Los Acuerdos de Asociación Económica (EPA, por sus siglas en inglés) que negocian la UE y naciones en desarrollo permitirán al bloque saturar el mercado camerunés con productos agrícolas, algunos de los cuales están subsidiados, alertó Célestin Nkou Nkou, experto en finanzas radicado en Yaoundé. Los EPA son convenios de preferencias comerciales recíprocas en el […]
Los EPA son convenios de preferencias comerciales recíprocas en el marco del llamado pacto de Cotonou, entre la UE y el grupo de 77 países que fueron enclaves coloniales europeos en África, el Caribe y el Pacífico (ACP). El acuerdo lleva el nombre de la ciudad de Benín donde fue firmado en junio de 2000.
Los convenios propuestos bajo el pacto de Cotonou eliminarían los aranceles a los productos de importación y facilitarían a los países de la UE la venta de bienes subsidiados a las naciones ACP. Se prevé que estos acuerdos hayan sido firmados para diciembre de 2007 y sean aplicados entre 2008 y 2020.
De esta forma, los países ACP abrirán completamente sus mercados a los productos agrícolas europeos, señaló Nkou Nkou.
«Nuestra soberanía alimentaria, ya sometida a prueba por las recientes importaciones de los pollos congelados europeos, boniatos, arroz, azúcar, harina y otros alimentos de otros países, está en peligro por esto», alertó Joyce Mbowen, de la Unión de Trabajadores Agrícolas del distrito de Fako, con sede en Buea, al occidente de Yaoundé.
«¿No tiene aún nuestro país derecho a responder con sus propios medios a sus necesidades alimentarias, tanto en calidad como en cantidad, con sus propios recursos?», preguntó.
Tras una batalla que comenzó en junio para poner fin a las importaciones de pollos congelados de Europa, organizaciones de ciudadanos apelaron al parlamento para que se les uniera en apoyar a los productores agrícolas y defender la soberanía alimentaria del país.
Aunque la legisladora Josephine Elingui cree que este asunto es importante, informó que no sería tratado sino hasta la sesión parlamentaria de marzo de 2007, dado que la discusión del mes pasado fue reservada para el debate presupuestal.
«No obstante, nosotros (los legisladores) recomendamos al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural asignar más préstamos a pequeños a agricultores, para relanzar efectivamente la producción agrícola», dijo a IPS.
Actualmente, los productores locales no son capaces de satisfacer las necesidades de los consumidores. Paul Nyobe, vicepresidente de la no gubernamental Federación Central de Agricultores, con sede en Yaoundé, dijo que la agricultura camerunesa carece de organización, financiamiento público y formación técnica.
El dirigente culpó de esto a la mala administración, a la falta de compromiso del Estado con el sector agrícola y a la obligación de abrir los mercados como parte de programas de ajuste estructural que fueron impuestos por instituciones financieras internacionales a fines de los años 80.
«En Camerún, las áreas rurales son pobres. Hallar un financiamiento directo para los cultivadores es una prioridad. Los agricultores europeos obtienen subsidios para la producción. ¿Por qué no tienen la misma clase de sistema los cameruneses, para quienes la agricultura está surgiendo?», dijo a IPS.
Según Nkou Nkou, el efecto combinado de las políticas de ajuste estructural y las medidas de liberalización comercial será «catastrófico para 60 por ciento de los cameruneses que viven de la agricultura».
Para cubrir su déficit alimentario este año, Camerún importó 51.647 toneladas de pescado fresco y 29.120 toneladas de pollo congelado de Europa occidental; 48.790 toneladas de boniatos de Nigeria y frijoles de Senegal, según el Ministerio de Comercio.
Estadísticas publicadas el mes pasado por el Ministerio de Agricultura muestran que el país importó 250.000 toneladas de arroz al año desde India, Pakistán y China (87 por ciento del consumo nacional), y unas 190.000 toneladas de trigo en la década pasada.
Sin embargo, un gran porcentaje de productos importados y mercaderías agrícolas locales es reexportado a otros países de la región, según funcionarios.
El presupuesto de 2007 para el Ministerio de Agricultura, aprobado por el parlamento el mes pasado, fue fijado en alrededor de 80 millones de dólares.
Programas de «desarrollo local y de financiamiento para el sector rural, con apoyo extra para establecer un mecanismo de financiamiento sustentable a proyectos de pastoreo agrícola, recibirán recursos del presupuesto del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural», dijo Elingui.
Pero organizaciones civiles temen que buena parte de este presupuesto sea mal distribuida.
«De cada 100 francos CFA (alrededor de dos centavos de dólar) asignados a este ministerio, solamente cinco (menos de un centavo) irán para las áreas rurales, donde tiene lugar la mayor parte de la producción» agrícola, explicó a IPS Bernard Njonga, presidente de la Asociación para la Defensa de los Intereses Colectivos, una organización no gubernamental con sede en Yaoundé.
El franco CFA es una moneda común para 14 países africanos que fueron colonias francesas.
Pierre Massock, del Ministerio de Agricultura, discrepó: «Decir que el presupuesto es mal asignado o que el Estado no hace nada para reforzar la soberanía alimentaria nacional es juzgar apresuradamente los intentos del gobierno de asistir a un sector clave para nuestro desarrollo».
Massock dijo que, para el próximo año, el gobierno desea hacer que la agricultura satisfaga las necesidades de los consumidores locales y exportar más a países de la región.
«Nuestra estrategia de desarrollo para el sector rural se basa en actividades ambiciosas en torno al desarrollo de la producción vegetal, las existencias de semillas de calidad y la promoción del establecimiento de reservas alimentarias en el norte del país», explicó Massock a IPS. Esta estrategia también ayudará a «relanzar redes agrícolas fuertes y promover la mecanización agrícola», señaló.
Los productos agrícolas involucrados incluyen, principalmente, mijo, sorgo, maníes y maíz. (FIN/2006)