Traducido por Yamiraiky Miranda y revisado por Asunción Aday, del Equipo de Traducciones de Rebelión y Cubadebate
El ejército estadounidense se está quedando detrás de los insurgentes iraquíes desde el punto de vista táctico en una guerra que los funcionarios de alto nivel consideran como el mayor desafío desde la guerra en Corea hace 50 años.
La sombría evaluación hecha en una conferencia realizada la semana pasada en los Estados Unidos salió a relucir ayer (el 10 de marzo) cuando altos funcionarios estadounidenses e iraquíes sostuvieron conversaciones con funcionarios de Irán, Siria, Jordania y Arabia Saudita en Bagdad para convencer a los vecinos de Iraq a que ayuden a cerrar sus fronteras e impedir la entrada de combatientes, armas y dinero.
Se informó que durante el encuentro las delegaciones de Estados Unidos, Irán y Siria sostuvieron un «intercambio animado».
En un deprimente análisis, los funcionarios de alto nivel calificaron de «astutos, ágiles y sagaces» a los rebeldes que enfrentaban en Iraq y Afganistán.
En Vietnam, Estados Unidos fue finalmente derrotado por una sociedad bien armada, sumamente militarizada y muy bien dirigida que tenía tanques, vehículos blindados y recursos producidos por el ejército y también adquiridos en el exterior. Actualmente lo que resulta más desolador es que la única superpotencia mundial está en peligro de ser derrotada por unas decenas de miles de guerrilleros armados con armamento ligero, quienes han desarrollado tácticas capaces de destruir vehículos y aviones que cuestan miles de millones de dólares.
En cambio, se dice que el ejército estadounidense se ha demorado en responder a los desafíos de combatir la insurgencia. Los oficiales de alto rango dijeron que los insurgentes tienen la capacidad de adaptarse rápidamente y sacar provecho de las normas de combate de las tropas estadounidenses y ponerlas en su contra, así como difundir vertiginosamente formas de destruir o inhabilitar vehículos blindados.
El ejército también ha fallado en su intento de desarticular a los grupos insurgentes debido a la estructura de mando «plana» que éstos tienen dentro de redes de colaboración integradas por pequeños grupos, lo cual dificulta la detección de cualquier jerarquía dentro de la insurgencia.
Los comentarios fueron hechos por altos generales estadounidenses en la reunión de la Asociación del Ejército de los Estados Unidos realizada en Fort Lauderdale, en la Florida, y en conversaciones con The Observer. Los generales consideran la «guerra contra el terrorismo» como la prueba más importante que puedan tener los soldados estadounidenses en 50 años.
«Iraq y Afganistán están consumiendo recursos a un ritmo mucho más rápido del que planificamos», expresó un general de tres estrellas. «Los soldados estadounidenses necesitan la tecnología más moderna para derrotar a un enemigo que es inteligente, ágil y astuto, cosas que no esperábamos de los soviéticos.
Otros oficiales dijeron que las normas de combate de la coalición estaban siendo utilizadas en contra de las fuerzas que combaten la insurgencia. Un oficial, reflexionando sobre los comentarios de los soldados estadounidenses en el campo de batalla, expresó: «Ellos saben cuándo podemos y cuándo no podemos disparar, y lo utilizan en nuestra contra.»
Otro oficial dijo que una secuencia de video filmada recientemente sobre una emboscada a una caravana, publicada en Internet, era la evidencia de que los insurgentes estaban filmando incidentes para enseñar a otros grupos cómo tomar medidas contra los estadounidenses.
Las preocupaciones surgieron cuando el Primer Ministro iraquí, Nouri al-Maliki, emitió la seria advertencia de que a menos que los países vecinos, entre los que se encuentran Irán y Siria, se unan para ayudar a cerrar las redes suministradoras, tanto de los sunitas como de los chiítas extremistas, el baño de sangre entre las sectas iraquíes abarcará a todo el Oriente Medio.
Hablando al comienzo de la conferencia sobre las potencias regionales e internacionales presentes en Bagdad, Maliki advirtió: «Iraq se ha convertido en la primera línea de combate.
Necesita apoyo en esta lucha, que no sólo amenaza a Iraq, sino que también se expandirá a todos los demás países de la región.» Poco después de su intervención, cayeron proyectiles de mortero cerca del lugar donde se celebraba la conferencia y un carro bomba hizo estallar una fortaleza chiíta en medio de la ciudad.
Maliki pidió ayuda para detener el apoyo financiero, el contrabando de armas y la «cobertura religiosa» de los implacables sabotajes de automóviles, los asesinatos y otros ataques que han sido infligidos a Iraq en un número cada vez mayor, mientras que la minoría sunita, que antes dominaba el país bajo el mando de Saddam Hussein, combate contra la mayoría chiíta que actualmente dirige el gobierno.
Maliki dijo que el terrorismo era una epidemia internacional y que el pueblo de Iraq estaba pagando el precio. También advirtió a Siria e Irán que no utilizaran a Iraq como campo de batalla contra los Estados Unidos: «Iraq no acepta que su territorio y sus ciudades se conviertan en un campo de batalla para resolver las disputas regionales e internacionales.» Maliki dijo que esperaba que la conferencia celebrada en el día de hoy pudiera ser un ‘punto de cambio para ayudar al gobierno a enfrentar este enorme peligro’.
La reunión de un solo día se consideró además como una oportunidad para celebrar conversaciones aparte entre Irán y los Estados Unidos sobre la cada vez mayor crisis nuclear iraní y preparar el camino para dar fin al estancamiento diplomático de 28 años entre los Estados Unidos e Irán desde la crisis de los rehenes estadounidenses.
El jefe de la delegación estadounidense ha dejado la puerta abierta para posibles intercambios bilaterales acerca de Iraq.
http://observer.guardian.co.uk/focus/story/0,0,2031172,00.html