Los noticieros de todo el mundo se hacen eco de la decisión del gobierno norteamericano de aceptar ayuda de varios países y de instituciones internacionales para paliar los daños del huracán Katrina. Muchas de estas ayudas son en forma de dinero, dosis de comida militar, petróleo, equipos sanitarios y de campaña. A algunos les parecerá […]
Los noticieros de todo el mundo se hacen eco de la decisión del gobierno norteamericano de aceptar ayuda de varios países y de instituciones internacionales para paliar los daños del huracán Katrina. Muchas de estas ayudas son en forma de dinero, dosis de comida militar, petróleo, equipos sanitarios y de campaña. A algunos les parecerá una muestra de solidaridad internacional digna de encomio, pero yo quisiera hacer algunas precisiones sobre algunas de estas ayudas. Todos las prestaciones y ayudas que he citado anteriormente las está gastando EEUU en Iraq. Recordemos que a mantener la ocupación en ese país, Estados Unidos está destinando 5.600 millones de dólares al mes, donde tiene destinados aproximadamente 175.000 soldados. Por el momento, el presidente norteamericano no ha manifestado el mínimo interés en reducir ningún gasto ni presencia militar en ese país.
Así tenemos al gobierno del mísero Afganistán afirmando que está dispuesto a desembolsar cien mil dólares. Si hacemos cuentas, ese dinero se lo gasta Estados Unidos en menos de un minuto en Iraq.
La Unión Europea anunció en Bruselas que Estados Unidos le solicitó oficialmente ayuda de urgencia, consistente en botiquines médicos, agua y 500 mil raciones de alimentos. Es decir, lo que se comen los soldados norteamericanos en Iraq en tres días.
El ministro de Defensa británico, John Reid, anunció que Gran Bretaña enviaría el pasado lunes medio millón de raciones de comida, suficientes cada una para alimentar a una persona durante un día. En otros tres días se lo comen las tropas ocupantes de Iraq.
El embajador de EEUU en Madrid, Eduardo Aguirre, entregó al al ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, una «larga lista» de necesidades que las autoridades norteamericanas precisan para afrontar los efectos del huracán ‘Katrina’ después de que pidieran el domingo auxilio a la Unión Europea. «Hemos presentado al Ministerio una larga lista de cosas que son importantes. Parte de ella es el petróleo, parte de ella son las comidas de tipo militar que no se echan a perder, baterías y equipos médicos», enumeró brevemente el embajador en una comparecencia de prensa conjunta con Moratinos al término de su reunión en la sede de Exteriores. El ministro debería decirle al embajador que de todo eso, donde hay mucho, es en sus campamentos militares en Iraq y que si España tiene esos materiales es porque no tiene tropas a las que mantener en el país invadido. Y más tendría si España no hubiese mandado otras a Afganistán.
Por otro lado, Cuba ofreció personal sanitario y medicamentos, oferta a la que el gobierno norteamericano no había respondido después de 48 horas, y Venezuela abastecerá un millón de barriles de gasolina. Supongo que en Iraq no estará gastando Estados Unidos mucho dinero en gasolina, la roba allí mismo.
El gobierno francés puso a disposición un conjunto de materiales como carpas, tiendas de campaña, botiquines de cocina y camas plegables. De todo eso, seguro que hay mucho en los campamentos militares de Iraq, probablemente más que en toda Francia.
Suiza anunció haber recibido una petición de ayuda de Estados Unidos, y Noruega indicó que ofreció 1’6 millones de dólares. Ese dinero es el que se gasta EEUU en su ocupación iraquí en diez minutos aproximadamente.
Israel anunció que una misión encargada de evaluar la asistencia partirá a Estados Unidos. Varias petromonarquías (Emiratos Arabes Unidos, Kuwait y Qatar) también expresaron su voluntad de participar.
Cuentas similares podríamos hacer con Corea del Sur, que ha prometido 30 millones de dólares, y Canadá que enviará miles de camas plegables, mantas, guantes para cirugía y todo tipo de material médico.
Bangladesh, uno de los países más pobres del mundo donde la mitad de sus 140 millones de habitantes vive con menos de un dólar diario, donará un millón de dólares.
Los países del Golfo Pérsico aportarán un cuarto de millón de dólares para los niños afectados por el huracán. Según informó el príncipe de la corona saudí, Talal Bin Abdelasis, el dinero fue sacado de un programa con que cuentan los estados del Golfo para apoyar a las organizaciones para el desarrollo de Naciones Unidas. Es decir, del presupuesto para alimentar zonas empobrecidas de Africa saldrá el dinero para atender las peticiones del gobierno que, recordemos, gasta 5.600 millones en Iraq.
Hasta hoy sabíamos que EEUU era uno de los países que menos dinero dedicaba a cooperación al desarrollo, el que debía más dinero a las agencias internacionales humanitarias, el que esquilmaba los recursos de la mayoría de los países del mundo. Lo que no sabíamos es que iba a pasar la bandeja a todos los gobernantes amigos para que le dieran el dinero que tenían destinado a los países en desarrollo. Las inundaciones no deberían despertar una solidaridad mal entendida. Hay países, al igual que personas, que no disponen de recursos para afrontar un imprevisto y es bueno que provoquen la solidaridad internacional, pero en otras ocasiones, y esta es una de ellas, sí disponen de esos recursos pero no quieren desviarlos para atender esas necesidades. Estados Unidos es un país que factura todos los años 12.400 millones de dólares vendiendo armas, que mantiene bases militares en gran parte del mundo con un notable gasto y que su gobierno no desea recaudar impuestos a las grandes fortunas. ¿Por qué un europeo, un kuwaití, un coreano, un canadiense o un venezolano deben aportar fondos al gobierno norteamericano para afrontar la catástrofe del Katrina si éste no está dispuesto a hacerlo con los recursos que destina a invadir Iraq o que no exige fiscalmente a los grandes millonarios y corporaciones empresariales? ¿Por qué ha de ser ese dinero de la ayuda internacional el que se utilice para atender a las víctimas en lugar del procedente de las grandes aseguradoras que seguro recibirán sustanciosas ayudas públicas como sucedió el 11-S? ¿Por qué el miserable habitante de una chabola ha de ayudar económicamente al millonario cuando se le inunda el jacuzzi y no quiere pagar un fontanero ni recurrir al dinero que dispone para viajes de vacaciones y fiestas de cumpleaños?
Tengo una propuesta que seguro es más barata. Como Iraq está más cerca de Europa y de los países del Golfo que Estados Unidos, le podríamos sugerir a Bush que no les envíe las raciones de comida, dotación sanitaria y de campaña a los soldados ocupantes y lo reserve para Nueva Orleans. Nosotros europeos y sus amigas petromonarquías del Golfo se los mantendremos bien alimentados, asistidos y acomodados.