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Carta de interpelación enviada al Gobierno de la República de Senegal, a los países miembros del G7 y a la Unión Africana

Fuentes: Umoya

El 31 de mayo de 2018 tuvo lugar en Dakar un taller de reflexión sobre «la NASAN en Senegal: balance y perspectivas» conjuntamente organizado por El Grupo de reflexión sobre la seguridad alimentaria (GRSA) y el IPAR. El encuentro pretendía dar a conocer los resultados de un estudio del GRSA, realizado por una investigadora asociada […]

El 31 de mayo de 2018 tuvo lugar en Dakar un taller de reflexión sobre «la NASAN en Senegal: balance y perspectivas» conjuntamente organizado por El Grupo de reflexión sobre la seguridad alimentaria (GRSA) y el IPAR. El encuentro pretendía dar a conocer los resultados de un estudio del GRSA, realizado por una investigadora asociada al IPAR.

En esta ocasión se reunieron más de 35 personas, entre ellas representantes del gobierno senegalés, canadiense y estadounidense, miembros de la sociedad civil canadiense y senegalesa, del movimiento campesino senegalés, personal senegalés, institutos de investigación y cargos del mundo rural con el fin de discutir sobre los resultados de la Nueva Alianza para la seguridad alimentaria y la nutrición (NASAN) y de generar perspectivas de futuro.

Al término del taller, la sociedad civil senegalesa se movilizó con el fin de elaborar una carta de interpelación destinada a los miembros del G7, al gobierno senegalés y a la Unión Africana y de promoción para el apoyo a la agricultura familiar.

Reconocimiento de fracaso para la NASAN en Senegal: la sociedad civil llama a los responsables políticos a poner la agricultura familiar en el corazón de las estrategias de seguridad alimentaria y de la Nutrición
La Nueva Alianza para la seguridad alimentaria y la nutrición (NASAN) fue impulsada en 2012 por el G8, como consecuencia del aumento de los precios de los productos alimenticios sobrevenido en 2010-2011 y de una ola de sequía en el cuerno de África que afectaba a las poblaciones africanas. La NASAN también es consecuencia de los esfuerzos de la Iniciativa de L’Aquila para la seguridad alimentaria (IASA). Mientras que la Iniciativa de L’Aquila incitaba a los gobiernos a invertir fondos públicos en la seguridad alimentaria, la NASAN movilizaba a las empresas del sector privado extranjero y a las multinacionales – a » realizar un crecimiento agrícola sostenido e inclusivo así como a sacar a 50 millones de personas de la pobreza en el transcurso de los diez próximos años » en África.

La sociedad civil y el movimiento campesino senegalés celebran el compromiso tomado en 2012 por los países miembros del G7 en favor de la agricultura en el continente africano, pero lamentan el enfoque y la puesta en marcha de la NASAN. Apelan a los países del G7, a los gobiernos africanos y a la Unión Africana (UA) a apoyar primero la agricultura familiar y la agroecología, garantes de una seguridad alimentaria y nutricional sostenible, tal como se estipulaba en el foro 2018 de la FAO sobre la agroecología.

Desde su creación, la NASAN ha levantado temores por parte de la sociedad civil en relación con los riesgos de acaparamiento de las tierras y de privatización de las semillas. Aunque en Senegal, la NASAN no haya engendrado las consecuencias negativas anticipadas, no por eso ha respetado sus promesas. En efecto, una evaluación independiente de la NASAN en Senegal, conducida con el apoyo del Grupo de reflexión para la seguridad alimentaria (GRSA), ha permitido comprobar que la Nueva Alianza visiblemente no ha alcanzado su objetivo principal de mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición a través del aumento de las inversiones privadas en agricultura. Tampoco ha llevado a reformas políticas significativas ni a una mejor alineación o un aumento de la ayuda internacional por parte de los miembros del G7.

La NASAN ha sido impulsada sobre la hipótesis de que la seguridad alimentaria y nutricional puede ser mejorada gracias a una mayor aportación del sector privado. Sin embargo, la experiencia en Senegal demuestra que la NASAN ha efectuado una identificación inadecuada de las empresas que han formado parte en la NASAN, por los plazos muy cortos concedidos por el G7. La falta de comunicación sobre los objetivos de la NASAN, la falta de preparación de las partes adheridas para desempeñar su papel y la ausencia de marco estricto han creado un déficit de compromiso de la sociedad civil y las Organizaciones de productores.

La NASAN trata a los pequeños productores esencialmente como beneficiarios de empleos y de servicios proporcionados por las agroindustrias más que como actores económicos en sí. Ahora bien, los empleos creados por el negocio agrario siguen siendo precarios y temporales, poco remunerados, generalmente sin servicio social y médico y su número está ampliamente por debajo de lo esperado por las poblaciones. En contraste, cuando se considera la aportación del sector privado al desarrollo agrícola y a la seguridad alimentaria y nutricional, las explotaciones familiares representan de un modo conjunto a los inversores más importantes en agricultura, contribuyen a abastecer el empleo y preservan el patrimonio territorial. La NASAN no los ha tenido en consideración lo suficiente.

En un contexto de cambio climático, de escasez de los recursos hídricos y de pérdida de biodiversidad, hay urgencia para los gobiernos de efectuar una transición hacia modos de producción agrícola más sostenibles y resistentes. Ahora bien, la NASAN más bien ha favorecido a empresas convencionales y a las multinacionales que utilizan modos industriales de producción orientados hacia el monocultivo, exigentes en agua y dependientes de insumos químicos.

Mientras que la NASAN señalaba una voluntad de mejorar la suerte de las poblaciones pobres, y de las mujeres en particular, comprobamos que las mujeres han sido ampliamente ignoradas. Ninguna estructura de producción o cooperativa agrícola administrada por mujeres formaba parte de las empresas participantes de la NASAN y los empleos creados han sido ocupados en su mayoría por los hombres.

La NASAN ha sufrido una falta de implicación y de concertación previa con la sociedad civil. Igualmente, más que respaldar la realización de las prioridades de Senegal en agricultura, la NASAN ha llevado a un efecto de redundancia y de esparcimiento de los actores y de las iniciativas en un contexto donde existían varios proyectos y programas nacionales. Habría sido más indicado reforzar directamente estos marcos en lugar de desarrollar una iniciativa paralela que tenía pocas posibilidades de triunfar.

Respecto al sitio esencial que ocupa la agricultura en África, la sociedad civil senegalesa considera que este sector debe ser sostenido por un compromiso constante, más que por una intervención puntual. Es en este sentido que nosotros, actores de la sociedad civil y del movimiento campesino, apelamos al G7 a renovar su apoyo a la agricultura, pero colocando la agricultura familiar y sus reivindicaciones en el corazón de toda iniciativa que pretende mejorar la seguridad alimentaria.

Llamamos al G7 a reconocer que:

•La seguridad alimentaria en África está asegurada por las explotaciones familiares, que deben ser sostenidas por las políticas públicas para favorecer y asegurar el acceso a la tierra, al agua, a las semillas campesinas.

•Las explotaciones familiares son generalmente tan perfectas como las granjas agroindustriales, produciendo más empleos, de mejor calidad, y produciendo de manera más sostenible.

•Las mujeres son la piedra angular de modos de producción sostenibles y las pioneras de estrategias para asegurar la seguridad alimentaria.

Les exhortamos también a:

•Mantener su apoyo a la agricultura y a la seguridad alimentaria en el continente africano tomando en consideración la visión de la agricultura de la sociedad civil y del movimiento campesino.

•Asegurar que toda nueva iniciativa del G7 este realmente armonizada con los planes, programas e iniciativas nacionales existentes en el respeto del Acuerdo de París y de los compromisos de Malabo.

Exhortamos al gobierno de Senegal a:

•Aumentar su nivel de inversión en el sector agrícola priorizando la agricultura familiar en el respeto de los compromisos de Malabo.

•Acabar la reforma territorial con el fin de proteger las tierras de las explotaciones familiares y preservar el patrimonio territorial y los recursos naturales para las generaciones futuras.

•Poner en práctica su estrategia nacional de consumo local facilitando el acceso a los productos agrícolas senegaleses, sanos y ecológicos por la puesta en marcha de cadenas de valores centradas en los explotadores familiares, el fortalecimiento de las capacidades en producción agroecológica y centrándose en los jóvenes.

•Reforzar las reagrupaciones, las redes y las organizaciones de mujeres rurales con el fin de que puedan tener más influencia sobre la elaboración de políticas agrícolas y alimentarias.

•Apoyar a las mujeres rurales en la transformación, la conservación y puesta a la venta de sus productos en los mercados locales.

•Poner en marcha derechos de los campesinos tales como lo inscrito en el TIRPAA.

•A reconocer las semillas campesinas en la legislación y a apoyar los sistemas productores de semillas administrados por los campesinos.

Finalmente, pedimos a la Unión Africana, en lo sucesivo responsable de la puesta en marcha de la NASAN:

•Favorecer más a los agricultores familiares y reconocerles como primeros inversores privados en los programas de apoyo agrícola y de seguridad alimentaria.

En conclusión, a la luz de este reconocimiento de fracaso de la NASAN en Senegal, la sociedad civil y los movimientos campesinos llaman a los responsables políticos a poner la agricultura familiar en el corazón de las estrategias de seguridad alimentaria y nutricional. Así, apelamos al G7, al gobierno de Senegal y a la Unión Africana a apoyar fuertemente la agricultura familiar, incluidas las prácticas agroecológicas y la promoción de las mujeres para el desarrollo de sistemas de producción más sostenibles que alimentan a las poblaciones locales.

Signatarios:

1. Marco de Concertación y de Cooperación de los Rurales (CNCR)

2. Iniciativa Prospectiva Agrícola y rural (IPAR)

3. ActionAid Sénégal (AAS)

4. Asociación para la promoción de la Mujer Senegalesa (APROFES)

5. Asociación de los productores del Valle del Río Gambia (APROVAG)

6. Red Africana para el Derecho a la alimentación (RAPDA)

7. Consejo de las Organizaciones No Gubernamentales De apoyo al Desarrollo (CONGAD)

8. Marco de Concertación de los productores de Cacahuete (CCPA)

9. Coalición para la protección del Patrimonio Genético Africano (COPAGEN – SENEGAL)

10. Alianza para la Soberanía Alimentaria en África (AFSA)

11. Fahamu África

12. Somos la Solución (NSS): un movimiento de mujeres rurales para la soberanía alimentaria.

13. Consejo de los Animadores para el desarrollo de Djirnda (CADD)

14. Eco Citoyen

15. Enda Pronat

16. GIPSWAR

17. Periódico Agropasteur

18. Innovación, Medioambiente y Desarrollo en África (IED-Afrique)

19. Carrefour International

20 Activista Sénégal

21. Foro social Senegalés (FSS)

22. Organización de la Juventud Panafricanista (OJP)

23. Panafricana Para la Educación y el Desarrollo Sostenible (PAEDD)

Texto original en francés: http://www.ipar.sn/Lettre-d-interpellation-adressee-au-gouvernement-de-la-Republique-du-Senegal.html?lang=fr

Traducido para UMOYA por María Isabel Celada Quintana

Fuente: https://umoya.org/2018/06/25/carta-de-interpelacion-enviada-al-gobierno-de-la-republica-de-senegal-a-los-paises-miembros-del-g7-y-a-la-union-africana/