Robert Kennedy Jr., aspirante demócrata a la presidencia de EE.UU., es una de las personalidades más enteradas del conflicto de Ucrania y, al igual que el expresidente Trump, ha prometido ponerle fin de ser electo. Explicó que en 2019 Ucrania, Francia, Alemania y Rusia confirmaron los Acuerdos de Minsk. Ese año, Zelenski se presentó a las elecciones presidenciales; era un comediante y no tenía experiencia política. ¿Por qué ganó? Porque ofreció cumplir los Acuerdos de Minsk. Pero cuando ganó, desde la Casa Blanca dijeron que no. ¿Por qué? Porque quieren la guerra con Rusia.
Señaló que la crisis actual se originó a finales de la Guerra Fría. “Los dirigentes rusos dijeron: ‘Vamos a retirar 400.000 soldados de Alemania Oriental y vamos a permitir que Alemania se reunifique bajo la OTAN. Solo queremos un compromiso, que la OTAN no se mueva al este’. James Baker, entonces Secretario de Estado, prometió: ‘No moveremos la OTAN ni un milímetro hacia el este’. Desde entonces la hemos desplazado más de 1.600 kilómetros. Cuando lo hicimos, Bill Perry, Secretario de Defensa de Clinton, dijo: ‘Si desplazan la OTAN hacia el este, dimito, porque están forzando a los rusos a entrar en guerra con nosotros’; lo mismo dijo George Kennan, arquitecto de la política de contención luego de la Segunda Guerra Mundial. No es necesario convertir a Rusia en un enemigo”.
El cineasta Oliver Stone advirtió que el Presidente Biden puede llevar a EEUU a la Tercera Guerra Mundial. “Biden es un viejo guerrero de la Guerra Fría y realmente odia a la antigua Unión Soviética, que confunde con la Rusia actual, que no es comunista”. Sostuvo que, desde la década de 1990, Washington es comandado por neocon como Victoria Nuland, Jake Sullivan y Antony Blinken, quienes “nos están arrastrando estúpidamente a una confrontación contra un poder que no va a ceder”.
Explicó que EEUU está apoyando ahora a Ucrania sobre una base de mentiras, desinformación y miedo, tal como Washington ha llevado a cabo prácticamente todas las guerras desde la Segunda Guerra Mundial. Piensa que los estadounidenses simplifican las razones de esta guerra y dicen que se trata de la invasión rusa a Ucrania, lo que es muy simplista, muy en blanco y negro. En ‘Ucrania en llamas’, documental sobre el derrocamiento del presidente legítimo, Yanukóvich, muestra que este golpe de Estado de 2013-2014 fue patrocinado por EEUU, fue un plan profundo para penetrar en la Federación de Rusia.
Él votó por Biden en 2020 y hoy se lamenta: “Pensaba que ahora, que es un anciano, se calmaría, que sería más suave, etcétera; no vi esto en absoluto, ahora veo a un hombre que tal vez no esté a cargo de su propia administración. ¿Quién sabe?” Y destacó que “los aliados de Washington son personas rabiosamente antirrusas, contrarias a la etnia rusa, que vive en el este de Ucrania, ellos querían autonomía desde 2014, estaban a punto de lograrlo al principio del conflicto, en 2022. Había un acuerdo y América pudo haberlo impulsado, pero lo aplastó, pues no quiere eso ni el tratado de paz. No quiere dar autonomía a Donetsk y Lugansk. Ahora miren dónde estamos. La situación está peor y va a empeorar”.
El 4 de junio comenzó la contraofensiva ucraniana, pero no tuvo ningún éxito. El suministro de armamento sofisticado y el entrenamiento del Ejército Ucraniano no les ayudó. El meollo del problema es que el proceso de aprendizaje es complejo y lleva mucho tiempo. Los mercenarios tampoco son un remedio, no están preparados para enfrentar a los rusos, que a muerte defienden su país. Algunos de ellos dijeron: “Dios mío, nunca experimentamos nada parecido a lo que ocurre en Ucrania”. ¿Por qué? Porque nunca antes se enfrentaron a una fuerza enemiga que tuviera artillería de largo alcance, que dispara misiles de crucero y cohetes, que tuviera helicópteros que pudieran lanzar misiles a 8 o 10 kilómetros de distancia y destruir tanques, que pudieran lanzar bombas planeadoras desde aviones.
Allan Orr, analista militar de Newsweek, explicó la falta de éxito de la contraofensiva ucraniana: “Toda la contraofensiva se basó en la suposición de que bajo presión las líneas rusas colapsarían debido a la baja moral, pero no fue así. En realidad, los rusos se adaptaron más rápido de lo que se entrenaron los ucranianos”.
Según The Wall Street Journal, la estrategia de Biden consiste en que con una ventaja significativa en el frente, Kiev pueda negociar el fin del conflicto. “Sin embargo, la lentitud de la contraofensiva ucraniana está reduciendo las esperanzas de que las negociaciones para poner fin a los combates puedan llegar este año y aumentan el espectro de un conflicto sin fin”. Destaca que comienzan a tener más eco las voces que cuestionan la ayuda gigantesca que Washington da a Ucrania y que los principales contendientes para la nominación republicana, el expresidente Trump y DeSantis, han sugerido que podrían disminuir el apoyo militar a Ucrania.
The New York Times informó que Ucrania se ha topado con una defensiva rusa bien plantada y que tan solo en las primeras dos semanas de la contraofensiva ucraniana fue dañado o destruido hasta el 20 % del armamento utilizado, incluidos tanques y vehículos blindados suministrados por Occidente.
CNN reportó que fueron robadas muchas de las armas enviadas a Ucrania y el inspector general del Departamento de Estado de EEUU sostuvo que la corrupción de este país pone en peligro la eficacia de la ayuda que Washington le presta. El periodista Seymour Hersh reveló que Occidente sabe que las armas suministradas al Ejército Ucraniano se filtran al mercado negro, pero los medios de comunicación guardan silencio. “Exceptuando Nigeria, el gobierno de Ucrania es el más corrupto y tonto del mundo, y el apoyo de Biden solo puede provenir del conocimiento que Zelenski tiene de Biden, y no solo porque cuidaba a su hijo”.
Basado en las revelaciones de un alto funcionario de la Casa Blanca, escribe que “la inteligencia de EEUU considera que la contraofensiva ucraniana ha fracasado y que el gobierno de Biden no sabe qué hacer más adelante con el régimen ucraniano, que los ejércitos estadounidense y ucraniano ya no hacen ninguna predicción. La realidad es que el equilibrio de poder está decidido, el Presidente Putin tiene lo que quiere”.
En un análisis publicado en el portal ‘Weapons and Strategy’, Stephen Bryen, quien fue subsecretario de Defensa de Estados Unidos, escribe que lo más probable es que el régimen de Kiev se derrumbe y que no tiene mucho sentido que Kiev siga jugando a la ruleta existencial. “El conflicto en Ucrania ha paralizado la capacidad de combate de EEUU en el resto del mundo. Los sauditas han decidido recortar la producción de petróleo, para subir su precio, en un abierto desafío al Presidente Biden, que exigía precios más bajos”. Sucede que Biden está en una posición difícil, pues el retiro del conflicto ucraniano sería un fracaso que eclipsaría la retirada de Afganistán.
Según Douglas Macgregor, exasesor jefe del Pentágono, “EEUU se equivocó sobre Rusia, no entendió a qué se enfrentaba, pensó que Rusia seguía siendo un Estado atrasado y caótico, como lo fue en la década de 1990. EEUU ignoró por completo todo lo que Vladímir Putin ha hecho en los últimos 20 años”.
Para Nicolò Fasola, investigador de las estrategias militares rusas de la Universidad de Bolonia, “los ucranianos programaron la contraofensiva con un objetivo en mente: presentarse en la cumbre de la OTAN con resultados tangibles que les exigían. Pero la OTAN debió prever que las FFAA de Ucrania no podían asestar un golpe fuerte”.
Larry Johnson, veterano de la CIA y de la Oficina de Lucha contra el Terrorismo del Departamento de Estado, sostuvo que si la situación en Ucrania empeora, Estados Unidos podía insertar unidades de su ejército en la batalla. Si EEUU se convence a sí mismo de que tiene una mayor capacidad de la que realmente tiene, se va a incrementar el riesgo de una guerra nuclear; dada su historia, Rusia no tiene otra alternativa que tomar el desafío en serio. Piensa que los militares sabían que esta aventura no era lo mejor, que Ucrania no iba a ganar, pero cree que hubo presión política y que hay muchas cosas que los políticos no entienden, todavía no captan la fuerza, la estrategia y la determinación del lado ruso. El equipo de Biden aún cree que las Fuerzas Armadas de Rusia están condenadas a perder. Hace poco, Antony Blinken insistió en que Rusia ya perdió. “Es alarmante que el principal diplomático de Estados Unidos esté tan alejado de la realidad”, concluyó Johnson.
El 21 de julio, en el Consejo de Seguridad de Rusia, el Presidente Putin afirmó: “Todos los intentos de contraofensiva han sido detenidos, el adversario ha sido repelido con grandes pérdidas. Entre el armamento de las Fuerzas Armadas Ucranianas se destruyeron muchos vehículos extranjeros, que arden de lo lindo”.
Así las cosas, llegó la hora de que EEUU y sus aliados recapaciten, reconozcan todos los abusos que durante décadas cometieron contra Rusia y dialoguen sobre la paz, antes de que las puertas del averno se abran para siempre.
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