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Cerca de 50 por ciento de la población camerunés vive en la indigencia.

Camerún: Cancelar la deuda externa, ¿para cuando?

Fuentes: IPS

Acorralado por desastres naturales que no dan tregua y por la pesada carga del pago de su deuda, Camerún soporta una crisis financiera que pone en duda su cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio. Camerún se comprometió con tales metas, adoptadas en septiembre del 2000 por 189 países, […]

Acorralado por desastres naturales que no dan tregua y por la pesada carga del pago de su deuda, Camerún soporta una crisis financiera que pone en duda su cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio.

Camerún se comprometió con tales metas, adoptadas en septiembre del 2000 por 189 países, que incluyen reducir la proporción de pobreza extrema a la mitad para el año 2015. Sin embargo, la crisis económica que vive ha forzado una reducción de las inversiones públicas y un aumento del endeudamiento con las instituciones financieras internacionales.

Camerún es un país relativamente rico. Posee considerables yacimientos de petróleo, gas natural, bauxita, hierro, bosques tropicales y tiene un gran potencial de recursos hidroeléctricos. El país produce madera, caucho, cacao, café, caña de azúcar y aluminio.

No obstante, debido al peso excesivo de la deuda externa, la economía nacional se está estancando. Según datos oficiales, el endeudamiento pasó de 2.900 millones de dólares en 1983 a 8.500 millones en 2004.

Camerún ha tenido que agregar el hambre a su lista de males, que afecta a muchos de sus 16,5 millones de habitantes.

«Alrededor de 250.000 personas sufren en la provincia de Extremo Norte, una de las regiones más pobres del país, y más de un millón de personas necesitan ayuda de emergencia», expresó a IPS Justin Bagirishya, director regional en Camerún del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.

«En octubre, el PMA enviará raciones de emergencia para los necesitados», anunció.

La provincia Extremo Norte está situada en la región del Sahel (al sur del desierto del Sahara), a 1.000 kilómetros de Yaoundé, la capital del país. Esta provincia es vulnerable a desastres como inundaciones durante la estación de lluvias y a largas sequías el resto del año, que pueden durar hasta nueve meses.

Según el Ministerio de Agricultura, en 2004, Extremo Norte recibió muy pocas lluvias, lo que significó una reducción en la producción agrícola de 200.000 toneladas respecto de las cosechas del año anterior, que habían sumado 7,45 millones de toneladas.

«La recurrencia de la inseguridad de alimentaria en los últimos 10 años en esta región el mundo hace que las metas para el milenio sean un propósito por demás hipotético», manifestó Germaine Bitanga, una funcionaria del Ministerio de Asuntos Sociales.

Esta provincia produce maíz, sorgo, arroz, yuca, batatas, camotes, plátanos, frijoles, vegetales y tomates. Sin embargo, un alto porcentaje de dicha producción se exporta a los países vecinos, como Gabón y Guinea Ecuatorial.

El 24 de septiembre, el PMA comenzó a enviar asistencia alimentaria a los nueve distritos de esta provincia, haciendo uso de un fondo de 880.000 dólares facilitado por Francia. Pero dicha suma no alcanzará para financiar la totalidad de la operación de asistencia, que durará un mes y costará dos millones de dólares.

Los ocho propósitos establecidos por la Organización de las Naciones Unidas incluyen la reducción a la mitad de la proporción de población que sufre pobreza extrema y hambre, con plazo en 2005.

Pero este año, más de 1.200 millones de personas viven con menos de un dólar por día (límite de la línea internacional de pobreza extrema) y 800 millones de personas todavía padecen hambre, según el PMA.

Los economistas temen que la deuda externa complique aun más los esfuerzos de Camerún para cumplir con las metas de desarrollo. «En dos décadas, la deuda externa de nuestro país subió de 2.900 millones en 1983 a algo menos de 10.000 millones en 2005», dijo a IPS el profesor de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de Yaoundé II, François Colin Nkoa.

«Desafortunadamente, el proceso de desarrollo no ha mantenido su ritmo, y el país se ha empantanado aun más en los meandros de la pobreza sin que nadie sepa realmente dónde y cómo se ha gastado todo el dinero que se pidió prestado», añadió.

«Camerún siempre recibió grandes cantidades de asistencia», dijo a IPS Jacques Hiol, un abogado de Yaoundé. «Pero parece que dicha asistencia contribuyó a enlentecer aun más el crecimiento del país y a degradarlo de la categoría de país de ingresos medios a país pobre muy endeudado».

En diálogo telefónico con IPS, un jerarca del Ministerio de Finanzas que no quiso dar su nombre, rechazó estas afirmaciones.

De acuerdo al funcionario, los montos de los préstamos se emplearon en financiar proyectos de desarrollo, como la construcción, en los años 80, de la carretera que une Yaoundé con la ciudad costera de Douala (la capital financiera del país), de un aeropuerto internacional y de muchas escuelas y hospitales en ambas urbes.

El análisis económico «Cuentas Nacionales 1992-2003», presentado por el Instituto Nacional de Estadísticas de Yaoundé en agosto, pinta un panorama sombrío de la economía de Camerún.

Debido a la vulnerabilidad de algunas regiones a las catástrofes naturales, Camerún no será capaz de reducir a la mitad el porcentaje de personas en la pobreza ni de proveer servicios de salud a mujeres, niñas y niños, afirma ese estudio.

De acuerdo al Informe del año 2005 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, cerca de 50 por ciento de la población camerunés vive en la indigencia.

«La carga insostenible de los servicios de deuda y la incapacidad de la PPME (la iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados) para resolver este problema se suman al empobrecimiento del pueblo camerunés», dijo la presidenta del Programa Integrado Contra la Pobreza, Jeanne d’Arc Teumo, una organización no gubernamental con sede en Yaoundé.

«Si no se hace algo, no vamos a poder eliminar la pobreza ni en el año 2150», agregó.

Se supone que Camerún debería beneficiarse con el programa PPME, de alivio de deuda para los países pobres muy endeudados, lanzado en 1996 por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y que implica la cancelación total o parcial del endeudamiento con instituciones financieras multilaterales.

Pero dicha iniciativa no tuvo los resultados esperados debido a los estrictos condicionamientos que se exigen a los países beneficiarios, afirman los críticos.

Además, la sociedad civil reclama al gobierno más energía para luchar contra la corrupción y asegurar la independencia del sistema judicial, que debe investigar y llevar a juicio a altos funcionarios acusados de apropiación indebida y malversación de fondos.

«Nuestra estrategia es mejorar la administración, combatir la corrupción, fortalecer la democracia y llevar adelante programas y políticas de desarrollo apropiadas», dijo a IPS Frederic Nyambi, funcionario del Ministerio de Planeamiento.

En el horizonte aparece una señal esperanzadora.

Camerún es una de las 20 naciones de África y Asia que podrían beneficiarse con una cancelación completa de sus deudas, según las promesas de la última Cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo, en junio, confirmadas en las reuniones de septiembre del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.