El asesinato del activista conservador Charlie Kirk, perpetrado el miércoles en el estado de Utah, conmocionó a Estados Unidos y al mundo entero, no solo por la violencia descarnada del acto —en el que un francotirador efectuó un único y mortal disparo—, sino también como un símbolo del agravamiento de las divisiones políticas que están fracturando al país. El presidente Donald Trump podría y debería usar su gran plataforma de comunicación para apaciguar los ánimos. En cambio, inmediatamente culpó, sin pruebas, a la “izquierda radical” por el asesinato de Kirk. Esto sucedió pocos días después de que Trump amenazara a la ciudad de Chicago con un escenario de guerra y mientras está montando una fuerza paramilitar para desplegarla en diversas ciudades del país contra ciudadanos, inmigrantes y cualquier otro objetivo a perseguir.
Trump ha estado amenazando durante semanas con enviar efectivos de la Guardia Nacional a Chicago. Asimismo, el 5 de septiembre, el mandatario estadounidense renombró al Departamento de Defensa como “Departamento de Guerra”. Dado que el presidente del país no tiene autoridad para modificar el nombre de una agencia del Gobierno —solo el Congreso puede hacerlo—, la orden de Trump establece que “Departamento de Guerra” funcione como “nombre secundario” e instruye al Poder Ejecutivo a emplear ese nombre. Haciendo alarde de su nuevo título de “secretario de Guerra”, Pete Hegseth anunció en el Despacho Oval de la Casa Blanca: “Vamos a pasar a la ofensiva, no sólo a la defensa. Máxima letalidad, no tibia legalidad. Efecto violento, no políticamente correcto”.
Poco después, Trump publicó un inquietante mensaje en su red social, Truth Social, que decía: “Chicago está a punto de descubrir por qué se llama Departamento de GUERRA”, junto con la frase: “Me encanta el olor de las deportaciones por las mañanas…”.
La publicación incluye una imagen de Trump sentado en cuclillas, con un uniforme de oficial de caballería del Ejército de Estados Unidos, superpuesta sobre el fondo de una Chicago envuelta en humo y llamas y acompañada de la frase “Chipocalypse Now”. La imagen está basada en una escena de la película de 1979 “Apocalipsis Now”, sobre la guerra de Vietnam, en la que el teniente coronel Kilgore — interpretado por Robert Duvall— masacra una aldea vietnamita para que él y sus soldados puedan practicar surf con seguridad en una playa cercana. En la película, Kilgore dice: “Me encanta el olor a napalm por las mañanas”.
Trump ya había desplegado recientemente efectivos militares en otra ciudad del país, Los Ángeles, sin motivo alguno, sin que ninguna autoridad estatal o local se lo haya solicitado y sin ninguna justificación legal. Esto, por parte de un presidente ávido de obtener un Premio Nobel de la Paz. Un juez federal del estado de California ya ha dictaminado que el despliegue de personal militar en Los Ángeles infringió la Ley Posse Comitatus, una legislación promulgada en 1878 que prohíbe la participación de personal militar en tareas de orden público y seguridad interior, salvo en casos excepcionales, como una insurrección.
Radley Balko es un periodista de investigación que escribió el libro “Rice of the Warrior Cop: The Militarization of America’s Police Forces” (El auge del policía guerrero: la militarización de las fuerzas policiales estadounidenses). En conversación con Democracy Now!, Balko expresó: “Trump siempre ha querido tener su propia policía militar. Siempre ha expresado envidia por los dictadores y regímenes autoritarios de otros países, que tienen fuerzas armadas que pueden desplegar para hacer cumplir sus órdenes, ya sea para reprimir protestas o perseguir a oponentes políticos”.
Trump también ordenó recientemente el lanzamiento de un sitio web destinado a reclutar a “estadounidenses con experiencia en el ámbito policial u otros campos relevantes de la seguridad para postularse como miembros de las fuerzas federales de seguridad” que operan en Washington D.C. En otras palabras, el presidente quiere reclutar a ciudadanos comunes para conformar una fuerza parapolicial.
En la entrevista con Democracy Now!, Balko agregó: “El presupuesto ilimitado que el Congreso le ha otorgado a Trump para contratar agentes del Servicio de Inmigración y de la Patrulla Fronteriza les permitirá desarrollar realmente esas fuerzas. Si el Servicio de Inmigración fuera un ejército, sería uno de los más grandes del mundo. Se proveerá a esta fuerza de personas que, ante todo, sean leales a Trump y no cuestionen órdenes inconstitucionales. [Trump] está intentando materializar, de diversas maneras, esta idea de una fuerza paramilitar a su servicio”.
Esto nos remite nuevamente a la inquietante alusión de Trump a la película “Apocalipsis Now”. Si bien la comparación con el despiadado y violento teniente coronel Kilgore podría ser válida, una comparación más apropiada sería con el principal antagonista de la película, el coronel Kurtz, interpretado por Marlon Brando. En la película, Kurtz abandona su puesto y se adentra en lo profundo de la selva para controlar su propio territorio y una fuerza militar compuesta por personas nativas vietnamitas, que parecen venerarlo como a un semidiós. Kurtz parece estar convencido de su propia infalibilidad y rechaza cualquier autoridad o límite a su poder.
La obra cinematográfica está inspirada en “El corazón de las tinieblas”, una novela de Joseph Conrad publicada en 1899, que transcurre en el Congo Belga. En la novela, otro Kurtz se desvía del rumbo y asume el poder local en medio de la brutalidad sin límites del régimen colonial y la extracción de recursos.
La violencia política no tiene cabida en una sociedad y todos los actores, de cualquier bando, deben repudiarla. Esto incluye los asesinatos selectivos de adversarios políticos, como el perpetrado en junio contra la expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes del estado de Minesota Melissa Hortman y su esposo; así como el asesinato, esta semana, de Charlie Kirk.
Del mismo modo, las constantes amenazas de Trump de ejercer violencia contra ciudades enteras, contra comunidades marginadas o contra quienes considera sus enemigos políticos también deben ser rechazadas y resistidas sin tregua.
© 2025 Amy Goodman
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, [email protected]
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: https://www.democracynow.org/es/2025/9/12/charlie_kirk_el_coronel_kurtz_y