Según el New York Times, el Gobierno Libio utiliza bombas de racimo. Ésta es una pieza más en la desaforada campaña de intoxicación mediática de las potencias occidentales para justificar ante la opinión pública su criminal agresión a Libia. El NYT miente descaradamente, basta ver el video con las «evidencias» que dicha acusación dice tener: […]
Según el New York Times, el Gobierno Libio utiliza bombas de racimo. Ésta es una pieza más en la desaforada campaña de intoxicación mediática de las potencias occidentales para justificar ante la opinión pública su criminal agresión a Libia.
El NYT miente descaradamente, basta ver el video con las «evidencias» que dicha acusación dice tener: (http://www.nytimes.com/2011/04/16/world/africa/16libya.html?_r=2&hp)
En el video descubrimos que ¡no hay ni una sóla evidencia! Es un burdo montaje propagandístico. Un ejemplo: Obsérvese que un joven con una camiseta a rayas rosas aparece primero encima de una ruinas, luego mostrando el interior de una vivienda con detrozos (ni las ruinas ni los destrozos prueban que hayan sido ocasionados por bombas de racimo), podríamos pensar que ese joven estaba ejerciendo de «guía» para los periodistas, pero ¡ojo! aparece una tercera vez y ésta en un cementerio de rodillas rezando a algo que parece ser la mortaja de un cadáver. Es una escena que rezuma «montaje» por los cuatro costados. Un «coup de théâtre» con el joven de la camiseta rosa como protagonista. No hay en todo el vídeo ni una sola imagen que recoja los efectos de la explosión de una bomba de racimo. Vale la pena verlo para constatar este burdo montaje.
El gobierno libio ha desmentido que utilice ese tipo de armamento. Lógicamente podría mentir. Ya sabemos que en las guerras, y ésta es una guerra, siempre mienten. Pero después de ver el artículo del NYT, con sus «evidencias» que no evidencian absolutamente nada, me inclino a pensar que sobre la utilización de tales bombas, el Gobierno Libio dice la verdad y el bando imperialista miente descaradamente.
¡Era tan fácil descubrir su falsedad! Con solo ir a la fuente de la noticia. Por eso no comprendo que Rebelión haya reproducido el artículo del New York Times. [N. del editor África-Rebelión.- El artículo citado por el autor, «Según el New York Times, el Gobierno Libio utiliza bombas de racimo», fue retirado tan pronto se evidenció el montaje propagandístico del mismo.]
Cuando diariamente hay decenas de informaciones y artículos en «otros» medios, no sólo «alternativos», de gran calidad e interés. Y que por fortuna, generalmente Rebelión los reproduce con gran acierto selectivo, no es comprensible «dar alas» a la campaña imperialista de intoxicación mediática. Porque una cosa es mostrar puntos de vista diferentes y otra, muy distinta, hacerse «eco» de las mentiras de un vocero del Imperio como es el «New York Times«.
Y no puedo por menos de llamar la atención sobre la hipocresía, desfachatez e infamia de los medios de desinformación. Mientras mienten sobre las bombas de racimo, callan la utilización por parte de la OTAN de proyectiles con uranio empobrecido. «Le Monde» (16-04-2011) recogía el bulo del NYT («Kadhafi accusé d’utiliser des bombes à sous-munitions») y comentaba que la fabricación y utilización de las bombas de racimo estaba prohibida desde 2010. Parece ser que también las armas de uranio están prohibidas, pero es un hecho que siguen utilizándose impunemente. Los ejércitos no han renunciado a ellas debido a las extraordinarias «ventajas» que comportan: Al impactar producen temperaturas de casi 5.000° C y son extremadamente eficaces en la perforación de objetivos muy resistentes como blindados o búnkeres.
Según la coalición Stop the War (http://stopwar.org.uk/content/view/2321/27/) en las primeras veinticuatro horas del ataque a Libia, los B-2 de EE.UU. arrojaron 45 bombas de 2.000 libras de peso cada una (algo menos de 1.000 kilos). Estas enormes bombas, junto con los misiles Cruise lanzados desde aviones y barcos británicos y franceses, contenían ojivas de uranio empobrecido (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=125152).
Un informe de Mathaba Gold and Silver también afirmaba que en las primeras 24 horas del ataque a Libia, las bombas y misiles de los EE.UU., Gran Bretaña y Francia llevaban cabezas con uranio (http://mathaba.net/news/?x=626304) y lo mismo decía la agencia de prensa latina (http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=24023).
Las evidencias de la presencia de uranio en los misiles Cruise han sido muy bien documentadas. Dai Williams en su página (http://www.eoslifework.co.uk/pdfs/DU2102A3b.pdf) ha seguido actualizando estas evidencias. Y Massimino Zucchetti en el magnífico artículo reproducido por Rebelion: «Impacto en Libia de los misiles crucero de uranio empobrecido» (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=125535&titular=impacto-de-los-misiles-crucero-de-uranio-empobrecido-) hace una síntesis minuciosamente elaborada.
Los misiles de crucero Tomahawk se están disparando a diario desde barcos y submarinos contra Libia. «Estos misiles, fabricados por la empresa Hughes de EE.UU., cuestan la friolera de 1,5 millones de dólares cada uno… llevan cabezas de varios tipos, ya sean penetrantes o de fragmentación (cada una con cientos de submuniciones, es decir, de racimo). Estas cabezas, como muchas otras, se hacen con uranio empobrecido.» Documenta Manlio Dinucci en «Le bombardier nucléaire s’entraîne dans la «guerre humanitaire»» el 22 de marzo de 2011 en Il Manifesto (http://www.ilmanifesto.it/Quotidiano-archivio/22-Marzo-2011/art6.php3).
Habrá que seguir contabilizando durante muchos años después de acabada la guerra, las víctimas de la agresión imperialista en Libia. «De cada 10 misiles disparados más o menos uno se sale de control y se estrella en cualquier punto de la zona a la que se apunta. Pero todos los misiles, tanto los dotados de una cabeza revestida de uranio empobrecido como los que sólo tienen uranio empobrecido en los estabilizadores, contaminan la zona. O sea, este bombardeo supuestamente «humanitario» matará a miles de civiles en los años venideros», indica el profesor Massimo Zucchetti.
Alguna vez cuando he visto a los rebeldes saltar de alegría encima de un carro de combate gubernamental destrozado por el impacto de un misil de la OTAN he sentido pena por ellos, estos inconscientes no sabían que estaban saltando encima de su ataúd, pues esos restos de chatarra están cargados de radioactividad. El manual de los oficiales, entregado a todos los uniformados enviados a Kosovo, incluía recomendaciones a seguir al pie de la letra sobre la presencia de uranio empobrecido en aquel territorio y, en particular, en los misiles Tomahawk. El manual dice textualmente: «Evítese todo artefacto o material que usted sospeche que pueda haber sido alcanzado por municiones que contengan uranio empobrecido o por misiles crucero Tomahawk. No recoja o coleccione municiones de uranio empobrecido encontradas en el terreno. Informe inmediatamente a su puesto de mando sobre el área que usted estima que pueda estar contaminada. Donde quiera que usted se encuentre, delimite la zona contaminada con cualquier material encontrado en el lugar. Si se encuentra usted en una zona contaminada póngase, como mínimo, la máscara y los guantes protectores. Aplique la mejor higiene personal. Lave frecuentemente su cuerpo y su ropa».
A estos desgraciados (en los dos sentidos de la palabra) ya que piden armas a la OTAN no les vendría mal que les enviasen también manuales de ese tipo, así como trajes y caretas especiales para protegerse de la radioactividad, así podrán, de momento, seguir saltando con más precaución sobre la chatarra radioactiva que produzcan sus patrocinadores imperialistas, pero de nada les van a servir (si es que no mueren en esta absurda guerra) y piensan vivir el resto de sus vidas en el contaminado suelo libio. Algún día no serán catalogados como víctimas del «fuego amigo», ni siquiera como «daños colaterales», sino simplemente como anónimos pacientes de salas de oncología, que compartirán con sus «enemigos» de hoy. Este es un aspecto más de la insensatez de esta guerra.
Ayer se cumplían 50 años de la derrota del imperialismo en Playa Girón. Ya sabemos que el pueblo libio no es el cubano, ni Gadafi es Fidel, pero los pueblos si no son derrotados de inmediato suelen crecerse ante sus enemigos. Espero que el pueblo libio sea capaz de resistir la embestida imperialista y derrote a esa «canalla» de monárquicos, yihadistas y traidores arribistas, entre cuyos patrocinadores se encuentra Hamad bin Jalifa Al Thani, Emir absolutista de Catar, quien además de facilitarles armas y vituallas ha puesto desde el principio a su servicio la emisora de su propiedad «Al Jazeera-TV», de cuyas mentiras se sirvieron los imperialistas para obtener del Consejo de Seguridad de la ONU la «legalización» de su colonialista intervención armada. Mentiras que como la maquinada por el New York Times, desgraciadamente ¡tan fácil! calan en las mentes,… incluso en las de muchos izquierdistas.
La crisis libia quedará probablemente en la historia como una de las más grandes operaciones de desinformación y de violación del derecho internacional de nuestra época.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
rCR