedien- y con el se reabren las actividades suspendidas durante todos estos años -desde los 90- a las compañías aéreas extranjeras. Este acontecimiento parece ser el signo de una nueva Argelia abierta y pujante… que se globaliza.

Luego vendrían las negociaciones con Rusia a la vez que las conversaciones acerca de la posibilidad de una OPEP del Gas. Estos socios comerciales cada vez más importantes con cerca de 15 mil millones de dólares en contratos de compra de armas, habrían mostrado a mediados de 2006 cómo ciertos aparatos comprados a la firma americana Brown & Roots Condor estaban trucados y conectados a una red central electrónica en el país de origen. La misma firma que fuera objeto de un atentado contra sus trabajadores frente a Bouchaoui -un bosque cercano a Club de Pinos y super custodiado por la gendarmería a las afueras de Argel- en diciembre de 2006. Todos estos acontecimientos no habrían sido celebrados por los americanos.

Mas tarde la negativa por parte del Ministro de Relaciones Exteriores argelino a ser base del Africom -Comando militar americano en África- suscitaría respuestas y enfado del lado americano.

Todo esto indicaba que la hegemonía estadounidense estaba cambiando, en pleno declive.

Y llegó el 11 de Abril, que abrió la página a un nuevo relato -y concentrado- del manido «terrorismo islamista», cuyo prologo se escribiera el 11 de Septiembre de 2006 a raíz de la anunciada unión entre el GSPC y Al Qaeda, ratificada en enero de 2007 bajo denominación de AQMI -Al Qaeda en los países del Magreb Islámico-.

Quienes sean los verdaderos miembros, instigadores o financistas de estas siglas macabras parece importar poco, relativizando, a la hora de hurgar en los beneficiarios de tales crímenes de lesa humanidad -lamentable pero irónica retaguardia de una vanguardia imperial que no pregunta antes de disparar y dispara por lo que se supone que hubiese uno hecho sin haberlo hecho todavía, acaso porque tengan en su poder vaya uno a saber si alguna información taquionica proveniente de un mismo futuro escrito por ellos mismos-.

Y Argel estremeció. Pero también recordó confusamente la década perdida, que por estar perdida llamo a su confusión pero no a su olvido. En pleno corazón de Argel, con kamikazes y coches bomba, se puso así la primera piedra, una piedra que también ostenta grietas -y con ellas paradojas-. Inmediatamente después hubo un paréntesis insólito, proveniente de la Embajada de EUA -actual bunker reformado según nuevas normas de seguridad consecuencia del 11-S-, alertando acerca de posibles blancos de ataque en la central de correos y otros edificios según fuentes sin confirmar, a lo que Dilem -caricaturista de Liberte– irónicamente solicitaría los nombres y apellidos de las victimas.

Mas tarde vendría Lakdharia, Batna y Dellys. En Batna intentaría un niño de 15 años matar al presidente Bouteflika, dejando a su paso decenas de muertos y heridos. Ironías del destino el escuchar a un Bouteflika diciendo en Marzo ultimo -y en ocasión de la visita de los Reyes de España a la ciudad de Oran- que el salafismo alqaedista no era mas que propaganda y, a excepción de El Watan, cómo la prensa argelina haría suya también esa reflexión aportando una día sí y otro también, cantidad de análisis de «expertos» en terrorismo yihadista -nueva disciplina bien remunerada que empieza a dar cátedra en algunas Universidades del llamado «primer mundo»- minimizando el terrorismo en Argelia y destinándolo al rincón de los juguetes perdidos y olvidados.

En Septiembre nos sorprendería un Paul Wolfowitz -antiguo halcón de Bush y discípulo de Leo Strauss- con declaraciones contrarias al Africom. No se sabe bien si por esto de la «mentira noble» del fallecido filosofo o por su escándalo en el Banco Mundial acerca de la subida de sueldo de su novia.

A fines de Octubre y de manera insólita en un país con reservas de mas de 90 mil millones de dólares y argelinos que comen carne una vez por semana, el presidente Bouteflika se dirigía a los jóvenes reconociendo el fracaso a medio camino del conocido plan de quinquenal de reactivación económica, que puede gastarse mas de 1 millón de dólares por hora. ¡Y preocupando a la población acerca de la posibilidad de mas harragas -personas que se lanzan a la odisea de cruzar el Mediterráneo en una patera- y más kamikazes!

Mas tarde vendría Zar-kozy con sus 120 caballeros blindados -y con calculadoras configuradas en el Escuela de Chicago- a firmar contratos por 5 mil millones de euros en materia energética y nuclear. Rápido e hiperactivo como es él, luego de declarar que el colonialismo en Argelia había sido injusto -porque si no lo era, los contratos estarían rubricados con una calidad inferior-. Parece haber valido la pena ir a recibirlo a las escaleras del avión y con alfombra roja.

Días después saldría a correr por las calles de Argelia la noticia -que no tan noticia- de la posibilidad de un tercer mandato para Bouteflika, previa modificación de la Constitución en el Consejo Constitucional.

Y llego otra piedra mas en el corazón de Argel. El 11 de Diciembre. La cábala del 11 en un edificio de la ONU en Hydra y en ese mismo Consejo Constitucional donde se debería modificar la Constitución entre El Biar y Ben Aknoum. Los suicidas de la concordia -uno de 64 años y otro beneficiado por la Carta para la Paz- dejarían un saldo de 37 victimas según el Ministerio del Interior o más de 70 según El Watan.

Las condenas -y las sorpresas- internacionales no dejaron de llegar. Pero con ellas también llegaron los sondeos de Al Jazzera intentando legitimar mediaticamente estos actos de barbarie -o de justicia social según la lógica de esta cadena- mostrando cómo un 55% de unos supuestos telespectadores estaban a favor de las bombas. No tardarían en llegar los gritos de protesta y una demanda en el TPI -Tribunal Penal Internacional de La Haya- por apología del terrorismo.

Hace unos días asesinaron a Benazir Butho en Pakistán y viaje de una grieta a otra por arte de la globalización mediática -y que me recuerda constantemente a las novelas de ficción de Borges-.

¡Cómo duele esta Argelia rica de los argelinos pobres!

*Fernando Casares es periodista argentino residente en Argel

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