El grupo salafista Boko Haram, no se ha demorado nada en desafiar al nuevo presidente nigeriano Muhamadu Buhari, que asumió su cargo el último veintinueve de mayo. Baharí, ex militar y musulmán, ha prometido a lo largo de su campaña electoral y en la jura de su cargo, combatir y vencer a la banda integrista […]
El grupo salafista Boko Haram, no se ha demorado nada en desafiar al nuevo presidente nigeriano Muhamadu Buhari, que asumió su cargo el último veintinueve de mayo. Baharí, ex militar y musulmán, ha prometido a lo largo de su campaña electoral y en la jura de su cargo, combatir y vencer a la banda integrista que desde el 2009 ha provocado casi veinte mil muertos, y ya suma cerca de tres mil quinientos asesinatos solo en lo que va del año. Junio fue un mes de contantes atentados de parte de la banda takfirista. Durante los primero treinta días del nuevo presidente, el asedio de Boko Haram fue constante, produciendo un atentado cada dos días, los que produjeron cuatrocientos muertos, el doble de los dos meses abril y mayo.
A pesar de la contundencia de las acciones Abubakar Shekaua, el líder del grupo terrorista, debía realizar una categórica muestra de fuerza, como respuesta a las declaraciones de Buhari, también a la ofensiva que el ejército nigeriano, junto al del Chad, han puesto en marcha y también para y como una demostración de valor y liderazgo al interior de la organización.
Ese golpe de efecto llegó el martes treinta por la noche, en uno de los momentos más venerados del pueblo musulmán la celebración de Aid al-Fitr o fiesta del fin del ayuno por Ramadán.
Los dos ataques del martes y miércoles dejaron ciento cincuenta muertos. Cuarenta y ocho personas en dos aldeas cercanas a la ciudad de Monguno, Mussaram I y Mussaram II, en el noreste del país epicentro de todas sus acciones, secuestraron a unos cincuenta hombres que ejecutaron en un bosque.
Unas horas después del primer ataque, un grupo de motocicletas irrumpió en Kukawa, un pueblo cercano al lago Chad, donde asesinaron a otras noventa y ocho personas. Allí quemaron casas y asaltaron varias mezquitas donde muchos pobladores se encontraban realizando la oración del Magreb o del ocaso. Los atacantes abrieron fuego contra hombres, mujeres y niños. El viernes tres continuaron las acciones de la banda terrorista en Malari, donde una joven se inmoló en el interior de una mezquina dejando doce muerto y decenas de heridos. Más tarde dos hombres abrieron fuego en un camino donde ejecutaron a otras once personas y otra mujer detonó un explosivo que se cobró la vida de otras siete personas. En la localidad de Miringa, también en el estado de Borno, miembros de Boko Haram, degollaron ese mismo viernes a once supuestos desertores, su raid de violencia continuó hasta la noche en que atacaron los pueblos de Kochebe, Zabarmari y Massu, cercanas a Maiduguri, donde mataron al menos siete pobladores, incautaron víveres y quemaron cientos de casas. La ofensiva que tropas de los ejércitos del Chad y Nigeria, que se viene desarrollando consiguió retomar cerca de sesenta localidades del noreste del país, que desde principio de año estaban en manos de Boko Haram. La pérdida territorial hace que Boko Haram, vuela a su metodología de pegar y huir, lo que sin duda lo hace más letal, y pone en la mira a todos los habitantes del noroeste del país. Este tipo de acciones han provocado que más de un millón y medio de personas hayan dejado la región.
El presidente Buhari, parece estar disponiendo de todas sus posibilidades para ahora sí y de una vez hacer frente a Boko Haram. Una de las primeras decisiones ha sido trasladar el centro de operaciones anti-insurgente a Maiduguri, la capital del estado de Borno, cuna de Boko Haram, y hasta hace pocas semanas uno de sus santuarios.
Para fines de mes de julio un contingente cercano a los nueve mil hombres conformado por miembros de los ejércitos de Nigeria, Chad, Camerún, Níger y Benín, comenzaran una acción asfixiante sobre el grupo. A lo que según los expertos Boko Haram, retornara a las operaciones guerrilleras, de pegar y huir, con los que espera ir degradando la fuerza conjunta, cuántos más muertos produzca más desaliento generara en la tropa extranjera. Además la organización salafista cuenta con «células dormidas» en muchas poblaciones del nordeste, las que podrían ponerse en actividad en cualquier momento produciendo bajas en la retaguardia de la fuerza panafricana. Por lo que los servicios de inteligencia tendrán un rol sumamente delicado para jugar en los próximos meses. Es preciso señalar que tanto el ejército nigeriano, como sus servicio de inteligencia carecen de apoyo entre la población civil debido a los consecuente abusos de poder que han ejercido estas fuerzas en operaciones anteriores. Se calcula, que entre desapariciones, detenciones irregulares, torturas y ejecuciones extra judiciales las fuerzas federales han provocado más de ocho mil muertos entre la población civil, en los últimos años.
Los infinitos arsenales del Coronel.
Cuándo se analiza en el accionar de grupos como Boko Haram, que desde hace por los menos seis años está demostrando una gran capacidad militar, estratégico y logística, asombra a su inaudito poder de fuego. La pregunta obvia es: «¿Quién los abastece?». La respuesta más sencilla y corriente es que utilizan material capturado, vendido, robado, secuestrado a los ubérrimos arsenales del Coronel Mohamed Gaddafi, tras la debacle libia.
Esa excusa ha corrido como un rumor fantasmagórico desde Libia a Siria, desde Egipto a Nigeria, Mali, el Chad, Níger, Túnez y Argelia.
Los infinitos arsenal del Coronel parecen haber abastecido, además de las decenas de bandas armadas que se conformaron en Libia a partir de la muerte de Gaddafi, a todos los grupos salafistas que tras la caída de Libia en octubre de 2011, se han reforzado en el Magreb y en el Sahel: las usaron los tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), en su rebelión en el norte de Mali en 2012; las utiliza al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) en Túnez y Argelia; el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (Muyao) en el norte de Mali y el sur de Argelia, Ansar al-Din, (Defensores de la Fe) que enfrentaron al ejército francés en Azawad, norte de Mali, La brigada al-Muthalimin (los que firman con su sangre), del legendario Mokhtar Belmokhtar, muyahidín argelino, que desde la guerra contra la Unión Soviética en Afganistán, ha combatido en todos los campos de batalla que su «guerra santa» le ha propuesto. Los arsenales del coronel también llegaron a Siria donde los «moderados» del Ejercito Libre Sirio comenzaron la batalla contra Bashar al-Assad, también con armas del coronel se han hecho los hombres del Frente al-Nusra, el al-Qaeda sirio y los hombres del Daesh entonces, hoy más conocidos como Estado Islámico y claro está a Boko Haram, algunas dicen hasta llegaron a los grupos salafistas de Chechenia y Georgia.
Es asombroso como el infinito «arsenal» del Coronel, alcanza para armar casi medio conteniente, al tiempo que mágicamente las armas del coronel se van modernizando, nunca se desgastan, ni se arruinan a pesar de que son usadas por combatientes con mínima preparación previa, en las geografías más violentas del mundo, con las temperaturas saharianas, con humedades del trópico, con lluvias, con barro y con arena. Las municiones jamás se vencen, no se acaban, todo surge de los arsenales del Coronel como en maná del cielo.
Nadie ha podido revelar todavía cual es la triangulación por la que llegan armamentos a Boko Haram. Ningún servicio de inteligencia occidental con altísima tecnología como para filtrarse en los teléfonos particulares de presidentes y primeros ministros de potencias «amigas», nunca han podido develar los secretos operacionales de una banda «perdida» en mitad de la selva. En enero último en territorio camerunés, donde Boko Haram también ha atacado fue descubierto por casualidad un conteiner con el sello de Naciones Unidas con armamento e insumos, según parece para la organización takfirí nigeriana. A lo que Naciones Unidas no ha dado explicaciones, como en casis similares durante guerras y revueltas en países como Costa de Marfil, la República Democrática del Congo, Ruanda.
Se cree que una de la fuentes de financiamiento de Boko Haram procede de su asociación con cárteles colombianos que envían su mercadería a diferentes puntos del golfo de Guinea y de allí parten por diferentes rutas del norte de África y a los que Boko Haram y también al-Qaeda para el Magreb Islámico darían cierto tipo de protección y logística hasta llegar a las costas mediterráneas. Desde el 2006, han incrementado estas rutas para llegar a Europa. Hoy se calcula que cerca de la tercera parte del narcotráfico que desde América del Sur es enviado a Europa, utiliza estos caminos, lo que deja infinitos recursos a los miembros de estas organizaciones y en muchos casos la protección es pagada con armas que los propios narcotraficantes triangulan con sus proveedores habituales.
Boko Haram tiene capacidad para actuar ya no en el norte del su país sino llegar a lugares como Yamena, la capital de Chad, donde el quince de junio, en dos atentados
Produjo treinta muertos, nada menos que en el cuartel central de la policía y una escuela de reclutamiento de la Policía.
Ese fue el primer atentado, de la banda radical, en el Chad, lo que hace temer que sea una célula propia chadiana, lo que como ya se sospecha Boko Haram se va expandiendo a varios países vecinos. Con el ataque en Yamena, se multiplica la osadía del Boko Haram, ya que en esa ciudad se asienta la fuerza regional de lucha anti salafista, en la que el Chad tiene comprometidos unos cinco mil hombres y está asentado el cuartel general de la «Operación Barkhane», la misión francesa que lucha contra el integrismo islámico en el Sahel desde 2013.
Boko Haram ha demostrado no temer a nada y estar dispuesto a enfrentar a todo, sus acciones han deprimido el rico comercio que se llevaba en el lago de Chad, entre los dos países. De Maiduguri, Nigeria, procedía nada menos que el 60% de los bienes que consumen Chad: material electrónico, alfombras, teteras, azúcar, frutas, verduras; y su ruta natural es a través del lago. La frontera ha sido cerrada por temor a las incursiones del grupo desde abril, como ya lo hicieran también Níger en febrero.
El gobierno chadiano ha dado un ultimátum a la población civil a abandonar las islas del lago. Por las próximas acciones militares que se esperan por parte de la Fuerza Militar Conjunta integrada por los cuatro países ribereños, Chad, Nigeria, Níger y Camerún contra Boko Haram.
En el lago, que además está en extinción ya ha perdido el 90% de sus aguas, por el avance del desierto, decenas de miles de personas viven de la pesca y la agricultura.
La situación ya no solo de Nigeria sino de todos sus vecinos convierte ese rincón africano en un conflicto de características impensadas.
Habrá que tener en cuenta que en esas regiones la ausencia de fronteras reales, ya que las heredadas por la colonización, son solo respetadas por los Estados mientras las poblaciones no entiende la pertenecía a una territorialidad u otra, ya que los límites no responden a la verdadera historia del continente y mucho menos a las ancestrales tradiciones locales. Tras siglos de explotación, tras haber vivido el suplicio de la esclavitud, con grandes porcentajes de analfabetismo convierte a estos ciento de millones de personas en un importante objetivo de seducción por parte de organizaciones como Boko Haram, que en sus leguas y con un mensaje liberador, milenarista, si no les da una buena razón para vivir, por lo menos se las da para morir.
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC. Colabora con «Revista Hamartia», Rebelión:http://www.rebelion.org/; «El Correo de la Diáspora argentina: http://www.elcorreo.eu.org ; y: América Latina en Movimiento: http://www.alainet.org/
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