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Colonialismo sin sentimiento de culpa

Fuentes: IPS

La definición de «colonialismo» impresa en la nueva edición del prestigioso diccionario Le Petit Robert recrudeció el debate por la forma en que Francia lidia con su pasado. Según Le Petit Robert, «colonialismo» significa «realzar, explotar los recursos naturales» de territorios extranjeros. La definición causó gran malestar en organizaciones representantivas de la población negra francesa […]

La definición de «colonialismo» impresa en la nueva edición del prestigioso diccionario Le Petit Robert recrudeció el debate por la forma en que Francia lidia con su pasado.

Según Le Petit Robert, «colonialismo» significa «realzar, explotar los recursos naturales» de territorios extranjeros.

La definición causó gran malestar en organizaciones representantivas de la población negra francesa y asociaciones contra el racismo. El Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos (MRAP) advirtió que «trata de justificar el colonialismo».

«Las palabras elegidas por Le Petit Robert expresan una visión racista de la historia y de desprecio hacia las ex colonias», dijo a IPS el presidente del MRAP, Mouloud Aounit.

«Consideramos que esta definición es un nuevo intento de glorificar el colonialismo», señaló Aounit. Otros diccionarios franceses «ofrecen una explicación técnica, no polémica», agregó.

El presidente del Consejo Representativo de Asociaciones Negras (CRAN), Pascal Lozès, dijo tras la publicación de Le Petit Robert este mes, en una carta al editor del diccionario, Alain Rey, que con «esta elección de palabras le concede libertad bajo fianza al colonialismo».

«Ese tipo de definición pretende reconfortar a quienes profesan el racismo», sostuvo.

Los editores del diccionario desestimaron los pedidos de revisión. «Nada de lo expresado en la definición justifica los ataques» del CRAN y el MRAP, sostuvieron en un comunicado.

«Comparto la visión general de estas asociaciones en lo que respecta al racismo», dijo Rey a la prensa. «Pero me sorprende la falta de cultura económica que traducen sus quejas. Si no podemos referirnos a los aspectos positivos de un fenómeno que en general fue negativo, nos enfrentamos a una forma de revisionismo».

Las autoridades francesas permanecieron al margen de esta controversia, al contrario de lo sucedido en una similar el año pasado.

La gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP) impulsó la aprobación en febrero del año pasado de una ley que urge a historiadores, autores de libros de texto y profesores a destacar «el rol positivo (cumplido) por Francia en ultramar, en especial en la región de Maghreb».

El gobierno enmendó la ley a principios de este año, presionado por intelectuales, asociaciones de inmigrantes y gobernantes de las ex colonias. Pero la polémica no terminó allí.

El presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, condenó en julio al colonialismo francés, al que consideró una de las «expresiones más bárbaras» de explotación.

Bouteflika se negó a aprobar un tratado de asociación con Francia, cuya firma estaba prevista para diciembre de 2005, por considerar insultante la ley propuesta por la UMP.

Argelia, colonia francesa entre 1830 y 1962, obtuvo su independencia tras una guerra sangrienta en la cual Francia recurrió sistemáticamente a la tortura, las ejecuciones sumarias y el asesinato indiscriminado.

Muchos artistas y escritores se sumaron a las críticas.

«Los occidentales pueden haber construido escuelas, hospitales e instituciones» en sus colonias, «pero también nos arrebataron la libertad, la dignidad y nuestras vidas», señaló el historiador de origen camerunés Jean Marie Teno, en su documental «El Malentendido Colonial», estrenado en septiembre de 2005.

Los historiadores franceses también rechazaron la ley. Pascal Blanchard, historiador y autor de varios libros acerca del colonialismo francés, describió a la exigencia de enfatizar los «aspectos positivos» del colonialismo como «una explicación basada sobre una perspectiva ideológica de la historia».

Francia es una de las pocas antiguas potencias coloniales «que no puede aceptar su propia historia», dijo Blanchard a IPS.

Los ideales de la Revolución Francesa –libertad, igualdad y fraternidad, que siguen constituyendo los valores fundamentales de la política de Estado– contradicen la conducta de este país europeo hacia sus colonias, según el historiador.

«Cuestionar la historia colonial francesa es objetar el comportamiento de la república en los dos siglos posteriores a la Revolución», sostuvo Blanchard.

El debate sobre el pasado colonial francés se concentra en el Maghreb (región que ocupa casi toda África septentrional, excepto Egipto) y no contempla la actuación de Francia en sus ex colonias de África subsahariana, el Caribe y Asia sudoriental, tales como Vietnam, señaló.

«Los historiadores estudian estos aspectos del colonialismo francés, pero el público en general y las instituciones, incluidas las editoriales, ignoran estas investigaciones», indicó.

Tras los cuestionamientos a la ley, la UMP accedió a eliminar los artículos que alentaban una visión positiva del pasado colonial.

«No es deber del parlamento escribir la historia», señaló el primer ministro Dominique de Villepin. «Es tarea de los historiadores.»

Once meses después de aprobada la ley en el parlamento, el presidente Jacques Chirac ordenó retirar los párrafos polémicos. Pero el debate no terminó, y Argelia sigue sin firmar el acuerdo.