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Se estima que han perecido unos cien este año; otro centenar pidió asilo

Cientos de saharauis huyen en pateras de la represión marroquí hacia Canarias

Fuentes: La Opinión de Tenerife

Todos los inmigrantes que salen de África vía marítima a Canarias no lo hacen exclusivamente por razones económicas. Entre 300 y 500 jóvenes saharauis, según varias fuentes, han huido este año de los territorios de la ex colonia española a causa de la represión, incluida la tortura, de las fuerzas de seguridad marroquíes. Las denuncias […]

Todos los inmigrantes que salen de África vía marítima a Canarias no lo hacen exclusivamente por razones económicas. Entre 300 y 500 jóvenes saharauis, según varias fuentes, han huido este año de los territorios de la ex colonia española a causa de la represión, incluida la tortura, de las fuerzas de seguridad marroquíes. Las denuncias se multiplican pero el Gobierno estatal sigue sin pronunciarse.

Las noticias e informes sobre detenciones arbitrarias, allanamientos de morada, torturas, asesinatos, juicios sin garantías y hostigamiento de las fuerzas de seguridad marroquíes no han parado de producirse desde que, a partir de mayo del año pasado, los saharuis que se quedaron en los territorios ocupados celebran concentraciones pacíficas en contra de la ocupación, todavía por resolver por Naciones Unidas. Ahora huyen desesperadamente cientos de ellos en patera a Canarias.

Según el Frente Polisario, han podido perecer este año al menos un centenar de saharauis en su travesía (se han recuperado unos 60 cadáveres; los demás desaparecieron en el mar), mientras que otro centenar que ha arribado a las Islas ha pedido asilo político desde septiembre, todos a través de la delegación en Las Palmas de Gran Canaria de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), tal como confirmó Isabel Iglesias, responsable del servicio jurídico de esta organización.

Iglesias precisó que del centenar de solicitudes, sólo cuatro han sido rechazadas y el resto está en tramitación. «Se les dio un permiso extraordinario, se les suspendió el expediente de expulsión y deberán aguardar como mínimo un año a la tramitación», señaló, para añadir: «La mayoría son jóvenes y se marcha a la Península a dar con familiares. Alegan que son reprimidos y perseguidos por las fuerzas marroquíes». El último episodio fue el naufragio la madrugada del pasado domingo de al menos dos barcazas frente a El Aaiún. Las últimas estimaciones de la prensa marroquí apuntan a la recuperación de 50 cadáveres.

La situación es cada vez más preocupante en los territorios ocupados, con más de 250.000 habitantes de procedencia saharaui según el Polisario (por entre 160.000 y 200.000 en los campamentos de Tinduf, Argelia). Los principales líderes de la República Árabe Democrática Saharaui han denunciado hasta la saciedad, desde los campamentos en Argelia donde llevan refugiados 31 años, la sistemática violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas marroquíes desde el surgimiento reciente de lo que se ha denominado la intifada saharaui. Pero no son los únicos. También lo han expuesto claramente multitud de organizaciones como CEAR, Naciones Unidas, delegaciones de diferentes comunidades que han logrado acceder a los territorios -no sin dificultades- y periódicos como los españoles El País, ABC y El Mundo.

El corresponsal de ABC en Rabat escribía en un reciente reportaje: «El aumento de la represión en los últimos meses de las fuerzas de seguridad marroquíes contra saharauis favorables a la independencia ha llevado a muchos de estos ciudadanos a huir embarcándose a Canarias. Un buque belga rescató en el Atlántico el 5 de octubre a once náufragos saharauis que se aferraban a los restos semihundidos de una zodiac y que informaron de la desaparición de los otros veinte». «Los saharauis que llegan a las Islas ondean a menudo banderas del Frente Polisario, algo que tratan de evitar los guardias civiles. El Gobierno español, ignorando su procedencia, suele devolverlos a Marruecos por Melilla, a unos 1.500 kilómetros del Sahara. Muchos llevan en la patera el libro de familia o el DNI de sus padres, lo que les acredita como hijos de ciudadanos españoles antes de la ocupación del territorio por Marruecos», prosigue el artículo.

Represión y nula transparencia

Marruecos, además de ser acusada de crímenes y maltratos, impide la entrada a los territorios cuya pertenencia está por definir a la mayor parte de las delegaciones que pretenden hacer informes sobre la situación. Una delegación gallega que sí pudo entrar el pasado mes expuso abiertamente que «la población saharaui, especialmente los jóvenes, está siendo sometida a una agresión generalizada por parte de los destacamentos de los distintos cuerpos de represión marroquí en ausencia de observadores internacionales. Los jóvenes detenidos son golpeados con porras, palos y otros elementos en las partes más sensibles de su cuerpo. Los violan con porras y otros materiales, orinan sobre ellos, los obligan a beberla y les inyectan sustancias que les producen delirios para que respondan a las preguntas de sus torturadores, que después utilizan sus palabras para elaborar falsos informes de culpabilidad». Pero los derechos no parecen importar allí.

El último viaje de Naji

El pasado jueves, Bokhatam Naji tomaba café con sus amigos en una céntrica cafetería de El Aaiún. Estaba algo triste y pensativo, pero nadie podía imaginar la tragedia que se avecinaba. Había sido detenido tres veces en el último año y medio. Había probado las porras y los golpes del terrible GUS (Grupo Urbano de Seguridad marroquí), pero no contentos con eso le persiguieron y le hostigaron. Con sólo 36 años, cansado de una vida de persecuciones y asaltos, el pasado fin de semana se subió a una patera y su cuerpo apareció flotando mansamente al sur de la ciudad de El Aaiún apenas unas horas después. Pero la trágica historia de Naji resume el padecimiento de tantos saharauis que viven bajo la ocupación marroquí. Vivía cerca del barrio de Matallah. Desde hacía algunos años se había significado por la lucha y el activismo. No en vano, fundó junto al mítico Sidi Mohamed Dadah el Comité de Apoyo a la Autodeterminación del Sahara y colaboraba con la Asociación de Víctimas Saharauis, con cuyo presidente, Brahim Sabar, que actualmente cumple condena en la Cárcel Negra de El Aaiún, mantenía una estrecha relación de amistad. Bokhatam Naji, soltero, llevaba mucho tiempo desempleado y dedicado de lleno a la actividad política. «Sus amigos le pasaban algo de dinero. Era tímido, muy pacífico; pero, a la vez, simpático e influyente», recuerdan desde El Aaiún. Su tarea era recabar información sobre las violaciones de los derechos humanos, hacer fotos, elaborar informes, difundirlos. El martes era enterrado en El Aaiún.

Jalil Sidi Emhamed: «Marruecos usa las ayudas de España para echar a saharauis»

DANIEL MILLET / SANTA CRUZ DE TENERIFE

Jalil Sidi Emhamed, ministro de las Zonas Ocupadas y los Emigrantes de la República Árabe saharaui Democrática. Tiene información de primera mano sobre lo que está sucediendo en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Insiste en denunciar que Marruecos viola sistemáticamente los derechos humanos y censura que España está amparándolo y que su ayuda para frenar la inmigración la está usando Marruecos para expulsar a los saharauis y producir más inmigrantes clandestinos.

Recostado el pasado jueves sobre la alfombra en el domicilio de uno de los representantes del Frente Polisario en Tenerife, Jalil Sidi Emhamed habla con pasión, mientras se fuma un cigarro y bebe un té.

– ¿Qué está sucediendo en los territorios ocupados por Marruecos?

– El otro día viajó a los campamentos en Argelia para pasar unos días con su madre Sidi Mohamed Dadah. Fue condenado a muerte por Hassan II y estuvo 26 años en la cárcel. Pero sigue luchando por la causa saharaui en los mismos territorios ocupados y preside el Comité de Apoyo a la Autodeterminación del Sahara. Es un ídolo. Cuando regresó, sus seguidores tuvieron que alojarse en casas próximas a su domicilio con dos días de antelación para poderlo recibir y salvar así el cierre de calles y las represalias de los marroquíes. Es el día a día y lo menos grave que nos hacen. Él y otros activistas nos cuentan que además de las torturas, los allanamientos y las prohibiciones para que accedan observadores, los marroquíes usan infiltrados para entrar a las casas de los saharauis y ofrecer a las familias ventajosas condiciones para que por muy poco dinero sus jóvenes se vayan a Canarias en patera.

– ¿Qué les dicen?

– Que se vayan, que aquello es un infierno para los muchachos. Así Marruecos evita que estos jóvenes ejerzan el democrático derecho de manifestarse pacíficamente. Usa la inmigración. Antes eran las fosas comunes en tierra. Ahora la fosa común es el océano. Con ello Marruecos elimina, además, las pruebas de este genocidio.

– ¿Qué le parece la postura de España?

– España es cómplice del régimen marroquí. En alguna medida, le alienta en esta política represiva intolerable en un orden verdaderamente justo. Habla de derechos humanos en Irak. ¿Y los derechos de los saharauis? Encima, hablamos de una zona que está a menos de 100 kilómetros de sus costas. Los españoles tienen que saber que parte de las ayudas que parten de sus impuestos son usadas por Marruecos para reprimir y expulsar a los saharauis. Es increíble: manda dinero para parar la inmigración irregular pero no hace nada ante los métodos marroquíes que la están fomentando. La gente tiene que saber que lo está haciendo por los intereses económicos de una minoría. Y también deben ser conscientes de que esos jóvenes que están llegando en pateras a Canarias son hijos de españoles.

– ¿Qué se habla en los campamentos de refugiados sobre esta situación?

– Del drama que están sufriendo esas madres, unido a tantos otros dramas que han tenido que padecer en sus vidas. Cuando llegan las primeras noticias de que ha naufragado una patera, todas las madres de los jóvenes que huyeron piensan que su hijo ha muerto. Imagínese la situación. Yo invitaría a los medios de comunicación a que intentaran ir a los territorios ocupados y trataran de contar lo que está pasando.

– ¿El fenómeno de la huida de saharauis en patera va a ir a más?

– Es previsible desde la perspectiva de que la represión marroquí va a continuar y de que la resistencia saharaui se va a ir fortaleciendo cada vez más. Pero Marruecos no sólo reprime a base de golpes, presiones, insultos y amenazas. Lo peor es que los saharauis no encuentran trabajo en los territorios ocupados. Los policías rodean las escuelas, agentes de paisano invitan a los jóvenes a marcharse en patera, las calles son cerradas y se producen redadas sin previo aviso y sin la menor garantía, nos impiden la circulación, roban en nuestras casas… ¿Qué tiene que ocurrir para que se haga algo allí?

– Ahora, encima, hay problemas con la llegada de ayuda humanitaria a los campamentos de refugiados. ¿Cómo está la situación en el desierto argelino?

– Hay hambre y frustración. Si aquí mismo nos dicen que ya no se tiene paciencia, si la misma ONU dice que la está perdiendo, imagínese nosotros. Pero, le digo una cosa: nos podrán torturar, nos podrán matar, nos podrán enviar a una muerte segura en el mar, pero no destruirán los deseos que llevamos tanto tiempo en nuestros corazones.

«Canarias puede ser vecino de una guerra»

-En qué situación se encuentra el conflicto por ahora pacífico con Marruecos. ¿Se agota la paciencia?

– Se está agotando y si la comunidad internacional no reacciona, España y Canarias pueden ser vecinos de una guerra. No creo que eso fuera beneficioso para nadie. España tiene que ser consciente de que tiene una deuda pendiente con los saharauis y de que si sigue amparando a Marruecos estará fomentando la inestabilidad en la región. No creo que sea inteligente, más cuando España fue la primera potencia colonizadora, antes de serlo Marruecos. Ya lo hemos dicho otras veces: no se descartan acciones ofensivas o una guerra si esto sigue yendo a peor. Y si eso pasara se paralizarían los acuerdos pesqueros o, por ejemplo, a lo mejor Binter tendría que dejar de volar a los territorios ocupados. Fomentar eso es ir contra los intereses de los españoles.

– ¿Por qué España -y Canarias- no denuncian con contundencia a Marruecos?

– Por intereses puramente egoístas. Por unos intereses económicos particulares muy discutibles, que van contra el bien común y la necesidad que tendría España de fomentar la estabilidad en su entorno. No estamos contra la monarquía marroquí, ni contra los marroquíes, ni contra los acuerdos de pesca. Estamos en contra de la violación de los derechos humanos, de la tortura, de que no se nos reconozcan unos derechos aceptados repetidas veces por Naciones Unidas. Y estamos a favor de un Magreb que viva en paz y en armonía.