El 7 de agosto se conoció un nuevo episodio de la guerra comercial que impulsa Estados Unidos contra China. Por decisión del presidente Trump el Departamento de Comercio norteamericano anunció que elevaba al 25% los aranceles de 279 productos de las industrias química, petroquímica y automotriz. Lo que suma 16.000 millones de dólares a los […]
El 7 de agosto se conoció un nuevo episodio de la guerra comercial que impulsa Estados Unidos contra China. Por decisión del presidente Trump el Departamento de Comercio norteamericano anunció que elevaba al 25% los aranceles de 279 productos de las industrias química, petroquímica y automotriz. Lo que suma 16.000 millones de dólares a los 34.000 millones ya afectados con medidas similares sobre otros 1300 productos en vigencia desde julio pasado. Con la medida actual el volumen sancionado alcanza los 50.000 millones de dólares de importaciones de EE.UU. a China[1].
Previendo estas resoluciones de Washington, que se harán efectivas el 23 de agosto, el portavoz del Ministerio de Asuntos exteriores chino afirmaba el primero de ese mes: «La posición de China es firme y clara. El chantaje y la presión de Estados Unidos nunca funcionarán con China, y si toman medidas que empeoren la situación, devolveremos el golpe de forma inevitable para mantener nuestros legítimos derechos e intereses».[2]
El aumento de las tensiones entre las dos principales economías mundiales tienen raíces en la profunda crisis crónica del capitalismo, cuyo crak reciente más significativo se produjo en 2007-2009 con consecuencias que se expresan diez años después en la Larga Depresión.
Pero, ¿cuáles son las razones que provocan esta guerra comercial o, dicho de otra manera este brote de «proteccionismo», que al contrario de revertirse amenaza con continuar desarrollándose, agudizando el nuevo capítulo de crisis que se ha abierto en la economía mundial?
«Globalización» comercial y proteccionismo en la historia del capitalismo moderno
La actual ola proteccionista no es la única en la historia del capitalismo industrial tampoco es original. Puede ser explicada por las leyes que gobiernan la economía política del sistema capitalista. Para comprender la anatomía de la actual «guerra comercial» lo mismo que su dinámica es imprescindible estudiar la historia.
En una columna del 28 de julio con el título La base de datos histórica de comercio mundial,[3] los académicos Giovanni Federico y Antonio Tena-Junguito presentan algunas conclusiones de los datos obtenidos de una investigación más amplia sobre el comercio mundial analizando un periodo de más de 170 años.
Luego de señalar el hecho de que desde 2007 el crecimiento aparentemente imparable del comercio internacional se ha detenido, y la apertura económica se ha estancado e incluso ha retrocedido, afirman que de los datos surge que hubo dos periodos de expansión del comercio mundial y consecuentemente dos periodos de estancamiento. El actual, que se desarrolla a partir de 2007 sería el tercero en que la «globalización» comercial retrocede o más directo, donde el proteccionismo crece y el comercio internacional cae, lo mismo que el flujo de capitales.
Sintéticamente de los datos que colocan estos académicos, aparece que entre 1830 y 1870 se desarrolla un periodo de expansión del comercio internacional y del capital, de caída de barreras arancelarias y para arancelarias, y donde el modelo es el acuerdo de libre comercio entre Gran Bretaña y Francia de 1860. Durante ese periodo, luego de un estancamiento económico, el comercio internacional fue una palanca de recuperación. Pero la crisis entre 1870 y 1890 y la depresión posterior, provocan el crecimiento del proteccionismo y de disputa entre países imperialistas que llevaría a la 1ª. Guerra Mundial.
La Gran Guerra no resuelve la crisis de liderazgo de las principales potencias imperialistas. Inglaterra ya no podía conducir al imperialismo y Estados Unidos no estaba preparado aún, o no estaba dispuesto a hegemonizar al mundo. La aparición de la URSS complejiza aún más el escenario internacional. En este periodo se mantiene el proteccionismo, hasta que luego de la Segunda Guerra Mundial y con la entrada a la denominada Edad de Oro a partir de 1945 se comienzan a crear las condiciones de una nueva globalización del comercio y del capital que se desarrolla desde los años 80 del siglo XX y llega con más o menos impulso hasta los primeros años del siglo XXI.
Cuando la crisis estalla en 2007 parecería que este periodo de globalización ha llegado al final. Desde entonces la tendencia es a un incremento del proteccionismo, o dicho de otra forma, a la reversión del proceso de globalización. En su columna Tena-Junguito y Federico presentan datos y gráficos en los que se puede visualizar estos movimientos.[4]
Tasa de ganancia y Comercio internacional
En El Capital, Marx devela la tendencia a caer de la tasa de ganancia en el capitalismo y la define como la principal ley de la economía política. Al mismo tiempo señala que esa Ley tiene contrarrestantes y es por eso que no siempre se cumple. Una de las contrarrestantes es el comercio internacional y la inversión y circulación de capitales en el exterior que, como veremos, operan en la producción capitalista.
En su estudio Imperialismo, globalización y rentabilidad del capital[5], el marxista inglés Michael Roberts explica como el comercio mundial y la inversión de capitales internacional, actúan para revertir la caída de la tasa de ganancia en los países centrales.
Demuestra como las economías de los países imperialistas consiguen bajar los costos de las materias primas y sobre todo encuentran además en los países dependientes o semicoloniales, abundante mano de obra barata para superexplotar y extraer una cuota extraordinaria de plusvalía.
El fenómeno que se produce entonces es que los países con más baja productividad del trabajo, obtienen tasas de ganancia mayores que los de más alta productividad. Pero, como señala Marx, al darse al mismo tiempo, por la competencia, una tendencia a la igualación de la tasa de ganancia entre los distintos sectores, se produce una transferencia de la ganancia obtenida en los países del sur, hacia los del norte.
La apertura del comercio, el libre flujo de capitales, la «globalización», es una de las maneras que tienen los países imperialistas para, a costa de la superexplotación que se da sobre los trabajadores de los países periféricos, apropiarse de esa cuota extraordinaria de plusvalor.
En su artículo El comercio mundial y el imperialismo, Roberts lo explica de la siguiente manera: la globalización y el aumento del comercio son las respuestas del capitalismo a la caída de la rentabilidad y la depresión en un período anterior. La globalización del comercio y del capital aumenta cada vez que la rentabilidad del capital se ha reducido en los centros imperialistas.[6] Pero cuando la tasa de ganancia alcanza su techo se inaugura, otra vez, un tiempo de proteccionismo.
Para nosotros sin embargo, como señalábamos en el artículo Economía Mundial: 50 años de crisis crónica y una década de Depresión[7], estos elementos contrarrestantes no actúan como es esperado en este periodo de crisis crónica de la economía mundial.
Por lo tanto sucede que, cuando la rentabilidad del capital alcanza su techo del periodo, aunque no llegue al nivel de finales de los 60 del siglo pasado, comienza un tiempo de disputa y conflictos, que hoy vemos bajo el nombre de «guerra comercial». Pero, a diferencia de los periodos proteccionistas anteriores, en este caso es dudoso que al final de la fase, los ciclos económicos largos que vimos anteriormente en el capitalismo se reinicien. Esta es la historia de los últimos 60 años.
Las dos globalizaciones anteriores, la del siglo XIX y principios del XX pero sobre todo la que se desarrolló con fuerza desde 1980 hasta la primera década del 2000, beneficiaron principalmente a Estados Unidos, haciendo más lento su proceso de decadencia que había comenzado a principios de los años 70 y con la derrota en la guerra de Vietnam, pero no han podido detener esa decadencia[8].
La década de Larga Depresión que transitamos desde el fin de la crisis de 2007-2009 exige la actual política proteccionista por la disputa del reparto de la ganancia, esto se debe a que ni la gran recesión de 2007, aunque solo es comparable con el crak del 29, ni la depresión económica actual, han destruido la suficiente masa de capital y fuerzas productivas como para reiniciar un periodo de recuperación estable de la tasa de ganancia.
La «locura de Trump» es la racionalidad de un imperialismo decrepito
La «guerra comercial» desatada por Trump, que a los ojos de los economistas y analistas del capital aparecen como los delirios de un loco, no es más que la necesidad del principal país imperialista de superar los límites que encuentra en el sistema.
Pero en este momento a diferencia de los periodos anteriores de crisis, cuando su estado era vital y enérgico, debe hacerlo en el marco de su extrema decadencia y decrepitud. Cuando Estados Unidos reemplaza en la hegemonía mundial a Gran Bretaña lo hace sobre la base del agotamiento del liderazgo de esta última para el mundo capitalista y de haberse impuesto en la Segunda Guerra Mundial.
Desde el punto de vista de comercio internacional fue perdiendo el liderazgo alcanzado. La búsqueda de recuperar ese liderazgo debe hacerla en un momento de alta vulnerabilidad por su propia debilidad relativa y por la aparición de potencias desafiantes como China.
Lo que parece delirio o locura es apenas la máscara grotesca de un imperio decadente y senil que no puede ocultar su vocación depredadora y que está dispuesto llevarla a un nivel no visto hasta ahora. Los conflictos que vienen en el polarizado mundo actual mostraran toda la feroz dimensión de esa vocación.
Es en este contexto que la tarea histórica de superar revolucionariamente el capitalismo que tiene la clase obrera y sus sectores sociales aliados, con su programa anticapitalista y su propia dirección revolucionaria, se hace dramáticamente presente.
Notas:
[1] Donald Trump redobla la apuesta. https://www.clarin.com/mundo/donald-trump-redobla-apuesta-unidos-impondra-nuevos-aranceles-china_0_B1KDfRDBQ.html
[2] China amenaza con represalias
https://www.clarin.com/mundo/china-amenaza-represalias-unidos-aumenta-aranceles_0_Skys_91rX.html
[3] La base de datos histórica de comercio mundial (traducción nuestra)
https://voxeu.org/article/world-trade-historical-database
[4] Ídem anterior
[5] https://rupturemagazine.org/2018/01/25/imperialism-globalization-and-the-profitability-of-capital/
[6] http://sinpermiso.info/textos/el-comercio-mundial-y-el-imperialismo
[7] https://anticapitalistasenred.org/2018/07/20/economia-mundial-50-anos-de-crisis-cronica-y-una-decada-de-depresion/
[8] Influyó tanto aquí, como a la salida de la Segunda Guerra, la política de «Coexistencia Pacífica» de la burocracia soviética. Pero esto es parte de otro debate.
Publicado originamente en: http://anticapitalistasenred.org/2018/08/17/proteccionismo-y-crisis-economica-mundial-cual-es-la-logica-de-la-guerra-comercial-de-trump/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.