La corriente Democratics Socialist of America (DSA), el mayor grupo socialista de Estados Unidos, celebrará su convención nacional bienal la primera semana de agosto, pero debido a la pandemia de la covid-19, la convención se desarrollará mediante una videoconferencia.
La convención se centrará en los debates sobre política electoral y cuestiones internacionales, y aunque la afiliación parece estar muy unida en torno a la primera cuestión, en la segunda está divida.
Asistirán 1.300 delegados y delegadas que representan a unas 91.000 personas afiliadas en 240 secciones. El grupo juvenil de la DSA, separado y subordinado, Young Democratic Socialists of America, cuenta con 130 secciones, pero celebra una convención separada. Sin el miedo a Donald Trump y la esperanza en Bernie Sanders, la DSA parece haber perdido parte de su energía. En la preparación de esta convención ha habido menos participación de la afiliación. En mi sección de Central Brooklyn, sólo el 15% de la gente afiliada votó por las y los delegados, un fiel reflejo del pequeño porcentaje de personas activas.
Hace unos años, los caucus jugaban un papel escaso en la DSA, pero actualmente existen unos diez caucus nacionales y jugarán un papel decisivo. La mayoría de ellos ya están de acuerdo en que la DSA debe seguir participando en la política electoral presentando candidatos en el Partido Demócrata, pero algunos sólo quieren respaldar a los miembros de la DSA y otros sólo a los candidatos que se presenten como socialistas abiertos. Una pequeña minoría de la izquierda defiende que la DSA debería construir un partido socialista independiente, aunque hay cierto debate sobre cómo hacerlo de forma concreta. Cabe esperar que las y los delegados continúen con la estrategia actual de respaldar y trabajar para los candidatos del Partido Demócrata.
En las últimas convenciones, el DSA debatió la estrategia laboral, aunque no es un tema importante en la agenda de esta convención. Esa discusión giraba en torno a si adoptar o no una estrategia de base, es decir, concentrarse en organizar a los trabajadores de base para luchar tanto contra los burócratas laborales como contra los empresarios. Esta cuestión no estaba clara, ya que el trabajo con los trabajadores de base, según algunos, podía ir acompañado de un trabajo con los sindicatos de izquierda, o simplemente de un apoyo a los sindicatos en general (sin ningún análisis del papel conservador de la burocracia). Todo el mundo está de acuerdo en que la DSA debería convertirse en una organización más obrera, con más miembros negros y más latinos, y varias resoluciones proponen formas de conseguirlo.
La mayoría de las y los miembros de la DSA muestran poco interés por las cuestiones internacionales, aunque es probable que sean el tema más polémico en la convención de este año. El Comité Internacional de la DSA ha tendido a adoptar una posición digamos campista, es decir, la noción de que el mundo está dividido en campos geopolíticos: en un lado, Estados Unidos y sus aliados; en el otro, las potencias antiimperialistas como Rusia, China, Irán y Venezuela, que no deben ser criticadas. Otros, como yo, hacemos hincapié en el internacionalismo desde abajo, en las luchas solidarias por la justicia, la democracia y el socialismo, en todas partes, incluidos lugares como Irán, China o Venezuela.
La dirección campista del Comité internacional de la DSA busca alianzas con los partidos de izquierda de masas de otros países: el Partido de los Trabajadores de Brasil, el Movimiento por el Socialismo de Bolivia o el Partido Socialista Unido de Venezuela, por ejemplo. En vísperas de la convención, una delegación oficial de la DSA visitó Venezuela, donde se reunió con el presidente Nicolás Maduro, pero la delegación no se reunió con la oposición socialista al gobierno. Este apoyo a los gobiernos autoritarios no habla bien del compromiso de la DSA con el socialismo democrático.
Muchos miembros sienten que el Comité Político Nacional de la DSA no ha sido muy eficaz en los últimos cuatro años, pero no está claro que los grupos que luchan por el poder en la convención puedan proporcionar un camino claro hacia adelante. Desgraciadamente, las últimas convenciones de la DSA no han facilitado el debate democrático sobre los distintos temas. Lo que lleva a pensar que en esta ocasión el debate, con una convención a través de la videoconferencia, sea aún más difícil.
Gracias a Andrew Sernatinger por compartir sus opiniones.
Fuente: https://newpol.org/democratic-socialists-of-america-faces-challenges-at-convention/
Traducción: viento sur