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Argelia-Marruecos: palabras que no se lleva el viento

Fuentes: Rebelión

El pasado jueves 19, en un discurso televisado a la nación, el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, recién llegado de Alemania donde estuvo hospitalizado haber padecido Covid-19, anunció una restructuración ministerial, la disolución del Parlamento y el adelanto de las elecciones para ese cuerpo legislativo, que serian antes de final de 2021.

Además, y fundamentalmente, decretó el indulto para cerca de un centenar de presos, muchos de ellos con condena firme, por haber participado de la Hirak (movimiento), las protestas de 2019, que terminaron con el Gobierno del sempiterno presidente Abdelaziz Bouteflika en abril de ese mismo año, manifestaciones iniciadas tras el anuncio presidencial de postularse para su quinto periodo consecutivo (Ver: Argelia. La demorada primavera argelina))

Las protestas no terminaron con la destitución de Bouteflika, y mucho menos con las elecciones de diciembre de 2019 en las que se impuso Tebboune, en un proceso electoral que la Hirak, consideró “una farsa”, sino que cada semana, en cada ciudad argelina, continuaron produciéndose nuevas manifestaciones, las que recién fueron suspendidas por las restricciones establecidas tras el estallido de la pandemia.

Ya previo al aniversario de las revueltas, que el día 22 cumplirán dos años del inicio de las revueltas que terminaron con el régimen de Bouteflika, en conmemoración de aquellos días y como advertencia al Gobierno, otra vez la Hirak ha tomado las calles, ya que su fin último no ha sido alcanzado: decapitar la cúpula corrupta enquistada en el poder desde el golpe militar de junio de 1965 contra el líder de la revolución Ahmed Ben Bella. Y oscureció desde entonces el triunfo y la malversación de los principios revolucionarios del Frente de Liberación Nacional Argelino (FLN) que llevó a cabo la guerra independentista contra Francia entre 1954 y 1962.

Ya unas 5.000 personas han salido a las calles de la ciudad de Kherrata, cuna del movimiento, para recordar aquellas jornadas, gesto que nuevamente fue copiado por muchas ciudades y pueblos del país.

Sin duda el Gobierno de Tebboune ha preferido ceder en algo ante del riesgo de perderlo todo, dando lugar a otra espiral de violencia que podría terminar en una nueva guerra civil como la que se libró entre 1991 y 2002, dejando más de 200.000 muertos. Por lo que el viernes 19 se concretó la liberación de 33 de los detenidos en la prisión de Koléa, entre ellos el más conocido, Khaled Drareni, periodista y corresponsal de TV5 Monde, quien había sido condenado a tres años de prisión, la mayor pena impuesta a un periodista en la historia reciente del país magrebí. El gobierno anunció que se encuentra analizando la situación de otra treintena que podrían ser liberados en los próximos días.

El Gobierno se encuentra jaqueado por una crisis que se extiende desde la política y la económica, hasta la seguridad y el problema sanitario, con unos 120.000 casos y casi 3.000 muertos.

De la cosmética a cirugía mayor

El jueves cuando el presidente Tebboune se vio obligado a salir en la cadena nacional para a aplacar, en lo que se pudo, los vientos que parecían estar levantando otra vez la Hirak y anunció sus medidas, en realidad cosméticas, donde nadie va a pagar un alto costo político, aunque si, como para que su perorata no sea considerada como una simple defensa de su Gobierno, buscó una vez más, como lo hacen todos los gobiernos en estado de desesperación, una causa que englobe, en este caso, a los 43 millones de argelinos.

Marruecos, refiriéndose a la cuestión del Sáhara Occidental, donde Rabat mantiene ocupado importantes sectores que pertenecen a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), por lo que se enfrentaron en una guerra en 1975 y que desde entonces periódicamente amenaza con reiniciarse. Con toda razón, aunque no muy oportuno, Tebboune se refirió a la “descolonización” y agregó: “El Sáhara Occidental es la última colonia de África y el pueblo saharaui necesita ejercer su derecho a la autodeterminación”. Argelia tiene una larga relación con la RASD y es en Tinduf, en el sur del país, donde desde 1975 se han asentado los campamentos de refugiados saharauis. Además de dar apoyo al Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro) el brazo armado de la RASD, en todos sus reclamos regional e internacional. Lo que sin duda no complace en absoluta a la monarquía marroquí. El reconocimiento de la RASD como Estado independiente en 1976, por parte de Argelia, provocó una ruptura de relaciones diplomáticas que se restablecieron en 1988.

Los dichos del presidente argelino estallaron en los medios de comunicación marroquíes como un verdadero misil, donde han tratado a Tebboune de hipócrita, lo que nadie puede negar, ya que es verdad que el Gobierno argelino utiliza la causa saharaui como un elemento de presión a hacia sus vecinos del este. La prensa marroquí recordó que Argelia ha prometido durante décadas mejorar las condiciones de los cerca de 130.000 refugiados de Tinduf, además de que existen serias amenazas de la violación de los derechos humanos de los saharauis por parte de miembros del ejército argelino, aunque convengamos que en manos de los esbirros de Mohamed VI, el rey marroquí, los saharauis la pasan mucho peor.

Aunque la causa saharaui, no es el único problema entre ambas naciones, que comparten casi 2.000 kilómetros de frontera terrestre en la que Rabat ha levantado grandes vallas en diferentes tramos de ella, y la que, con algunas excepciones, se encuentra cerrada desde 1994, tras un ataque de un grupo fundamentalista proveniente de Argelia contra el hotel Atlas Hasni de Marrakech en el que murieron dos turistas españoles. Aunque entre Argel y Rabat existe un largo litigio poscolonial, que los ha llevado a enfrentarse en octubre de 1963 en lo que se conoció como “La Guerra de Las Arenas”, ya que los marroquíes pretenden el control sobre los riquísimos yacimientos de minerales e hidrocarburos en el sur de Argelia, donde según lo anunciado en mayo del 2020, Rabat construirá una gran base militar prácticamente encima de la frontera con Argelia en la provincia de Jerada.

La monarquía Majzén (el antiguo nombre de Marruecos y como se conoce ahora a la alta burguesía del país) hoy pretende la “reconstrucción” de lo que llama el Gran Marruecos, conformado por vastos territorios del sur argelino, el norte de Mali y todos los territorios revindicados por la RASD y Mauritania, lo que ha llevado a esos dos países a una carrera armamentística, alimentada por el constante fantasma de la guerra, que ambos regímenes fomentan para amedrentar a sus pueblos y beneficiarse con los negocios a raíz de los multimillonarios contratos en la compra de armamento. Al tiempo que de un lado y otro de la frontera tienen exactamente los mismos reclamos: libertad, trabajo y respeto.

Argelia, el país más grande del continente, tiene más de 6.500 kilómetros de fronteras con siete países, algunos de los que están en guerra civil (Libia) o en guerra contra el terrorismo integrista (Níger, Mali, Mauritania) y el eterno conflicto marroquí-saharaui, cuenta con el mayor presupuesto militar del continente, el que gasta fundamentalmente en insumos rudos. Casualmente Marruecos, según el año, suele ser el segundo acudiendo al mercado norteamericano en un gran porcentaje.

Entre el 17 y 18 de enero pasado el ejército argelino, en plena escalada del conflicto entre la RASD y Marruecos, llevó acabo importantes maniobras, justamente en la zona de Tinduf, provincia fronteriza con el Sáhara Occidental y Marruecos, y lugar donde se asientan los refugiados saharauis, llamados al-Hazm-2021 (Resolución-2021), supervisado personalmente por el Jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional Popular (ANP), general Saïd Chanegriha. En el operativo se pudo observar, incluso por televisión el ejercicio táctico con el misil antitanque ruso Kornet, además de tanques, vehículos todo terreno, helicópteros Mi28, aviones de combate Sukhoi SU-30 MKA y aviones de reabastecimiento Illiushin IL-78 Midas y, toda una novedad, para el ANP, el avión norteamericano de reconocimiento electrónico Beechcraft 1900 MMSA-Hissar. El Ministerio de Defensa informó de que estas maniobras son la primera fase del “programa de preparación para el combate para el año 2020-2021”.

En este marco de competencia militar y disímiles intereses estratégicos, pronunciar palabras que no se lleve el viento, a veces suena como una declaración de guerra.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.