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César antes de César: Su dedicación y sacrificio en la California de 1962

Fuentes: Rebelión

Traducción para Rebelión de Carlos Valladares. Introducciónc de LeRoy Chatfield

Introducción.

Durante varios años, Fred Ross, Sr. (1910-1992) había tenido en mente «escribir un libro» sobre César, sobre su colaboración con César, sobre la tarea de César promoviendo la organización de los jornaleros del campo, etc. Pero como les pasa a muchos activistas, que no aciertan a comprender y valorar lo difícil que es «escribir un libro», y que por descontado no quieren que otro escriba su libro por ellos, no paran de darle vueltas al asunto durante años y al final todo queda en nada. Esto es lo que le pasó a Fred.

Mucho después de que Fred se retirara, César seguía oyéndole hablar del libro que estaba escribiendo y entonces le hizo el encargo a Marc Grossman de que trabajara con Fred. Finalmente, se publicó un librito por parte de El Taller Gráfico Press -Derrotando a Goliat: Los comienzos de César – pero para Fred ése no era realmente SU libro así que no mostró mucho interés por él.

Como preparación del libro que nunca fue, Fred elaboró una serié de grabaciones a las que se puede acceder a través de la página web del Proyecto de Documentación del Movimiento de los Jornaleros del campos. 1

En el año 62

con gran esfuerzo e incertidumbre

empezó la campaña

por el campesino…

-Rosa Gloria, primer corrido dedicado al sindicato, Madera, California

Mucho antes de que el nombre y la imagen de César Chávez adornara los nombres de la calles, de los colegios, los anuncios de los ordenadores y los sellos de correos, un joven mexicano-estadounidense viajaba por las carreteras secundarias del centro de California con el quijotesco objetivo de organizar a los jornaleros agrícolas. Aunque Chávez había abandonado la Organización para el Servicio de la Comunidad 2 (CSO) al ver que su directiva rechazaba su propuesta de organizar a los trabajadores de Oxnard, siguió en contacto con muchos de sus miembros, y muy especialmente con Fred Ross, Sr., el dirigente que había reclutado a Chávez para el CSO diez años atrás.

Entre marzo de 1962, cuando Chávez anunció su dimisión en la convención anual de la CSO en Calexico, y el congreso fundacional de la Asociación Nacional de Jornaleros Agrícolas 3 (NFWA) de septiembre de 1962, la familia extensa de Chávez y un pequeño grupo de personas afines harían enormes sacrificios para conseguir la creación de un nuevo movimiento social. En la ahora amplia bibliografía sobre Chávez y su sindicato, se ha prestado escasa atención a este periodo que Ross denominaba como «una agonía de ocho meses». Randy Shaw deja entrever las dificultades a las que se enfrento el aquel entonces organizador de 35 años. «La tarea de organizar a los trabajadores del campo de Chávez se ha descrito como una lucha de David contra Goliath, pero incluso esta analogía puede hacer minusvalorar el desnivel de fuerzás que tuvo que encarar»

Un supuesto implícito en mucha de la historiografía es que Chávez llego a Delano y se encontró con la NFWA totalmente formada. Pero mientras la primavera surgía por los campos del centro de California en 1962, la realidad es que las corporaciones de cultivadores, el Goliat de esta historia, tenían más fuerza que nunca mientras que nuestro «David» disponía de sólo unas pocas piedras en su bolsillo. Según las conversaciones grabadas entre Ross y Chávez, y los textos escritos por Ross al principio de los 70, Chávez llego a Delano con las manos absolutamente vacías, sin dinero, sin voluntarios y sin infraestructura – salvo un ardiente deseo de organizar a los trabajadores del campo.

Respecto a la ayuda económica, Ross tenía toda la razón -Chávez no tenía ninguna. Más tarde le contaría a Ross que en abril de 1962 todo lo que le quedaba eran 1200 dolares de su época del CSO. Sin embargo también es verdad que Chávez tenía varias bazas que le ayudarían a triunfar -ocho años de experiencia organizativa, una red familiar que incluía a su hermano Robert y varias parientes políticos, contactos dentro del CSO, y los activistas del Ministerio Migratorio de California. 4

En 1965 en un artículo escrito para el periódico del Comité Coordinador Estudiantil No Violento 5 (SNCC) The Movement , Chávez explicaba por qué había elegido Delano: «Mucha gente me ha preguntado, ¿por qué Delano? Y la respuesta es simple. No tenía dinero. La familia de mi mujer vivía allí, y tenía a mi hermano. Y pensé que si las cosas se ponían mal siempre tendríamos algo que comer allí».

Sobre el terreno, las condiciones objetivas eran, no obstante, realmente desalentadoras. En su conversación con Ross, Chávez comentaba que llegó a Delano «con nada, sólo con mucha fuerza de voluntad», y en una entrevista con Jacques Levy confesaba: «Por primera vez, tenía miedo, mucho miedo». Y Helen Chávez le decía a Lery: «Creo que los comienzos del sindicato fueron los momentos más duros que padecimos». Como decía LeRoy Chatfield, quien mas tarde se convertiría en el principal confidente de Chávez: «Esto iba a ser el frustrante esfuerzo de, día tras día, poquito a poquito, juntar a la gente y convencerla para crear un sindicato».

La creación de un sindicato de trabajadores del campo desde la nada tendría que correr pareja a la responsabilidad de mantener una gran familia de ocho hijos. Durante este periodo, Chávez y su esposa se enfrentaron a enormes dificultades con Helen trabajando en el campo todo el día recolectando uvas, algodón, y guisantes, y César trabajando de seis de la mañana a dos de la tarde y organizando el sindicato el resto de la tarde. En sus recorrido por el valle de San Joaquín, Chávez empezó a poner en práctica las enseñanzas que había aprendido como organizador comunitario en Los Ángeles y Oxnard.

Uno de los temas recurrentes en los documentos de Ross y las conversaciones entre Ross y Chávez es el tema del hambre. El hecho cierto era que la familia de Chávez no tenía suficiente dinero. Los familiares más cercanos les ayudaban a pagar la comida y la gasolina y Chávez logró cobrar el seguro de desempleo «alrededor de 14 ó 16 semanas». Pero existía un miedo permanente a quedarse sin dinero, y a menudo la familia tendría que apañárselas comiendo maiz, frijoles y patatas del campo. Con frecuencia Chávez se vio obligado a pedir comida a la familia en cuya casa se celebraba la última reunión del día.

Verse en el lado receptor de la caridad de los amigos y la familia puede ser humillante, y Chávez se resistía a pedir comida independientemente del hambre que estuviera pasando. Como le contaba a Jacques Levy, era su primo Manuel, que había abandonado un empleo estable como vendedor de coches en San Diego para ir a Delano, el que le había enseñado que compartir la comida con los trabajadores solucionaba el problema del hombre y a la vez les permitía realizar su labor de organización familia a familia: «Para mi pedir comida era una deshonra. Estaba demasiado atrapado por mi orgullo, mi falso orgullo». Lo que más le chocaba a Chávez era que las familias campesinas más pobres eran siempre las más generosas.

Según Ross, a varios de los hijos de Chávez se les diagnósticó de malnutrición durante el curso del verano. Sobre Helen Chávez recaía el peso de poner comida en la mesa, comprar la ropa del colegio y pagar el alquiler. Siguió trabajando en el campo de 5 de la mañana a 6 de la tarde muchos de los días. Varios miembros de la familia empezaban a preguntar las lógicas preguntas «¿Está loco César?» o «¿Por qué no se pone a trabajar de verdad?» Todo esto hizo que Chávez se preguntara a si mismo sobre la viabilidad de la tarea en la que se había metido. Después de una campaña particularmente agotadora para conseguir organizar un encuentro en un local de reuniones en Parlier, donde pasó docenas de horas durante un período de doce días con Manuel y con un sacerdote católico, el padre Vicente Cowan, que había traído a jóvenes voluntarios de Oakland, fue difícil combatir el desaliento: sólo tres trabajadores se presentaron.

En términos de organización, Chávez tenía en principio unos objetivos modestos. Como le decía al entrevistador del periódico del SNCC: «No tenía grandes planes; sólo que iba a dar muchísimo trabajo y que a la vez iba a ser una una apuesta arriesgada. Si no puedo organizarles de manera que ellos puedan continuar con su propio grupo estoy acabado. No podría seguir haciéndolo, me iría y haría otra cosa.» Su primo Manuel decidió quedarse como mucho seis meses. Si no se veían progresos, le dijo a Chávez, se iría de vuelta a San Diego.

Al principio se avanzaba lentamente. Ross señala que el mayor obstáculo era el miedo y el cinismo de los propios trabajadores: «César no esperaba que todo el mundo se uniera pero si pudiera conseguir que uno de cada 100 no tuviera miedo» sería un progreso porque «encendería una pequeña luz de esperanza». La organización efectiva empezó en Bakersfield donde los trabajadores tenían miedo de hablar de sindicarse debido a la violenta historia local y al miedo a perder su trabajo. Chávez conscientemente evitaba mencionar la palabra «huelga» y apelaba en cambio a cosas más palpables y de interés personal las cuales iban a ser tomadas en consideración en lo que ya empezaba a llamarse el «movimiento 6 «.

Algunos trabajadores le desafiaban cuestionándole por sus motivos. Le preguntaban «¿Quién te paga?» y el contestaba «Nadie», y los trabajadores o bien no le creían o se reían en su cara. «¿Quién haría lo que tu haces sin cobrar nada?», le decían en tono de burla. Chávez se quejaba a Ross de que no le «podría ir peor» -si resultaba estar a sueldo de alguien los trabajadores no se fiaban; si trabajaba gratis seguían sin fiarse.

Las primeras reuniones albergaban a pocas personas y las que iban eran reacias a hablar de salarios. Cuando Chávez les preguntaba cuanto cobraban y cuanto pensaban ellos que deberían cobrar, se consternó al comprobar las bajas aspiraciones de los trabajadores (más tarde se dio cuenta que era producto de su realismo). Para involucrarlos, puso el acento en asuntos como el de los patrones que abusaban sexualmente de las mujeres jornaleras, el cobro por el agua fría en el trabajo, el rechazo a instalar letrinas en el campo, y el embargo de los salarios de los obreros. Propuso crear una cooperativa de crédito y un fondo de entierros para que los jornaleros pudieran enterrar decentemente a sus familiares.

Algunas veces desafiaría la pasividad de los trabajadores de manera directa. Según lo que cuenta Ross, Chávez a menudo hacía el ademán de irse de una reunión diciendo: «Sé que nadie en esta sala me va a ayudar; lo sé… Pero sé que voy a ser capaz de encontrar a una persona en este condado que me ayude. Eso es todo lo que necesito, un hombre, porque ese hombre me va a ayudar a, con el tiempo, encontrar a más gente que tenga las agallas para venirse y empezar a trabajar para nosotros». Al final del verano, había visitado más de ochenta pequeñas comunidades en todo el valle. El interés por la organización estaba lentamente empezando a crecer.

A mitad del verano, a la familia extensa de Chávez se unieron un pequeño grupo de voluntarios entre los que se incluían Dolores Hueta, Gilbert Padilla, Julio y Tina Hernández, Roger Terrónez, Tony y Rachel Orendain, y Gil Flores. El apoyo logístico de clero afín fue también de gran ayuda, especialmente la multicopista donada por el Ministerio Migratorio de California (CMM). El Reverendo Chris Hartmire comentaba: «Visitaba a la familia Chávez siempre que iba por la autopista 99, que pasa por Delano. Cesar y Helen estuvieron en varias reuniones del Ministerio Migratorio de California para ponernos al día de la situación de su familia y de los progresos del NFWA. En 1962, encomendé a un nuevo miembro del CMM, Jim Drake, para que viajara con Cesar y aprendiera los entresijos del trabajo organizativo. El coche del CMM de Jim y su tarjeta de crédito para gasolina financió y posibilitó muchos de los viajes de César. En ese mismo periodo, le dimos al NFWA una vieja multicopista del CMM».

Lo que esa vieja multicopista hizo posible fue uno de lo elementos clave de la campaña de Chávez -«El voto popular» 7 o censo de jornaleros. Distribuyendo miles de impresos con folletos grapados con información de contacto e instrucciones de la seguridad social en español, los organizadores pudieron construir una base de datos de los trabajadores del valle. Los impresos pedían también información sobre los sueldos que se cobraban en una área determinada y sobre el sueldo que sería justo en opinión de los trabajadores. Ross explica que uno de los propósitos del censo era localizar a potenciales líderes. Aquellos trabajadores que escribían comentarios personales del tipo de «Buena suerte» en los impresos que se devolvían rellenos recibirían una visita especial del propio Chávez.

Durante el verano toda la familia Chávez trabajaba en el campo por las mañanas y después iban en su furgoneta Mercury del 1953 por todo el valle distribuyendo folletos. El pequeño grupo de repartidores estaba incluido por los hijos pequeños de Chávez y su primo Manuel. Según Chávez, los capataces que veían a los niños en el campo no se daban cuenta de que estaban repartiendo información; los niños se habían ido mucho antes de que el capataz se diera cuenta de lo que estaba pasando.

El verano del 62 estaba llegando a su final, pero lo que Fred Ross, Sr. denominó como la «agonía de ocho meses» de la familia Chávez no había finalizado aún. El voto popular 8 había dado como resultado una lista de nombres a los cuales se enviaron cartas anunciando que el congreso fundacional de la Asociación Nacional de Jornaleros del Campo tendría lugar en Fresno el 30 de septiembre. El congreso fue un éxito pero el grupo seguía sin fondos. Habían pasado seis meses desde que la familia Chávez llegó a Delano, pero las dificultades derivadas de crear un sindicato de la nada continuaron durante el otoño y el invierno. Helen y César estaban otra vez de vuelta en el campo, desde las seis de la mañana recogiendo algodón hasta bien entrada la tarde, y por las tardes-noches haciendo la comida y cuidando de los niños, escribiendo unos estatutos para el sindicato, construyendo con éxito el primer sindicato de trabajadores del campo.

Ahora que se aproxima el 50 aniversario de la fundación de la NFWA/UFW, el legado de Chávez está siendo objeto o bien de sentimentalismo o de craso revisionismo. ¿Fue un santo o un héroe con los pies de barro? ¿O simplemente fue un ser humano con sus defectos y con grandes dotes que mostró un compromiso inquebrantable con su pueblo? Durante estos ocho meses de 1962, un pequeño grupo de abnegados voluntarios unido detrás de este excepcional líder consiguió lo que nadie había logrado antes. Lo que empezaron la familia Chávez y la gente que los apoyaron en la primavera y el verano de 1962 se convertiría al final en un movimiento que imbuiría a toda la comunidad mexicano-estadounidense de un sentimiento de orgullo que les había sido negado por más de un siglo. ¿Qué regalo puede ser más preciado ahora que entramos en un periodo de reacción contra los trabajadores y de racismo antimexicano?

1 Farmworker Movement Documentation Project

2 Community Service Organization

3 National Farm Workers’ Association

4 California Migrant Ministry. Movimiento religioso ecuménico liderado por predicadores protestantes que tenía como misión ayudar a los trabajadores del campo

5 Student Nonviolent Coordinating Committee

6 En español en el original

7 En español en el original

8 En español en el original

 

Blog original: http://www.leroychatfield.us/blog/syndic-no-2/profile-cesar-chavez-by-jorge-mariscal/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.