Desde hace cinco años el oeste del Mediterráneo está viviendo una carrera armamentística silenciosa entre el régimen monárquico de Marruecos, conocido como Al Majzan, y el régimen militar de Argelia (aunque representado por un presidente civil).
La relación entre ambos regímenes siempre ha estado marcada por la tensión, con la cuestión del Sáhara Occidental en el epicentro, relaciones diplomáticas inestables, cierre de fronteras. Chocaron militarmente en dos ocasiones: en un corto conflicto fronterizo en 1963 y en los años setenta en el Sáhara Occidental.
En el verano de 2020 el Reino de Marruecos promulgó una ley para la reubicación de industrias militares, sobre todo de drones, radares y sistemas de guerra electrónica avanzados. En paralelo, Al Majzén oficializó su relación con el régimen sionista de Israel. Pocos meses después, en agosto de 2021, Yair Lapid, por aquel entonces ministro de Exteriores israelí, visitó Rabat y expresó su «preocupación por el acercamiento entre Irán y Argelia».
El Ministerio de Exteriores de Argelia declaró la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Reino de Marruecos y la justificó por «acciones marroquíes hostiles».
Caída de Gadafi
Cabe mencionar que el presupuesto militar argelino siempre ha sido mayor que el marroquí, y que Argel volvió a comprar nuevo material y a desarrollar su arsenal tras la caída del régimen de Gadafi en Libia, por miedo a una repetición de aquel escenario caótico.
En 2021 Rabat adoptó un plan de 17.000 millones de dólares para el desarrollo armamentístico llamado “Plan 2030”, y recibió a Benny Gantz, conocido como «el carnicero de Gaza», entonces ministro de Defensa israelí. Israel y Al Majzén firmaron un acuerdo de cooperación militar y de seguridad, que se tradujo en compras de sistemas israelíes de defensa antiaérea Barak MX con un coste de 500 millones de dólares, drones de reconocimiento y ataque, y la construcción de una fábrica de drones kamikaze BlueBird, marca y filial perteneciente a la empresa estatal israelí de industria aeroespacial IAI, que se puso en marcha el año pasado
El presupuesto del Ministerio de Defensa marroquí aumentó de 10.500 millones de dólares en 2021 a 23.000 millones ese año.
A todo esto se añade la cooperación militar con EEUU: en los primeros cuatro meses de 2021 Al Majzan compró armas estadounidenses por un valor de 8.500 millones de dólares.
Por su parte, Argel aumentó su gasto militar de 9.000 millones de dólares en 2021 a 25.000 millones en 2025. Argelia será el primer operador africano de cazas de quinta generación tras su inminente adquisición de cazas rusos tipo Su-57E. Además, el Ejército argelino ha firmado muchos contratos de compra de sistemas de guerra electrónica rusos y chinos, aparte de un plan de desarrollo de sus sistemas de defensa antiaérea, y la inauguración de una fábrica de drones por parte del Ejército.
En 2025 la marina del Ejército argelino firmó contratos por alrededor de 400 millones de euros con empresas italianas para adquirir helicópteros antisubmarinos, buques de desembarco, además de un acuerdo para la fabricación de corbetas en Argelia con transferencia de tecnología italiana y china.
Mercado de armas en países empobrecidos
Mientras las empresas chinas y turcas están comerciando con sus armas y tecnologías militares en ambos países, miles de jóvenes marroquíes y argelinos no dejan de subir a pateras, arriesgando la vida en un camino desconocido para ganarse el sustento.
Según los datos oficiales de la Alta Comisión de Planificación, el órgano responsable de las estadísticas en Marruecos, la tasa de desempleo ha alcanzado el 21.3%, y la tasa de analfabetismo ha superado el 24% en el país en 2024. Según la misma comisión, hoy por hoy, 4 millones de personas en Marruecos están en riesgo de pobreza.
En Argelia la situación no es sustancialmente mejor. Mientras los datos oficiales indican que el país casi no tiene pobres y que la tasa de desempleo «ha bajado al 12%», muchas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) locales estiman que un tercio de la población argelina vive bajo el umbral de la pobreza.
La manipulación de los datos y la falta de transparencia son características inherentes del Estado argelino desde el golpe militar que se hizo con el poder en 1965. Hasta ahora.
El Estado español aumenta su gasto militar
El gasto militar español en 2025 alcanzará los 33.123 millones de euros, el equivalente al 2% del PIB, comparado con el 1,4% del PIB del año anterior. Esto va en línea con las directrices de la OTAN de aumentar el gasto militar.
En enero de 2025 la Armada española firmó un acuerdo con las empresas Navantia y Airbus para convertir el portaaeronaves Juan Carlos I en un portaaviones de drones Airbus, para integrar el dron Sirtap en el buque, centrándose en la interoperabilidad y la integración de sistemas de combate, mando y control, y operaciones de despegue y aterrizaje.
Con este proyecto el español será el segundo ejército con portadrones después de Turquía. Se estima que la totalidad del proyecto asciende a 600 millones de euros, ya que en 2023 se asignaron 30 millones de euros para la sustitución del sistema de propulsión del buque, más 500 millones para el proyecto Sirtap (Sistema Integrado de Reconocimiento Táctico de Altas Prestaciones), en el que participan la filial española de Airbus, Navantia, la empresa estatal colombiana CIAC y más de 100 pequeñas empresas españolas.
Teniendo en consideración el peso cualitativo de las armas defensivas y ofensivas en los arsenales que los regímenes de Argelia y Marruecos están acumulando, y la naturaleza de las maniobras de ambos ejércitos, junto al discurso mediático de los dos estados que exportan los problemas internos e intentan desviar la atención de la población, se puede decir que ambos regímenes están intentando mantenerse en una burbuja de miedo, o, parafraseando el estratega chino Sun Tsu: «entrar en guerra sin combates».