La bella (luego de una rinoplastia) Chelsea Clinton, única vástaga del ex-Presidente William «Bill» Clinton y la actual Secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, anunció hace unos días su compromiso con su novio de muchos años, el inversor financiero Marc Mezvinsky. El futuro suegro de Chelsea es el ex Representante (D) por el Estado de […]
La bella (luego de una rinoplastia) Chelsea Clinton, única vástaga del ex-Presidente William «Bill» Clinton y la actual Secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton, anunció hace unos días su compromiso con su novio de muchos años, el inversor financiero Marc Mezvinsky.
El futuro suegro de Chelsea es el ex Representante (D) por el Estado de Iowa de 1973 al 77 y ex presidiario Edward «Ed» Mezvinsky.
«Ed» fue elegido Representante para la Legislatura de Iowa en 1968 luego de una auto-campaña publicitaria en defensa del consumidor. En 1970 pierde ante el republicano Fred Schwengel, pero en 1972 luego de volverse a postular logra su puesto de Representante del Congreso por Iowa. Durante su último término se casa con Marjorie Margolies, una periodista de televisión. Luego de su período como Representante Mezvinsky trabajó en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas hasta 1979. En 1980 no obtuvo la nominación por el Partido Demócrata al Senado y en 1988 también fracasó en su carrera como Defensor General del Estado de Pennsylvania. En el 1990 perdió la candidatura a vice Gobernador. La pendiente de su no muy exitosa carrera política se pronunció aún más cuando fueron descubiertas transacciones financieras de dudoso manejo. Los fiscales del caso examinaron los negociados de «Ed» desde 1980 hasta el 2000 y concluyeron que había incuestionables elementos de fraude en casi todos ellos. Los fiscales lo llamaron «el hombre de la ola de crímenes». En marzo del 2001 Mezvinsky fue acusado y encontrado culpable de 31 de los 69 cargos de fraude bancario, fraude de correspondencia y en las comunicaciones electrónicas.
Poco después de las acusaciones se le diagnosticó desórdenes de bipolaridad, pero el juez no permitió a la defensa utilizar estos argumentos. Mezvinsky cumplió condena en una prisión Federal hasta el 11 de abril del 2008. «El estaba siempre en la búsqueda de los buenos negocios que le permitieran hacerse millonario como la gente de su círculo social», dijo el Fiscal Federal Bob Zauzmer, quien agregó, «él estará bajo libertad vigilada hasta el 2011». El columnista político del «Philadelphia Daily News», Gar Joseph, comentó, «Ellos (los Mezvinsky) parecían gente de principios, ellos eran una pareja de poder».
Los Mezvinkys formaban parte del círculo de amigos de los Clinton. Los fiscales dijeron que «Ed» usó sus conexiones con «Bill» y el acercamiento de su hijo Marc hacia Chelsea para contactar a sus potenciales víctimas.
Los negocios de «Ed», los «billetes negros»
A las víctimas les hacían creer que millones de dólares en billetes de altas denominaciones serían cubiertos con una tinta negra especial y de esa manera podrían ser sacados de Nigeria. Los estafadores ofrecían a las víctimas un producto químico que les permitiría retornar los billetes americanos a su estado original. Mezvisky cayó en la trampa tres veces. En sus últimos viajes a Nigeria fue estafado por 3 millones de dólares. Para sus aventuras comerciales Mezvinsky estafó a amigos, socios y hasta su suegra.
No hay evidencias que los Clinton supieran de las actividades de Mezvinsky.
La futura suegra de Chelsea
Marjorie Margolies-Mezvinsky fue Representante demócrata por Pennsylvania de 1993 hasta 1995. En 1998 ella postuló para vice Gobernadora del Estado, ganó las primarias pero el ganador final fue el republicano Mark Schweiker. Cinco años antes su carrera para una segunda vuelta como Representante se desvaneció cuando valientemente votó por la reforma tributaria de Clinton. Margolies-Mezvinsky hace referencia en una entrevista a Benjamin Sarlin de «The Daily Beast» en el 2009, que algo similar pasará con muchos nuevos representantes en la votación de la nueva ley de seguro de salud de Barak Obama. En el 2000 ella estaba en carrera para el Senado cuando el escándolo de los dólares negros de «Ed» apareció en escena. Los Mezvinsky fueron a la quiebra y como pasa en los Estados Unidos alguien sin dinero no corre en política.
El padre de la novia
A mediados de 1999 el Presidente William Clinton dijo que el objetivo del bombardeo a Yugoslavia era el de ayudar a «crear una democracia multiétnica, tolerante e inclusiva». Todo el aparato de propaganda del imperialismo se puso a tono en repetidos mensajes anti-serbios y en favor de las milicias pro- separatistas de los musulmanes bósnios, croatas y los albano-kosovares. La limpieza étnica fue la moneda corriente que sufrieron los servios y roma que tuvieron que escapar por cientos de miles ante la llegada de los albano-kosovares bajo la «supervisión» de la OTAN.
El terrorismo y la limpieza étnica sucedieron inmediatamente y se acrecentó con la alianza de la OTAN y el KLA (organización terrorista ultra-nacionalista albano-kosovar) que no sólo no fue desarmada a mediados de 1999, como lo estipulaba la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de N.U. sino que sus miembros fueron incorporados a la nueva policía de Kosovo con armamento y entrenamiento de la misma OTAN.
Un estudio sobre Kosovo, llevado a cabo por el Instituto Alemán de Política Europea, concluye que Kosovo es «una sociedad mafiosa» basada en la «captura del Estado por elementos criminales».
Según el historiador y politólogo estadounidense Edward Herman, «hay una evidencia clara de que la CIA armó y asesoró a los terroristas del KLA antes del bombardeo y de dejarles claro que provocando al Ejército yugoslavo ayudaría a la intromisión de la OTAN en el asunto, a favor de los albaneses.»
El analista sueco Jan Oberg sintetiza así la intervención de la OTAN en Serbia: «desde todo punto de vista, una sociedad segregada, una economía de mercado negro, un Estado controlado por «benefactores» occidentales, criminales de guerra en libertad, en definitiva, un estado fallido antes de ser declarado un Estado».
¿Alguna diferencia con la Colombia de Obama?
Uno de los «notables logros» del gobierno de «Bill» y sus socios criminales de la OTAN en su guerra contra Yugoslavia fue la gradual extensión de los blancos civiles, infraestructura civil, viviendas, hospitales, escuelas, trenes, centrales eléctricas y televisoras. De acuerdo a informes de autoridades yugoslavas el 60% de los blancos de la OTAN fueron civiles, incluidos 33 hospitales, 344 escuelas, 144 fábricas y una refinería de petroleo. El periodista australiano John Pilger apunta que los blancos fueron «domicilios particulares, hoteles, librerías, centros juveniles, teatros, museos, iglesias y hasta un monasterio del siglo 14 declarado Patrimonio de la Humanidad. Las granjas fueron bombardeadas y los cultivos arrasados por el fuego».
Uno de los propositos del gobierno de William Clinton y sus aliados era inclinar el poder político a favor de su cliente el KLA para el establecimiento de una gigantesta base militar, «Camp Bondsteel». Desde luego, por su tamaño y capacidad operativa, la base no tenia el proposito de contrarestar la «brutal campaña» de Milosevic (según el aparato ideológico del imperio, New York Times en primera fila), afirmando la total compatibilidad de la base con la soberanía e independencia de Kosovo.
Lo que hizo «Bill» hace diez años en Kosovo, lo hace hoy Obama en Colombia.
Más sobre el padre de la novia
Con la visita de Suharto a Washington en 1995, un representante de la Casa Blanca dijo de él, «es nuestro hombre de confianza». Clinton sabía sobre los planes indonesios de provocar una terrible masacre en Timor Oriental al perder el Referemdum por la independencia. Clinton no hizo nada para evitar el genocidio.
Edward Herman dice «que el talento de Clinton en las relaciones públicas y su refinada retórica humanista y de compromiso ético, hacen que él pueda pedir disculpas simulando gran sinceridad por el apoyo estadounidense en el genocidio de Guatemala, mientras lleva adelante las mismas políticas en Colombia e Irak».
A finales de 1993 Clinton ordena bombardear Baghdad en venganza por un no probado complot de Irak contra el anterior presidente George H. W. Bush. Ocho civiles iraquíes fueron asesinados, 12 heridos.
En 1998 ordena bombardear Afganistán y Sudán, desconociéndose el número de víctimas. En el último país, el bombardeo destruye la principal planta procesadora de medicamentos.
Turquía, como cliente de la política de Washington recibe todo el apoyo militar estadounidense en su lucha contra los Kurdos.
Clinton aumenta la ayuda militar a Colombia, incrementando sustancialmente el número de víctimas civiles por la guerra contrainsurgente, la eufemística «Política de Defensa y Seguridad Democrática» de Alvaro Uribe, los Escuadrones de la Muerte, y los ejércitos paramilitares.
Clinton firma la ley Helms-Burton (1996) y mantiene la enmienda Torricelli de 1992 de su antecesor George H. W. Bush con el propósito de aniquilar al pueblo cubano por hambruna y emfermedades. De acuerdo a un reporte de la Asociación Americana de Salud Mundial el incremento del bloqueo mediante las legislaciones de Torriccelli y Helms-Burton han contibuido a un déficit nutricional, especialmente entre las mujeres embarazadas y en la consecuencia de recién nacidos con bajo peso y la aparición de patologías relacionadas con un decrecimiento en la ingesta de calorías.
Durante la administración de «Bill» se producen también contra Cuba la seguidilla de atentados explosivos en hoteles y centros turísticos de La Habana y la detención de los 5 héroes antiterroristas cubanos.
Las sanciones a Irak durante la administración de «Bill» causaron según la UNICEF la malnutición crónica de más de un millón de niños de ese país y la muerte de entre 4 y 5 mil por mes. Los porcentajes por muerte a causa de enfermedades prevenibles se disparó alarmantemente luego de las sanciones de la Casa Blanca.
Las «sanciones de destrucción masiva» como las llamaron John and Karl Mueller -profesores de ciencias políticas y de estudios militares comparados, respectivamente) han causado en Irak más muertes que las causadas por todas las armas de destrucción masiva (atómicas y químicas) a través de toda la historia.
Sobre Haití la administración de William Clinton tuvo desastrosas consecuencias para el país antillano. El historiador William Bloom comenta que «la administración de William Clinton apareció como la responsable del retorno de Jean Bertarnd Aristide al gobierno luego del golpe militar de septiembre de 1991. En los hechos Clinton retrasó el retorno de Aristide y simultáneamente nominó a una serie de políticos conservadores para «balancear» las políticas progresistas de Aristide». La administración Clinton «aconsejó» a Aristide en su retorno a Haití de olvidarse del discurso de justicia social y de convertirse en aliado de las economías de libre mercado, como así también creear un gobierno de coalición con los sectores más pro-americanos. Todos los aspectos político-económicos del plan de Aristide luego de su restitución en 1994, como la reforma tributaria progresiva y la reforma de las fuerzas militares y policiales, fueron examinadas con lupa por la administración Clinton, el Banco Mundial y el FMI.
Sobre el conflicto palestino-israelí hay una sentencia del sionista y genocida Shimon Peres que deja al descubierto la «ecuanimidad» de W. Clinton. «Nosotros hemos agotado todas nuestras demandas. El Presidente Clinton ha respondido a todas nuestras necesidades. No ha habido un presidente americano en toda la historia como el Presidente Clinton, en el apoyo a Israel y al pueblo judio.» Washington Report, julio 1996.
La Señora Secretaria
Hillary Clinton comentó ante la brutal represión de las fuerzas policiales y militares de Honduras contra manifestantes indefensos frente a la Embajada de Brasil en Tegucigalpa que «el Estado de Sitio declarado por el gobierno de Honduras tiene como propósito prevenir imprevistos».
Para nadie es una sorpresa que uno de los actores más importantes en el retroceso demácratico en Honduras es la Secretaria de Estado Clinton.
Si había dudas, estas se desvanecieron con el envío a Tegucigalpa de su consejero Thomas Shannon, quien aclaró, en el país avasallado por sus propias tropas, cual es el tipo de democracia que respalda Washington.
Con respecto a Venezuela, la Senadora Clinton había declarado que «Nosotros tenemos problemas en nuestro propio hemisferio con algunos proveedores de energía, como Hugo Chávez…Nosotros tenemos un desafío en América Latina, y este desafío tiene que ver con la manera como nosotros nos involucremos para ganar. Nosotros tenemos que preocuparnos menos en lo que dice Chávez y más acerca de lo que hacemos al respecto».
La diferencia -según la politóloga Eva Golinger- entre la halcón Condoleeza Rice y la «smart power» Hillary Clinton es sólo semántica, para la primera, gobiernos como el de Chávez son «fuerzas negativas en la región» mientras que para la actual Secretaria son un «problema».
En el 2001 la Senadora Clinton apoyó decididamente las acciones militares de Estados Unidos en Afganistán argumentando que «es una buena oportunidad de combatir el terrorismo mientras mejoramos la vida de las mujeres afganas, quienes sufren bajo el gobierno Talibán».
En octubre del 2002 votó a favor por la guerra contra Irak a pesar de no encontrarse pruebas que vinculasen a Sadam Husein con el 11 de septiembre o con la tenencia de armas de destrucción masiva.
En el 2005…»sería un error el retiro de nuestras tropas de Irak».
Dos años más tarde revelaría ante el «New York Times» el verdadero motivo de la guerra de invasión, cuando dijo, «Irak está en el corazón de la región petrolera y por lo tanto esto está directamente en oposición a nuestros intereses de que se convierta en un estado fallido o en un peón de Irán».
En su más reciente viaje de once días al continente africano, a mediados del 2009, Hillary Clinton recorrió siete países con la intención de asegurar la posición de dominio de los Estados Unidos en la región, frente a sus emergentes rivales, declara la columnista e investigadora Ann Talbot.
Durante sus presentaciones en Africa, la Señora Secretaria ignoró los efectos de siglos de depredación y saqueo que sufrió el continente por fuerzas coloniales e imperiales, pero condenó las actuales condiciones de empobrecimiento por la falta de «buena gobernabilidad», haciendo suyo el lenguage vago y abstracto de su jefe Bark Obama.
La Clinton no reconoció el papel jugado por los Estados Unidos en el establecimiento de regímenes corruptos y genocidas en la región, pero ofreció una ayuda de 17 millones de dólares (bajo no se sabe que condiciones) para resarcir a las mujeres víctimas de abuso sexual en la Republica Democrática del Congo. Pero la situación de las mujeres y niñas de la zona oriental de la RDC hoy, es el resultado del apoyo de los Estados Unidos a regímenes como el de Yoweri Museveni de Uganda y Paul Kagame de Rwanda en su invasión a la RDC en 1998, cuando «Bill» era presidente. Una guerra por recursos mineros que costó la vida de más de 5 millones de seres humanos y otros tantos desplazados.
Bill Clinton definió en ese entonces a Kagame y Musevini como los líderes del Renacimiento Africano.
La Secretaria de Estado también se reunió con el Presidente de Somalía Sheikh Sharif Ahmed para ofrecerle más ayuda militar a su Gobierno Federal de Transición en su lucha contra las fuerzas islámicas de al-Shabaab.
El objetivo de la administración del recientemente galardonado Premio Nobel de la Paz es asegurar el control, de vital importancia, del Cuerno de Africa.
Ante el fracaso de la administración de George W. Bush de establecer el Comando Militar Estadounidense en Africa (AFRICOM) en algún país africano, este tuvo que seguir operando, como cuartel central, desde Alemania. Pero la Secretaria de Estado está trabajando para lograr instalar el AFRICOM en un país del continente.
«La militarización de la política exterior de los Estados Unidos en Africa -dice Ann Talbot- demuestra la incapacidad del Imperio ante sus rivales económicos y comerciales como China y Rusia, los más importantes, sin descartar el papel de India, Brasil y Sudáfrica».
El país más «beneficiado» con el viaje de la Clinton fue Liberia, cuya presidenta Ellen Johnson Sirleaf apoyó al régimen del genocida Charles Taylor y es una incondicional de la agenda de los Estados Unidos sobre Africa.
En su viaje la Secretaria de Estado incluyó acuerdos con el Programa de Oportunidades para el Crecimiento de Africa (AGOA), una especie de TLC africano, donde no sólo los Estados Unidos sino también la República de Corea y Arabia Saudita están interesados en megaproyectos de agricultura comercial y explotación agrícola para la elaboración de bio-combustibles.
La Clinton pronosticó un gran futuro para Sudáfrica mediante los tratados comerciales de AGOA en tanto y en cuanto Jacob Zuma (nuevo lider del ANC) Congreso Nacional Africano se mantenga aliado a las políticas económicas de mercado.
Angola fue otra de las paradas de la Secretaria, debido al potencial petrolero de la república que fue uno de los últimos campos de batalla de la Guerra Fria.
La visita de la Clinton a Africa usó la popularidad de Obama en el continente para recuperar los años desastrosos de la política del «poder duro» de George W. Bush, pero la política de la Casa Blanca sobre Africa no ha cambiado y se propone seguir manteniendo a Africa como continente dominado.
Esa es la política prioritaria de la actual administración sobre la región , para lo cual usará los medios políticos, económicos y militares que sean necesarios.
La parejita (final feliz)
Chelsea Clinton y el financista de la «Goldman Sachs» Marc Mezvinsky anunciaron su enlace matrimonial para el verano próximo.
(Se advierte al público cholulo a las puertas de la Catedral de San Patricio en New York, que la pareja sólo aceptará que le arrojen arroz geneticamente modificado Monsanto).
Erasmo Magoulas
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.