Un voluntario de una ONG que dejaba botellas de agua en la frontera con México para los inmigrantes ilegales que cruzan el desierto fue condenado por la justicia en Arizona, Estados Unidos. Walt Staton, de la organización «No más muertos», fue sentenciado por contaminar la reserva natural de Buenos Aires, cerca de Tucson, en el […]
Un voluntario de una ONG que dejaba botellas de agua en la frontera con México para los inmigrantes ilegales que cruzan el desierto fue condenado por la justicia en Arizona, Estados Unidos.
Walt Staton, de la organización «No más muertos», fue sentenciado por contaminar la reserva natural de Buenos Aires, cerca de Tucson, en el sudoeste del país.
El joven, de 27 años, deberá enfrentar una pena de un año en libertad condicional, y completar 300 horas de trabajo comunitario recogiendo basura.
El caso generó una gran polémica que va más allá de la cuestión ambiental.
La procuradores federales habían pedido que Staton fuese multado con U$ 5.000 y condenado a 5 años de prisión por, oficialmente, dejar basura en la reserva natural.
Pero según un memorandum que trascendió, la acusación no pasó por alto el hecho de que la ONG dejaba mensajes en las botellas que decían «buena suerte», y consideró que las acciones de los voluntarios buscan ayudar a los inmigrantes indocumentados en su tentativa de entrada al país.
Unos 54.000 inmigrantes cruzaron la reserva en 2008, y según datos que ofreció la propia ONG, las patrullas fronterizas estadounidenses reportaron 161 muertes entre los que intentan llegar al otro lado en lo que va de año.
Cuestión política
Por su parte el abogado defensor de Staton, que se negó a pagar una multa de U$ 175, insistió en que el caso costó al Estado cerca de U$ 50.000 y generó un gran debate público.
Durante el proceso, otras organizaciones humanitarias se pronunciaron en defensa de Staton, y afirmaron que la política migratoria estadounidense -y no las botellas de plástico- son la mayor amenaza para el medio ambiente a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
El defensor del activista dijo que el episodio responde a una supuesta persecución política contra los que piden leyes migratorias más flexibles, y anunció que apelará a la sentencia.
«Apelaremos porque no creemos que Walt haya cometido ningún crimen al dejar botellas de agua fresca y limpia para salvar vidas humanas», dijo el abogado a la cadena de televisión local NBC.
Staton, de 27 años, es el segundo miembro de la organización No más muertos que es procesado por contaminación.
En el último mes, 13 activistas de la ONG fueron multados por la misma razón.
Medio ambiente vs ayuda humanitaria
El gerente de la reserva Buenos Aires, Mike Hawkes, comentó que espera que la decisión judicial convenza a la ONG para buscar una manera de realizar su tarea humanitaria sin perjudicar el medio ambiente.
Las botellas de plástico contaminan y ponen en peligro la vida silvestre de la zona, argumenta Hawkes.
Los miembros de No más muertos, en cambio, afirman que su organización recoge cada año cientos de bolsas de basura en el desierto y que los oficiales de la reserva obstaculizan sistemáticamente sus intentos de ofrecer agua fresca a quienes ponen en peligro su vida cruzando la frontera.
Según informó en su día la colaboradora de BBC Mundo en Washington, Rebeca Logan, grupos activistas en EE.UU. consideran las patrullas fronterizas como «un símbolo de intimidación» de un sistema migratorio quebrado cuyos problemas no se solucionan con la persecución de emigrantes en busca de una vida mejor.
«La Patrulla Fronteriza está implementando una política migratoria fallida que no nos hace más seguros y que resulta en la muerte de cientos de inmigrantes cada año», le dijo a nuestra colaboradora Jeff Binder, miembro de una de estas organizaciones.