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Continúa la cacería de activistas en El Aaiún

Fuentes: Guin Guin Bali

Marruecos parece haber logrado acallar bastante el ruido mediático fuera de sus fronteras por lo que haya podido suceder en el Sahara Occidental, pero lo cierto es que allí continúa el estruendo. Cuando se cumple ya un mes del desmantelamiento del campamento de protesta Gdeim Izik, los saharauis siguen denunciando una represión diaria que ayer […]

Marruecos parece haber logrado acallar bastante el ruido mediático fuera de sus fronteras por lo que haya podido suceder en el Sahara Occidental, pero lo cierto es que allí continúa el estruendo. Cuando se cumple ya un mes del desmantelamiento del campamento de protesta Gdeim Izik, los saharauis siguen denunciando una represión diaria que ayer se tradujo en la detención de al menos tres jóvenes estudiantes cuando intentaban viajar a Casablanca para desde allí, acudir a una conferencia en Argel.

Hayat Rguibi e Nguia El Haoissi, ambas de 20 años, fueron interceptadas por la Policía en el aeropuerto de El Aaiún, sobre las 19:00 horas. Pesaba sobre ellas una orden de búsqueda y captura por su participación en el campamento también llamado de la Dignidad y en los enfrentamientos posteriores que tuvieron lugar en las calles de la ciudad.

A pesar de su juventud, ambas son conocidas defensoras de los derechos humanos y de la autodeterminación del pueblo saharaui; ya han pasado, por ello -por manifestarse, portar una bandera o lanzar proclamas independentistas- varios periodos en los calabozos de El Aaiún donde, según han contado a GuinGuinBali en otras ocasiones, han sufrido palizas e incluso violaciones.

Estudiantes las dos, perdieron el derecho a seguir acudiendo a clase después de formar parte de una delegación que el pasado mes de junio realizó una visita no autorizada por Marruecos a los campamentos de refugiados en Tinduf. En el caso del campamento Gdeim Izik -GuinGuinBali también tuvo constancia de ello- formaban parte del equipo que se encargaba, cada mañana, de recoger la basura. Una labor que, debido al calor y sus efectos sobre los desperdicios, resultaba especialmente nauseabunda, y que a Nguia concretamente,le dio más de un mal rato después tratando de recuperarse de las nauseas a base de té.

Ayer querían viajar a Casablanca cuando fueron interceptadas en el momento del embarque y según un comunicado de Codesa (Colectivo Saharaui de Defensores de los Derechos Humanos), están a la espera de los resultados de la investigación abierta en su contra.

De Casablanca su intención era viajar a Argel para participar en una conferencia relacionada con el 62 aniversario del Día Mundial de los Derechos Humanos. El mismo destino que tenía Yahdih handi Sidi, un joven de 25 años diplomado en Derecho Público por la Universidad Mohamed V de Rabat a quien, según testigos presenciales citados por Codesa, miembros «de la inteligencia marroquí» detuvieron en la estación de autobuses de El Aaiún. Tenía un billete a Casablanca.

Aún sin confirmar, pero podría haber más detenidos que formaban parte de esta delegación. Algunos, según ha podido saber GuinGuinBali, no se atrevieron finalmente a abandonar sus casas por la fuerte presencia policial. Todos, de hecho, constituyen ese pequeño reducto de activistas que permanece escondido en rincones varios de El Aaiún desde el pasado día 8 para evitar ser atrapados por la Policía marroquí, como lo han sido ya cientos de saharauis a lo largo del mes.

Los que Marruecos considera parte de «la cúpula» organizadora del campamento están en una prisión militar de Rabat. Según la versión de Marruecos, se trata de terroristas que tenían poco menos que secuestrados a los otros 20.000 habitantes de Gdeim Izik, aunque con ellos se sentó a negociar varias veces, incluso el propio ministro de Interior marroquí, hasta que decidió levantar las jaimas y echarles por la fuerza.

Otros tantos están en la cárcel Negra de El Aaiún, o en hospitales en los que no pueden recibir visitas. Y una parte, según sus familiares, en paradero desconocido. Organizaciones como Human Rigth Wach o Amnistía Internacional ya han podido constatar las torturas a las que han sido sometidos muchos saharauis en este mes; los saqueos de los que han sido víctimas. Naciones Unidas o gobiernos como Francia y España se han limitado a «deplorar» la violencia y dicen estar a la espera de una investigación que aclare punto por punto lo sucedido. El Parlamento Europeo pidió, aunque tímidamente, esa investigación -así como el levantamiento del bloque informativo- y fue respondido en las calles de Casablanca con una sonora manifestación. Y mientras llegan y no llegan las condenas, los investigadores y se aclara lo que pasó y lo que no, lo que sigue pasando, según denuncian los saharauis, es que el que vence el miedo y sale de su casa, sigue arriesgándose a ser detenido. Y ahora, sin que nadie esté mirando.

Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=1239