El Pentágono crea un nuevo comando regional que cubrirá toda Africa salvo Egipto. La medida, que fue anunciada oficialmente ayer por el secretario de Defensa, Robert Gates, en una comparecencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado, pone de manifiesto que Gates y Bush han decidido mantener la doctrina militar del recientemente cesado secretario […]
El Pentágono crea un nuevo comando regional que cubrirá toda Africa salvo Egipto. La medida, que fue anunciada oficialmente ayer por el secretario de Defensa, Robert Gates, en una comparecencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado, pone de manifiesto que Gates y Bush han decidido mantener la doctrina militar del recientemente cesado secretario de Defensa Donald Rumsfeld. Es decir: secretismo, agresividad, control de los recursos petroleros y lucha contra el integrismo islámico.
También confirma la dramática pérdida de peso de Europa en la defensa de EEUU. Porque, hasta ahora, la mayor parte de Africa estaba bajo la supervisión del Comando Europeo, que es quien organizó en 2003 la Iniciativa Pan-Saheliana, en virtud de la cual Estados Unidos envió cientos de boinas verdes -un tipo de fuerzas especiales especializado en colaborar con ejércitos y grupos armados locales- a Mali y Mauritania, e infantes de Marina (los marines) a Chad y Níger. Las tropas entrenadas por los estadounidenses han mantenido duras batallas en el Desierto del Sáhara con la guerrilla local vinculada a Al Qaeda, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, aunque oficialmente los norteamericanos no han entrado en acción. Sólo en uno de esos incidentes, Chad aseguró haber matado o capturado a más de 40 terroristas.
El sistema continúa ahora bajo el nombre de Iniciativa Contraterrorista Transahariana, con un presupuesto de 350 millones de euros y un área de acción que va desde Marruecos hasta Nigeria. Esa Iniciativa está siendo dirigida desde la ciudad alemana de Stuttgart, que es donde está el mando de las fuerzas estadounidenses en Europa. Pero, a medida que el nuevo Comando de Africa se expanda, su cuartel general estará localizado en algún lugar de la región. En otras palabras: las operaciones no se dirigirán desde Europa. Eso constituye un nuevo golpe al Comando Europeo de EEUU, que ya en 2004 perdió la jurisdicción de dos puntos calientes, como son Siria y Líbano, y que parece relegado a ser una zona de aprovisionamiento.
Al mismo tiempo, Francia corre el riesgo de perder influencia en países como Chad y república Centroafricana, sobre las que París mantiene una política neocolonial. Y China, que se ha convertido en el primer socio comercial de Africa, se encuentra con un duro competidor por la supremacía en ese continente.
La nueva organización también arrebata al Comando Central el control sobre Kenia, Etiopía, Yibuti -donde EEUU tiene una base conjunta con Francia- , Sudán y Somalia, un país que EEUU ha bombardeado el mes pasado con aviones basados, precisamente, en Yibuti. Y el Comando del Pacífico le cede el control sobre Madagascar y la república de Mauricio, en el Océano Indico. ¿Cuáles son los intereses de EEUU en la zona? El más obvio es el control de los grupos terroristas islámicos, como los salafistas del Sáhara, los Tribunales Islámicos somalíes y los radicales nigerianos. Así que las principales misiones de EEUU serán entrenar a los países de la región en la lucha contra las insurgencias. Una tarea complicada, que será llevada a cabo probablemente por Fuerzas Especiales y frecuentemente por medio de misiones secretas. Bajo la Presidencia de Bush, esas Fuerzas Especiales han vivido una expansión sin precedentes, llevando a cabo misiones ofensivas en países con los que EEUU no tiene en teoría ningún problema, en persecución de presuntos radicales islámicos.
Africa tiene además otros intereses para Washington. El más obvio es el petróleo. El 16% del crudo que importa EEUU procede de Africa, y en 2015 esa proporción habrá subido hasta el 25%, con lo que ese continente suministrará más hidrocarburos a la economía mundial que todo Oriente Medio junto. Gran parte de ese crudo, además, está en manos de cleptocracias -Guinea Ecuatorial, Angola o Chad- o de democracias débiles plagadas de tensiones sociales y religiosas, como Nigeria.