Recomiendo:
0

Elecciones Autonómicas en Galiza

Cambio adelantado

Fuentes: Rebelión

El próximo 19 de Junio será la fecha, adelantada 4 meses, para la celebración de las elecciones al Parlamento Gallego. Tal y como se pronosticaba Manuel Fraga comunicó esa decisión al Consello de la Xunta de Galiza. Inadmisible es que el Presidente del gobierno gallego emplee la convocatoria electoral en un juego de intereses en […]

El próximo 19 de Junio será la fecha, adelantada 4 meses, para la celebración de las elecciones al Parlamento Gallego. Tal y como se pronosticaba Manuel Fraga comunicó esa decisión al Consello de la Xunta de Galiza. Inadmisible es que el Presidente del gobierno gallego emplee la convocatoria electoral en un juego de intereses en marcada clave partidista-oportunista, haciendo un fraude a la institución que representa. Pero igualmente de inadmisible la falta de respeto institucional que el gobierno Fraga tuvo para con el Parlamento Gallego, empleándolo como «patio particular», donde se hurtó el debate, se utilizó recurrentemente el rodillo de la mayoría absoluta para negarle la voz a la ciudadanía (a través de su representación), desvirtuando de pleno las esencias democráticas que deben presidir la vida política gallega.

Ni Fraga, ni el PP, tienen un mínimo de respeto por Galiza, por sus instituciones y mucho menos por sus gentes. Palpable quedó esa denigrante indiferencia frente a la respuesta social del Nunca Máis, demonizando a la Plataforma Ciudadana, y ofreciendo alguna «ostia» sino «fueses mujer», como hizo Fraga cuando la ciudadanía le exigía responsabilidades. Viejas maneras de filofascista.

Cuando el estudiantado gallego salió recurrentemente a las calles exigiendo que el PP dejase de regalar fondos públicos a la enseñanza privada (de corte marcadamente cristiana) y mejorase el sistema educativo público gallego, dotandolo de más medios, el gobierno Fraga estaba demasiado ocupado intoxicando para falsear la incidencia real de esos procesos mobilizadores, intentando manipular la realidad objetiva.

Cuando el agro gallego, el sector pesquero o el naval exigían del Gobierno Gallego que ejerciese de tal defendiendo las potencialidades productivas del país, Fraga y los suyos giraron la vista agradeciendo los «abrazos» (de oso) del gobierno amigo de Aznar y la caridad de la UE.

Cuando se exigen políticas integrales de empleo, destacadamente para la juventud y para la mujer, y con el interés de re-activar también las zonas más ruralizadas, y poner freno al éxodo masivo de juventud hacia la emigración (silenciada bajo la redenominación de «movilidad geográfica»), el gobierno Fraga pide «que entren los antidisturbios» para acallar los gritos de jovenes que exigían su derecho a trabajar, con dignidad y en el país, en medio de un acto oficial.

Habría mil ejemplos, en esta última legislatura y en las anteriores de la era Fraga, pero la conclusión es que el PP y su octogenario Presidente siempre le dieron la espalda al país y a sus gentes, primando los intereses partidarios, personales o caciquiles por encima de las necesidades sociales de una nación asfixiada por la incompetencia de un gobierno que no la representa ni respeta y que no merece.

Fraga tiene miedo. El PP tiene miedo. Temen que en Galiza tenga lugar de una vez por todas el CAMBIO; que la ciudadanía le retire la patente de corso que él se auto-otorgó, y le dé una digna jubilación no a Fraga, sino a un PP en conjunto que carece de proyecto de país, de soluciones a los problemas de la gente, y que en el fondo no es más que una parte importante del problema. Temen que termine el estado de excepción democrática que ellos suponen para este país, y que llegue un nuevo Presidente que abra las ventanas de Galiza, porque el ambiente está cargado, demasiado cargado.

Pero tambien temen en el PSOE. Touriño tiene miedo también. Miedo a que en Galiza el cambio no sea un cambio inértico por mimetismo, teme que las gentes de este país no quieran sólo talante sino soluciones, y sobre todo respeto. Tienen miedo a que en Galiza el cambio sea real, sea efectivo, sea profundo, sea progresivo pero constante, tienen miedo al «cambio galego», y a que sea el Bloque Nacionalista Galego, con Quintana, quien lo encabece. Porque saben que con un Presidente nacionalista no valdrán prevendas, ofertas vacías, declaraciones de intenciones ni la política del baladí; saben que entonces habrá un gobierno gallego propiamente dicho, que exigirá con contundencia lo que nos pertenece a las gallegas y a los gallegos, sin tener que obedecer a los dictados de la sede central en la metropole madrileña. Una Xunta que no se someta ni a Génova ni a Ferraz.

Hay miedo a que por una vez en mucho tiempo haya un Presidente que tenga respeto por Galiza y dé soluciones a los problemas de sus gentes.

Elecciones este verano… suscribo las palabras de Anxo Quintana: «cuanto antes termine esta agonía y con este gobierno acabado mejor».

* Xabier Pérez Igrexas (www.contradiscurso.tk) es ex-secretario general de los Comités Abertos de Estudantes (CAE) y fue miembro de su Executiva Nacional. Fue también miembro de la Dirección Nacional de Galiza Nova. En la actualidad participa en el movimento vecinal, y colabora con artículos de opinión en diferentes medios de comunicación.