«Sepan disculpar el inconveniente. La página del programa federal de asistencia de salud está actualmente en mantenimiento y volverá a funcionar el lunes 7 de octubre de 3013». Leyó bien: 3013. Este mensaje figuraba el fin de semana pasado en la página de inicio del sitio web de inscripción para el programa de seguros de […]
«Sepan disculpar el inconveniente. La página del programa federal de asistencia de salud está actualmente en mantenimiento y volverá a funcionar el lunes 7 de octubre de 3013». Leyó bien: 3013. Este mensaje figuraba el fin de semana pasado en la página de inicio del sitio web de inscripción para el programa de seguros de salud del estado de Nueva York. Esperemos que les lleve menos de mil años solucionar esta falla.
La aplicación de la ley de Cuidado de la Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés), conocida popularmente como Obamacare, está siendo un parto doloroso. El Gobierno no ha revelado cifras, pero, mientras los sitios web del llamado «Mercado de Seguros de Salud» que se lanzaron recientemente no funcionan adecuadamente, observadores informados especulan que, hasta el momento, muy pocas personas lograron inscribirse en los nuevos planes.
La entrada en vigor de la Ley de Cuidado de la salud Asequible ocurrió justo mientras los republicanos propiciaron la paralización del Gobierno federal en un intento de desfinanciar la ley de salud del Presidente Obama. Sin embargo, esta estrategia se les volvió en su contra. Si no hubiera ocurrido la paralización del Gobierno, toda la atención se hubiera centrado en la desastrosa aplicación del nuevo sistema de salud. El problema fundamental, que está en el centro de la discrepancia con respecto a la asistencia de salud, es a menudo dejado de lado o directamente no se informa al respecto. La lucrativa industria de seguros de salud en Estados Unidos es extremadamente ineficiente y costosa, y existe una alternativa razonable y adecuada: un sistema de cobertura médica universal que siga el modelo de Medicare, la cobertura pública para los adultos mayores de 65 años. La Dra. Steffie Woolhandler me dijo: «Simplemente quisiera recordar que cuando se lanzó el programa Medicare en 1966, se puso en práctica en seis meses a través de un sistema de carnés. De modo que si tenemos un sistema simple, no tiene que ser costoso, ni complejo, ni dar tanto trabajo».
Woolhandler es médico general y profesora de salud pública de la Universidad CUNY-Hunter. Es también catedrática invitada de la Facultad de Medicina de Harvard y cofundó Médicos por un Programa Nacional de Salud (PNHP, por sus siglas en inglés). PNHP es una organización integrada por 17.000 médicos que defiende un sistema de asistencia de salud universal en Estados Unidos.
¿Qué es el sistema de cobertura universal? Los críticos lo consideran como un tipo de «medicina socializada», pero parecen no tener en cuenta que en Estados Unidos ya existe un sistema de cobertura universal que es extremadamente popular: el programa Medicare. Una encuesta realizada por Harris en 2011 reveló que Medicare tenía un 88% de apoyo entre los estadounidenses adultos, seguido del sistema de seguridad social. Woolhandler explicó: «El sistema de asistencia de salud universal también es conocido como una versión ampliada y mejorada de Medicare para todos, o como un seguro de salud nacional sin fines de lucro. Significa que cada persona tendría un carné desde el día de su nacimiento, que conservaría durante toda su vida. Ese carné le permitiría tener asistencia médica, toda la asistencia médica que necesite sin necesidad de pagar, sin deducibles. Y debido a que es un sistema tan sencillo, al igual que la Seguridad Social, los gastos administrativos serían muy bajos. Ahorraríamos alrededor de 400.000 millones de dólares [al año], que haría que el sistema fuera accesible para todos. El plan de asistencia universal es lo que necesitamos para todos los estadounidenses, para dar a todos los estadounidenses realmente la opción que desean, que no es la opción entre la empresa de seguros de salud A y la empresa de seguros de salud B. Quieren la opción de atenderse con cualquier médico, en cualquier hospital, lo mismo que se obtiene con el programa tradicional Medicare».
Con el nuevo sistema de seguros de salud propuesto por la ley de Obama, se prevé que, en la mayoría de los casos, las primas mensuales del seguro de salud disminuyan. También se supone que el nuevo «mercado de seguros de salud» aumentará la transparencia y facilitará que las personas que contratan una póliza de seguro de salud puedan comparar las diferentes opciones. Cuando se resuelvan los problemas técnicos de los sitios web que concentran la información sobre estas nuevas opciones de seguros médicos y la gente pueda contratar libremente los servicios, probablemente habrá un gran número de personas que contraten un seguro de salud por primera vez en su vida. La Ley de Cuidado de la Salud Asequible ofrece importantes avances, que hasta quienes defienden el sistema de cobertura universal reconocen. Por ejemplo, las subvenciones a los usuarios de bajos recursos harán que el seguro de salud sea asequible para algunas personas por primera vez. La ampliación de Medicaid también brindará cobertura médica a muchas personas de bajos recursos que hasta ahora no podían acceder al beneficio. Los más jóvenes estarán cubiertos por el seguro de salud de sus padres hasta los 26 años y ya no se podrá negar asistencia de salud a las personas que padezcan afecciones previas.
A pesar de que la Corte Suprema consideró que la nueva ley de salud es constitucional, el dictamen de la Corte le dio a los estados la opción de no incluir la expansión de Medicaid, por lo que 26 estados gobernados por republicanos no lo hicieron. Un análisis del New York Times de datos del censo indicaron que ocho millones de personas de bajos recursos, en su mayoría afroestadounidenses y madres solteras, y en su mayoría del Sur del país, se quedarán sin cobertura de salud por ser demasiado pobres para estar cubiertos por los subsidios previstos en la Ley de Cuidado de la Salud Asequible y, a su vez, estarán en un estado que se opuso a la ampliación de Medicaid.
De modo que, mientras la disputa entre los dos principales partidos del país (y entre congresistas que tienen los mejores paquetes de salud y beneficios en Estados Unidos) ha provocado la paralización del Gobierno federal, el ciudadano estadounidense común continúa encorsetado por un sistema de asistencia de salud costoso y lucrativo. En Estados Unidos la asistencia de salud cuesta el doble per cápita que en los demás países industrializados, y tenemos peor nivel de salud y peor esperanza de vida. La lógica económica del sistema universal de pagador único es ineludible. No está del todo claro si la ley impulsada por Obama es el camino para llegar a eso. Como sintetizó la Dra. Woolhandler «será el camino para llegar a un sistema de asistencia de salud universal solamente si luchamos por ello».
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, [email protected]
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/10/11/asistencia_de_salud_universal_la_solucin_a