Se llama Cheriff Sy. Acaba de ser elegido presidente de Africa Editors Forum y es el director del semanario burkinés Bendré. Sin pelos en la lengua, asegura que el presidente de su país, Blaise Compaoré, es el defensor de los intereses franceses en África occidental. Este jueves intervino en un seminario organizado por la Aecid […]
Se llama Cheriff Sy. Acaba de ser elegido presidente de Africa Editors Forum y es el director del semanario burkinés Bendré. Sin pelos en la lengua, asegura que el presidente de su país, Blaise Compaoré, es el defensor de los intereses franceses en África occidental. Este jueves intervino en un seminario organizado por la Aecid e IPS en Madrid.
– Dos países clave en África occidental, como Guinea y Costa de Marfil, están inmersos en procesos electorales después de muchos años, ¿esto representa un triunfo de la democracia?
– No se puede hablar de democracia si uno niño no puede ir a la escuela o si una mujer no tiene comida que llevar a casa o no puede acudir al médico porque no existe un mísero dispensario en su pueblo. ¿La fiesta del voto es sinónimo de democracia? No lo creo. Las elecciones de Guinea han venido avaladas por todos los observadores internacionales, pero yo no me las creo. El ganador, Alpha Condé, pasó del 18% al 52% de la primera a la segunda vuelta, mientras que Cellou Diallo apenas incrementó sus votos. ¿Es esto creible? Para mí ha sido más bien como un golpe de estado porque Condé era el candidato de Francia. En Costa de Marfil, la división es muy profunda. Gane quien gane, van a existir dos Costa de Marfil. Hay una élite africana que ha comprendido que meter un voto en una urna agrada a los países occidentales, pero eso no está cambiando las cosas.
– Precisamente el presidente de su país, Blaise Compaoré, aparece ante el mundo como el mediador o pacificador en las crisis de ambos países, mientras en Burkina la democracia tampoco parece creíble.
– Compaoré es el brazo armado, el representante de Francia en África. Interviene en los países que él mismo ha contribuido a incendiar para mantener a salvo los intereses galos. Es así de simple. No les interesa la felicidad de los africanos, sino sus propios intereses. Y Francia, claro está, necesita la complicidad de ciertos líderes africanos.
– No le veo muy optimista.
– Sí soy optimista, un optimista crónico. Creo que sólo cuando los pueblos tocan fondo surgen alternativas increíbles. Creo que saldremos adelante porque creo en los pueblos africanos, en su espíritu de lucha. El futuro está en el pueblo.
– Hoy le he escuchado decir que la imagen que tienen los europeos de África es muy distorsionada, ¿por qué lo cree?
– No sólo es una imagen deformada, sino que los medios occidentales sólo se interesan por los aspectos negativos de África, la miseria, la guerra, la pobreza. No hablan de las mujeres que se levantan a las tres de la mañana, van a por el agua, recogen fruta, van a cultivar el campo y alimentan a su familia. Hay muchas historias de lucha y resistencia por contar. África está en construcción, pero eso no es vendible en los medios occidentales. Ahora bien, también le digo que la mirada de los medios africanos sobre Europa tampoco es la correcta. Hay toda una generación de periodistas y medios de comunicación africanos que sólo ven en Europea imperialismo, neocolonialismo, racismo y esa no es toda la verdad.
– ¿Existe la suficiente libertad de prensa para trabajar en el continente africano?
– Creo que la situación ha cambiado desde los años ochenta y noventa, se están produciendo cambios cualitativos y creándose espacios de libertad. Es cierto que no hay leyes de acceso a la información y en muchos países las penas a periodistas o por derechos de opinión siguen siendo muy graves, pero esto empieza a cambiar.
Fuente: http://www.umoya.org/index.php?option=com_content&task=category§ionid=1&id=1&Itemid=34