Diez años después de la campaña terrorista de 1997 contra instalaciones turísticas de La Habana, que desencadenó Luis Posada Carriles, y ahora que el congreso de Washington analiza la actividad de este connotado asesino, es preciso recordar los profundos y calurosos lazos de José María Aznar con los patrocinadores miamenses del terrorista internacional.El ex presidente […]
Diez años después de la campaña terrorista de 1997 contra instalaciones turísticas de La Habana, que desencadenó Luis Posada Carriles, y ahora que el congreso de Washington analiza la actividad de este connotado asesino, es preciso recordar los profundos y calurosos lazos de José María Aznar con los patrocinadores miamenses del terrorista internacional.
El ex presidente del Consejo español, hoy dueño de la falangista Fundación Española para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), recibió en noviembre de 1995 decenas de miles de dólares de manos de José Antonio «Toñín» Llamas, entonces miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano-americana (FNCA) y de su comité paramilitar, para su campaña presidencial.
Es famosa la foto, tomada durante su viaje a Miami, donde Aznar se exhibe al lado de sus nuevas y millonarias amistades: el ahora fallecido Jorge Más Canosa, entonces jefe vitalicio de la FNCA, y el propio Llamas.
«Toñin», además de participar en la organización de actividades terroristas, era entonces el hombre de confianza del «Chairman» para el desarrollo de las relaciones de la FNCA con España.
El terrorista miamense fue quien organizó en Madrid la creación de la llamada Fundación Hispano-Cubana, una sucursal de la organización miamense de la cual será secretario general Guillermo Gortázar Echeverría, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular.
Pronto se sumará al grupúsculo Carlos Alberto Montaner, terrorista prófugo de la justicia cubana, radicado en Madrid desde los años 70.
Se sabe ahora que unos meses antes de esa visita de Aznar a la Florida, en una reunión secreta celebrada en la ciudad floridana de Naples, los directivos de la FNCA que ya apoyaban, orientaban y financiaban operaciones terroristas de varios grupúsculos, incluyendo a Alpha 66, acordaron constituir su comité para estimular con sus propios medios la organización de atentados contra Cuba.
El propio «Toñín» Llama lo reveló todo en junio del 2006.
Confesó al Miami Herald, en un momento de rabia, cómo sus socios lo instaron a obtener un préstamo millonario para la compra de material de guerra, para luego alejarse de él lo que lo llevó, años después, a la quiebra financiera.
DE VIAJE A SAN SALVADOR CON LOS JEFES DE POSADA
Hay «detalles» del viaje de Aznar a Miami en 1995 que ilustran la extensión de sus lazos con los cabecillas de la organización creada por Mas Canosa, un agente CIA entrenado en Fort Benning al lado de Posada, socio del director de la CIA William Casey y de Teodore Shackley (director de operaciones especiales de la CIA de la mega estación miamense JM/WAVE).
Por supuesto, el politiquero español no ignoraba que este creador de Radio y TV Martí y promotor de la ley Torricelli y luego de la actual Helms-Burton, se había beneficiado de sabrosos negocios y prebendas bajo los regímenes de Reagan, Bush y hasta de Clinton… y que se le había acusado no pocas veces en la prensa de narcotráfico, contrabando de armas, eliminación de adversarios y tráfico de influencias.
Sabía, se supone, que a su nuevo socio de Miami se le responsabilizaba con haber encargado atentados contra el Presidente de Cuba, en suelo español, en la propia Madrid, cuando se pensó que viajaría a la toma de posesión de Felipe González en 1982 y luego en 1987, en un viaje que hizo a Galicia.
Ese 24 de noviembre de 1995, los capos de la FNCA le organizan una cena «entre socios» en Coral Gables donde se encuentran reunidos, además del «Toñin», el «Chairman» Jorge Mas Canosa, su hijo Jorge «El Baby» Mas Santos, los «brazos derechos» de Mas Canosa, Jose «Pepe» Hernández, Alberto Hernández Sarduy, Horacio «El Gordito» García y Feliciano Foyo… ¡todos vinculados al comité paramilitar!
Tan intima es la relación entre mafiosos de Miami y el politiquero español que se organiza una «gira» relámpago de Aznar por… el Salvador y Costa Rica, en el jet privado de Mas Canosa. Lo acompañó Mas Santos.
Está ahora bien documentado que Posada, financiado por la FNCA, radica entonces en El Salvador y viaja a Costa Rica, urdiendo los varios complots que intentará desarrollar en los meses y años siguientes.
Ocurre que la Fundación acababa de dirigir un intento de asesinato durante la participación de Fidel Castro en la V Cumbre Iberoamericana en San Carlos de Bariloche (Argentina) los días 16 y 17 de octubre. Participaban en este complot Gaspar Jiménez Escobedo, un directivo de la FNCA, y Eugenio Llameras, ambos grandes socios de Posada.
EN PLENO AUGE DEL TERROR ASESINO
Hace falta subrayar que fue en esos mismos días de noviembre de 1995, cuando Aznar abraza a los capos de la FNCA para garantizar el financiamiento de su campaña, que se reactivó públicamente el nexo político entre la FNCA y el terrorista Orlando Bosch Avila y que se confirma abiertamente sus lazos con Posada Carriles. Roberto Martín Pérez, otra eminencia de la cúpula de la Fundación, con trayectoria de esbirro batistiano, apadrinó en Miami una exposición de cuadros de Bosch y Posada, los autores intelectuales del sabotaje contra el avión de Cubana de Aviación, en 1976, en el que murieron 73 personas.
En marzo de ese mismo año de 1995, las autoridades cubanas habían detenido en La Habana a dos individuos de origen cubano residentes en Miami, Santos Armando Martínez Rueda y José Enrique Ramírez Oro, por haber colocado una carga de 1,38 kg de explosivos C-4 en un hotel de Varadero.
Ambos habían declarado haber recibido instrucciones de Guillermo Novo Sampoll, un directivo de la FNCA que identificaron como Mister Bill, y de otro connotado terrorista e importante ejecutivo de la FNCA, Arnaldo Monzón Plasencia. Este último será el primer financista de la campaña de atentados de La Habana desarrollada por Posada dos años más tarde.
Exactamente seis meses después del encuentro de Miami, Aznar ya ocupa la presidencia del consejo español y, después de un primer encuentro con sus amos de Washington, nombra el 25 de mayo de 1996 un nuevo embajador a Cuba, el indeseable José Cordech, que Cuba pronto rechazará. El 10 de noviembre, en la Cumbre iberoamericana de Chile, la jugada está clara: de ahí por adelante, el jefe del PP se alinea pública y ruidosamente con la Miami mafiosa.
En 1997, se produce la cadena de atentados en las instalaciones turísticas de La Habana que provocan la muerte del joven italiano Fabio di Celmo, varios heridos además de considerables daños materiales. La FNCA, cínicamente, en una declaración publicada en El Nuevo Herald, da su apoyo a los actos de terrorismo que ella misma ha organizado.
En Isla Margarita, Venezuela, en la celebración de la VII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Posada organizara otro plan para asesinar al Presidente cubano con el apoyo directo de Monzón Plasencia.
En noviembre del 2000, Posada está arrestado con varios cómplices miamenses mientras intenta provocar la explosión de varios kilos de C-4 en el anfiteatro universitario de la capital panameña donde debe hablar el Presidente cubano ante miles de personas, en margen de la X Cumbre Iberoamericana.
Al terminarse este mismo evento, Aznar busca una condena de ETA, con la ayuda del mandatario salvadoreño Francisco Flores, mientras se niegan a denunciar el terrorismo desarrollado por la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA).
¿Ignoraban el hijo de estratega militar de la propaganda franquista y sus servicios de inteligencia que este mismo intento de asesinato de Panamá que acababa de desmantelarse, había sido precedido de un viajes de sus socios «Pepe» Hernández y Alberto Hernández Sarduy a El Salvador, en la primera quincena de agosto, para convenir con Posada de cada detalle del magnicidio?
¿Cómo hubiera quedado inadvertido que uno de los cómplices de Posada en aquella conspira terrorista de Panamá era Guillermo Novo Sampoll, ejecutivo de esa misma FNCA que lo patrocinó?
¿Y que su socio Flores, copatrocinador de la hipócrita resolución contra el terrorismo, encabezaba el grupo político salvadoreño que le había dado cobertura al terrorista y a sus cómplices?
ENTREGO SINTEL A SUS SOCIOS MAFIOSOS
Tan apurado en complacer a Mas Canosa era Aznar que «mafió» la venta de Sintel -una joya del grupo Telefónica- a la firma norteamericana MasTec Internacional, propiedad del Jefe de la FNCA. La operación se concretó el 1 de abril de 1996, en pleno periodo electoral, con el Parlamento disuelto, aprovechando la complacencia de funcionarios oportunistas. La venta se hizo contra 490 millones de dólares (que nunca se pagaron), a pesar de que el Gobierno socialista acababa de inyectar 300 millones en la empresa.
Mas Canosa falleció el 23 de noviembre de 1997.
En 1998, bajo el régimen Aznar, Más Santos, heredero de su papá, liquidó fraudulentamente a Sintel mediante una serie de maniobras financieras y una brocheta de sociedades internacionales en paraísos fiscales y bancos de Luxemburgo, Haití, Islas Vírgenes, México, Puerto Rico, Suiza y Estados Unidos.
Aznar nunca fue llevado hasta ahora a explicar, ante la Justicia española, para esta gigantesca estafa MasTec-Sintel que hizo aún más ricos a sus amigos de Miami y arruinó definitivamente a varios miles de trabajadores de lo que era una prospera empresa española de estado.
Los 1700 perjudicados por la venta delictiva de la Sintel siguen luchando para que los tribunales juzguen a los culpables.
En el 2001, Aznar, con la complicidad de su entonces canciller Josep Piqué, invitó a Miami a los Reyes de España, a quienes reunió, en la mansión de Vizcaya, con «El Baby» Mas Santos, «Pepe» Hernández y el propio «Toñin» Llamas.
Acaba de revelar El Duende de Radio Miami que los socios miamenses de Aznar le están organizando una cena a 100 dólares por cubierto que tendrá lugar a fines de diciembre en el hotel Biltmore, de Coral Gables. Hace apenas tres semanas, el politiquero español se encontraba ya en Miami donde se reunía con sus compinches en el salón principal de la llamada Torre de la Libertad. Todo confirma que se siente a gusto en lo que se ha convertido en la cueva de la derecha fascista continental.