Estimado Sr. Presidente del Gobierno: Soy una ciudadana española que vive desde hace unos cuantos años en Túnez capital. Este país que tan calurosamente me acogió en su momento es ya, por tanto, un poco mi país. Le escribo con la urgencia y el pánico del que ha visto morir a un ser humano delante […]
Estimado Sr. Presidente del Gobierno:
Soy una ciudadana española que vive desde hace unos cuantos años en Túnez capital. Este país que tan calurosamente me acogió en su momento es ya, por tanto, un poco mi país.
Le escribo con la urgencia y el pánico del que ha visto morir a un ser humano delante suyo. Los sucesos que se desarrollan en el país desde la caída del dictador han tomado un nuevo cariz: el gobierno reprime con una violencia inusitada las manifestaciones que desde ayer llenan las calles de la capital. Supongo (y espero) que conocerá los últimos acontecimientos: el pueblo tunecino volvió a ocupar la plaza de la Casba el día 20 de febrero como protesta al silencio y la ignominia del gobierno de transición actual que, lejos de perseguir y juzgar a los que durante todos estos años han masacrado a su pueblo, se contenta ingenuamente con mostrarnos la fortuna del dictador en recientes hallazgos efectuados en su palacio de Sidi Bou Said. Ayer los ciudadanos de la capital tomaron las calles. Más de 100.000 personas se manifestaron para pedir la dimisión inmediata de Ganouchi, fiel servidor de Ben Ali y de su régimen durante los 23 años de represión policial del RCD.
Los últimos balances a las 19.20h de este sábado 26 de febrero son de, al menos, tres muertos. Tres jóvenes manifestantes que pedían cambios factibles. Ayer por la tarde mataron a Mohamed Al-Hanouchi, de 17 años. Un tiro en el cuello acabó con la vida de este estudiante de secundaria vecino de la medina. Yo he asistido a la increíble ovación por su sepelio en la casba. Las mujeres lloraban, los hombres también. La rabia y el dolor se entremezclaban en un grito ahogado. Yo misma he visto como introducían el cuerpo de otro joven (horas más tarde) en una ambulancia. Acababa de morir a causa de los gases de dudosa procedencia que desde ayer la policía utiliza con la misma brutalidad que durante el día 14 de enero. Lo que está ocurriendo hoy, Sr. Zapatero, es exactamente lo mismo que ocurrió el día 14 de enero cuando Ben Ali todavía empañaba de incertidumbre y pánico la capital en un último intento por controlar el país. Le envío una serie de vínculos para que usted pueda ver que no es producto de mi imaginación, videos caseros de la red social en el que no hay ninguna duda, tiran a matar:
http://www.facebook.com/
Y hago un llamamiento al gobierno español para que no acuda a Túnez a entrevistarse con el primer ministro el lunes 28 de febrero. No es el momento de hablar de negocios con políticos que tiñen sus manos de sangre, no es el momento de hacer convenios con gobiernos ilegítimos. El gobierno español hizo negocios con Ben Ali y los quiere reanudar con Ghanouchi, demostrando así cuáles son los verdaderos intereses del reino de España y de la Unión Europa en Túnez y en el norte de África. No la democracia (como piden los ciudadanos jugándose la vida), sino el capitalismo, verdadero rector de la política exterior de la Unión Europea.
En este país no será usted bienvenido Sr. Presidente. Si para algo ha servido el sacrificio de los últimos meses es para que el pueblo tunecino conozca en propia carne la hipocresía neocolonial de los gobiernos europeos.
Atentamente,
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.